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Democracia andrajosa: Zapatero felicita a Chaves





imagen cedida por www.lakodorniz.com
Aunque parezca increíble, el presidente del gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, ha felicitado a su "colega" andaluz, el presidente Manuel Chaves, por los tristes y ridículos resultados cosechados ayer en la jornada del referendum, del que el nuevo Estatuto de Andalucía surge legalmente aprobado, aunque deslegitimado y lastrado por un apoyo insignificante y por el dato incuestionable de que existe un divorcio abrumador entre la clase política y los ciudadanos.

Si nadie lo remedia, Andalucía, en adelante, tendrá que regirse por un Estatuto al que han dado la espalda casi ocho de cada diez ciudadanos con derecho a voto. Esa aprobación, vergonzosa para una democracia que se dice de ciudadanos pero que es sólo de castas profesionales que monopolizan el poder y la política, es el que ha merecido la felicitación de Zapatero.

El Estatuto de Andalucía ha obtenido todavía menos respaldo que el catalán y la abstención cosechada supera, incluso, la del referendum por la Constitución Europea, una ausencia de las urnas justificada entonces por el poder con el argumento de que la constitución europea interesaba poco a los andaluces.

Siguiendo la misma argumentación, el nuevo Estatuto andaluz ha debido interesar todavía menos a los ciudadanos andaluces.

Es posible que sacar adelante una ley fundamental con un apoyo ridículo sea motivo de satisfacción para la andrajosa democracia de Zapatero, o para la sociedad catalana, enferma de nacionalismo elitista y excluyente, pero no debiera ser suficiente para una Andalucía libre de nacionalismo, que es la región más poblada de España y que todavía desea creer en la democracia.

Los resultados del Referendum demuestran que la democracia andaluza, despues de tres décadas de dominio socialista, se encuentra en estado de coma.

Las grandes leyes, especialmente las constituciones y estatutos, aquellas que establecen el marco de convivencia ciudadana, requieren en las verdaderas democracias un apoyo muy cualificado de los ciudadanos para que sean aprobadas. Es una regla de oro que ningún demócrata auténtico discute. Sin embargo, el hecho de que ni siquiera tres de cada diez andaluces hayan aprobado el Estatuto no es motivo de vergüenza, sino de felicitación para la andrajosa democracia de José Luis Rodríguez Zapatero y Manuel Chaves.

Si el nuevo Estatuto entra en vigor en las presentes circunstancias, lo hará lastrado por su escaso apoyo, claramente insuficiente en democracia, y los políticos que lo han impulsado arrastrarán el estigma de haber sacado delante una ley básica en contra de la opinión mayoritaria de su pueblo, todo un "blason" para demócratas de pacotilla.

Chaves y Arenas, este último si cabe, todavía más perdedor que el líder socialista por haber apoyado, de manera inexplicable un Estatuto no deseado por el pueblo, deberían demostrar ahora su temple democrático con las dos únicas decisiones que reunen la dignidad suficiente: abandonar la política tras el fracaso cosechado o declarar publicamente que esa ley, fundamental para el futuro político andaluz, carece del apoyo mínimo aconsejable en democraica, asumiendo todas las consecuencias.

   
Lunes, 19 de Febrero 2007
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