Colaboraciones

DITIRAMBO DEL PERIODISTA HONESTO





Hace pocos días tuve la gran suerte de poder asistir como escogido espectador (pero siento no poder confirmárselo del todo, amable, atento, dilecto, discreto y selecto lector, porque el hecho fue tan extraordinario que aún dudo si el suceso fue real o, simplemente, lo soñé –quiero decir que fue ficticio-) a una mesa redonda de muchísimos quilates.

Tras haber escuchado aducir un montón de razones de peso y debatir apasionadamente a tres reputados representantes del periodismo vasconavarro sobre qué es lo que hay que hacer sin falta en la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) y la Comunidad Foral, contra viento y marea (contra ciento y la madre), controlando (aplaudiendo los aciertos y criticando los errores) a los tres Gobiernos, el Central y los dos Autonómicos, para acabar definitivamente con ETA y su habitual pareja de baile, el cerval miedo, y no morir en el intento, a uno, el menda lerenda, una vez acostado, antes de cerrar los ojos con vocación de conciliar el sueño, le vienen con motivo bastante a su caletre las palabras finales de uno de ellos, uno de los cinco periodistas con mayor predicamento del Estado: “En el País Vasco y Navarra, a día de hoy, querer hacer verdadero periodismo es jugarse la vida en cada columna o esquina. Aquí o te convencen “a las buenas” (compran tus silencios) o “a las malas” (amenazan tu crisma o integridad y tasan tu rígor mortis o semblante cadavérico)”. Poco antes, había reconocido: “Todavía son legión los que nos acusan de haber destapado la caja de los truenos o de Pandora (cuyo nombre, paradoja del destino por el que discurren el lenguaje y el mito, quiere decir “todo regalo”) y de haber alentado y alimentado (aún más, si cabe) la inquina de los desalmados, pero creo a pie juntillas que hicimos bien en sajar y seguimos acertando al continuar hurgando en el divieso hasta que logremos extraerle toda la pus”.

Tras hacer una sinopsis del resumen del epítome, a estas pocas líneas ha quedado reducido la mesa redonda en mi dietario: “Si la esencia del periodismo consiste o radica en la búsqueda y el hallazgo de la verdad, la libertad de expresión debe ser una de las tres condiciones sine qua non, junto con la libreta y el bolígrafo, pues hacen las veces de los tres útiles imprescindibles, la brújula, la lupa y el bisturí, que no pueden faltar en las manos de todo aquel que se precie de ser un periodista decente”.


Ángel Sáez García

Franky  
Lunes, 2 de Enero 2006
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