Información y Opinión

Dictaduras auténticas y dictaduras camufladas de democracia





No crean ustedes todas las mentiras que les cuentan sobre los dictadores. Afirman que no son demócratas y que utilizan todo su poder para alcanzar sus objetivos, pero, pensándolo bien, eso también lo hacen los falsos demócratas, aunque de manera oculta e hipócrita. Dicen que los dictadores no cumplen la Constitución, ni aplican la ley con equidad, ni respetan el principio de separación e independencia de poderes, pero en España los gobernantes demócratas hacen justamente lo mismo. Por último, acusan a los dictadores de engañar a sus pueblos, pero la verdad es que ningún dictador engaña mejor que el sistema político español. Llaman tirano, por ejemplo, al moribundo lider venezolano Hugo Chavez, pero el militar venezolano ha demostrado que tiene el amor y el apoyo de la mayoría de su pueblo, algo que no está claro que tenga hoy Rajoy o que tuviera el nefasto Zapatero cuando gobernó España para hundirla.

Los griegos pensaban que lo contrario y lo más dañino para la democracia no eran los dictadores, sino los oligarcas, precisamente los que dominan y mandan en España, que es una auténtica y casi perfecta oligocracia de partidos. De hecho, griegos y romanos nombraban “dictadores” cuando estaban en crisis y nadie consideraba ese paso temporal como un peligro para el sistema. Lo que era peligroso y letal era la sucia y engañosa oligocracia.

Primo de Rivera y Franco se convirtieron en dictadores precisamente para combatir a una casta política que, como la que actualmente gobierna España, se gastó corrupta y arbitrariamente el dinero de los españoles, endeudando y empobreciendo al país. Ni los dictadores ni los falsos demócratas tienen para nada en cuenta los sentimientos del pueblo. Si en estos momentos se realizara un referéndum en España sobre las autonomías, ganarían los que desean suprimir ese Estado abusivo y fragmentado, dominado por reyezuelos que se han rodeado de cortes incosteables de políticos, asesores y aduladores.

Nuestros políticos actuales odian a los dictadores porque saben que son sus antídotos naturales, ocultan sus méritos y los denigran, olvidando que puede haber más dignidad y decencia en una dictadura abierta, pero honrada y empeñada en acabar con los peores males de la sociedad, que en una dictadura camuflada de democracia,elegida en las urnas pero manchada por la corrupción, el abuso de poder y la arbitrariedad. Con una dictadura evidente, los ciudadanos sabemos que tenemos enfrente a tiranos, pero con una dictadura travestida impúdicamente de democracia, los ciudadanos están confundidos y muchos ignoran que están siendo gobernados y sojuzgados por sátrapas trevestidos de demócratas y por tiranos profesionalmente hipócritas.

Pero, a pesar de ese odio aparente a la tiranía, la experiencia demuestra que el actual PP, el PSOE, IU, los nacionalistas y los demás partidos políticos que participan en las instituciones del poder, a los que los disidentes españoles denominamos "la casta", están actuando como el Bautista, que preparaba la llegada del Señor. La labor corrupta y abusiva de los actuales partidos, que incluye la marginación de los ciudadanos y el fracaso de la gestión de España, está preparando la llegada de un futuro tirano que, por desgracia, sería acogido con los brazos abiertos por millones de españoles, equivocados, ciertamente, pero también hartos de tener que vivir sometidos a una casta que no tiene valores ni rasgos ni méritos que la hagan digna de gobernar a un pueblo de ciudadanos libres.

Nicolás Maquiavelo decía que “cuando el azar hace que un pueblo ya no confíe en nadie, habiendo sido engañado en el pasado por las cosas o los hombres, acaece necesariamente la ruina”. En España, los españoles han sido engañados de manera reiterada por sus dirigentes y, como consecuencia, han perdido la fe en el liderazgo de una casta política a la que ya rechazan, desprecian y hasta empiezan a odiar.

- -
Miércoles, 16 de Enero 2013
Artículo leído 1733 veces

También en esta sección: