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Denunciar la corrupción es vital para España



La corrupción, bajo Pedro Sánchez, está alcanzando en España niveles inéditos y aterradores. Está más escondida y disimulada que nunca gracias a la complicidad de los grandes partidos y al servilismo de los grandes medios comprados por el gobierno, pero en realidad nunca ha sido tan intensa desde la muerte de Franco.

VOX pretende instaurar mecanismos de denuncia al alcance del pueblo, una vieja aspiración de los demócratas españoles, que creen más necesario un teléfono para denunciar la corrupción que los que existen para denunciar la violencia de género y otros dramas.

La corrupción se está convirtiendo en un territorio salvaje, protegido silenciosamente por los dos grandes partidos políticos españoles, el PSOE y el PP, junto con los nacionalismos vasco y catalán, porque la política española que ellos controlan está infectada de corrupción hasta el tuétano y a ellos no les conviene que exista conciencia de ese drama ni se reaccione contra el, conscientes de que investigar seriamente la corrupción los puede expulsar del poder para siempre.
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La corrupción se está extendiendo por España bajo el sanchismo de manera brutal, alcanzado niveles inéditos y penetrando en ámbitos que hasta ahora estaban limpios, como la constantes violaciones de la Constitución desde el mismo gobierno. Los amigos del poder están siendo beneficiados sin escrúpulos y reciben privilegios sólo por ser votantes de la izquierda. Hay dinero público abundante para comprar votos, para fortalecer redes clientelares, para comprar medios de comunicación mentirosos, para pagar silencios, para comprar voluntades y para financiar instituciones y chiringuitos que sólo beneficial al poder.

Esa corrupción se plasma en el reparto de vacunas, de dinero y de otros recursos públicos, que benefician siempre a los más desleales, incluso a los golpistas, sólo porque apoyan el gobierno de Sánchez. Pero la corrupción anida en todos los ámbitos, desde los empleos públicos a los contratos del Estado, las ayudas, las subvenciones, el favoritismo, la compra de la Justicia y mil aspectos y sectores de la vida española, donde los derechos humanos básicos y la Constitución son violados con una frecuencia aterradora, sin consecuencias para los canallas.

La prostitución de niñas tuteladas por el Estado en Mallorca es una de los pocos casos de corrupción clandestina y maligna que han saltado a la luz. Ese crimen continúa impune y sin aclarar, a pesar de su espeluznante gravedad. Es lógico pensar que debe haber decenas de casos como ese escondidos bajo el desmedido poder corrupto de los partidos y de los gobernantes.

Hace cinco años, la organización "Hazte Oír", respondiendo a una iniciativa de este blog Voto en Blanco, lanzó una campaña de firmas para que se instalara una línea telefónica pública, bajo control judicial, contra la corrupción y el abuso de poder, a la que los ciudadanos puedan llamar cuando tengan evidencias o sospechas de corrupción.

Por entonces, la corrupción en España se encontraba en niveles más moderados, si se la compara con la actual, que ha crecido sobre todo en sofisticación y en los niveles gubernamentales e institucionales.

La corrupción y el abuso de poder son los dos mayores problemas de España. Se calcula que la corrupción nos cuesta casi 100.000 millones de euros cada año, cantidad suficiente para garantizar las pensiones y elevar la calidad de servicios básicos como la salud y la educación.

Los ciudadanos necesitamos ese teléfono, gratuito y sin que deje huellas en la factura, para iniciar la regeneración y acosar a los corruptos.

VOX, que parece ser el único partido político verdaderamente preocupado por los estragos de la corrupción en España, la lanzado una ofensiva para sensibilizar a la ciudadanía del drama que nos envuelve y de sus efectos mortales sobre la sociedad y la nación.

Ha sido la diputada Macarena Olona, de VOX, la encargada de presentar al pleno del Parlamento el texto contra la corrupción que protegerá a los denunciantes, vital para la regeneración de España y la recuperación de su decencia, dignidad y fuerza.

La creación de mecanismos de denuncia protegidos contra los corruptos es vital porque la corrupción y el abuso de poder son hoy los mayores problemas de España y los responsables de que nuestra nación esté en decadencia, mal gobernada y perdiendo prestigio, riqueza y poder en el mundo.

La línea telefónica de denuncia de los corruptos es tan necesaria o más que las líneas gratuitas ya existentes, que no dejan rastro en las facturas, para denunciar la violencia en los hogares y el acoso a los niños en los colegios, entre otros dramas nacionales.

Si nuestros políticos no asumen la regeneración por virtud y fe en la democracia, que al menos la asuman por miedo a la ley y al escándalo. El teléfono de denuncias propicia la participación ciudadana en la política, fortalece la democracia, inicia la ruta de la regeneración y acosa a los corruptos, que siempre tienen miedo a que sus fechorías y abusos sean descubiertos y judicializados.

Esa línea de denuncia es una iniciativa regeneradora que recibiría el apoyo de la inmensa mayoría de los españoles y una pieza importante para acabar con la peor lacra de la vida política española, un mal que infecta ya a partidos políticos e instituciones de todo tipo, incluso aquellas vitales para el funcionamiento del Estado.

Francisco Rubiales

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Miércoles, 28 de Julio 2021
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