Aquí, desde que lo hizo Adolfo Suárez, no dimite nadie. Aquí, no dimite Bermejo, ni la ministra Maleni con sus caos y desastres ni la otra, la célebre aquella del miembro y la “miembra”. No tienen “formación ni altura”, pero se aferran y siguen; provocan y amenazan, se embarran y rezongan en el mal estilo. Se sienten tan alejados del ciudadano y tan ufanos y soberbios que ni ellos piensan dimitir ni nadie los llama al orden; es más, a Bermejo, lo ha jaleado su grupo parlamentario como 'torero’. Torero, ¿de qué dehesa? ¿De qué se le jalea, de su actitud chulesca y altanera? ¿O por cazar sin “los papeles” correspondientes?
Bermejo, el “cazador cazado” en cenas y comidas improcedentes, con el juez Garzón, con el Fiscal y el Jefe General de la Policía Judicial, anda sin el permiso de caza, “no figura en el registro de licencias para cazar en Andalucía". Pero, él, satisfecho y carcajeante, dice que no dimite, porque debe trabajar por España, tanto que ya prepara una ley que impida la huelga a los jueces. Huelga, que, con su éxito, ha desbordado a este ministro impresentable y ha reforzado la posición de la judicatura frente al Gobierno; el ministro de la histórica huelga en la Justicia está "desbordado por su ineptitud y acosado y revocado por la provocación y la descalificación, ante los ciudadanos y los jueces, pero, "Bermejo replica con una ley antihuelga al primer paro judicial".
Bermejo, el cazador cazado, en montería ejercida en Quintos de Mora, una finca de propiedad pública, no permitida a los demás mortales, se halla desautorizado y desarmado por la Prensa y por la ciudadanía, pues se atreve, en su desfachatez, a alegar que allí se puede cazar todos los días. Este personaje y su amigo de cacería están llamados a dimitir; Juez y Ministro han caído en su propia red, han de ceder en su ambición. Se han reído de la justicia; sus carcajadas burlonas aún resuenan en los oídos de debilitada justicia. En esto, "el fiscal desinfla la causa contra el PP y pide a Garzón que se inhiba y reenvíe a los TSJ de Madrid y Valencia el 'caso Gürtel’, ya que "cree que, al aparecer indicios contra personas aforadas, el juez debe inhibirse del asunto".
Este episodio de la cacería, con sus amiguismos y junteras, pone, una vez más, de manifiesto el negro humo del sectarismo que sale de los cañones que nos gobiernan; y muestra que aquí no tenemos ni el nombre de democracia, se asiste impasible a su ruina, se alimenta y se colabora al deterioro y quiebra de la independencia del poder judicial y se sigue, como si nada pasara; la política y los políticos todo lo contaminan; es impensable que se haya puesto en entredicho la imparcialidad de la justicia y no haya dimisión ni cese; es este el peor ministro de justicia de toda a Transición y no hay dimisión ni cese. Está claro, quien lo mantiene se reviste de la misma ineptitud, que él arrastra. No ha sabido gestionar las demandas de mejora en los juzgados, reconducir el asunto y evitar la insólita huelga en uno de los estamentos que sustentan la Nación.
Pero, mientras, aquí todos contentos; seguimos destripando y acosando al PP, para ocultar la terrible crisis que nos aboca a los cuatro millones de parados y desoímos a "Sarkozy se defiende de las críticas, diciendo que España va peor, que es el país peor gestionado de toda la UE".
C. Mudarra
Bermejo, el “cazador cazado” en cenas y comidas improcedentes, con el juez Garzón, con el Fiscal y el Jefe General de la Policía Judicial, anda sin el permiso de caza, “no figura en el registro de licencias para cazar en Andalucía". Pero, él, satisfecho y carcajeante, dice que no dimite, porque debe trabajar por España, tanto que ya prepara una ley que impida la huelga a los jueces. Huelga, que, con su éxito, ha desbordado a este ministro impresentable y ha reforzado la posición de la judicatura frente al Gobierno; el ministro de la histórica huelga en la Justicia está "desbordado por su ineptitud y acosado y revocado por la provocación y la descalificación, ante los ciudadanos y los jueces, pero, "Bermejo replica con una ley antihuelga al primer paro judicial".
Bermejo, el cazador cazado, en montería ejercida en Quintos de Mora, una finca de propiedad pública, no permitida a los demás mortales, se halla desautorizado y desarmado por la Prensa y por la ciudadanía, pues se atreve, en su desfachatez, a alegar que allí se puede cazar todos los días. Este personaje y su amigo de cacería están llamados a dimitir; Juez y Ministro han caído en su propia red, han de ceder en su ambición. Se han reído de la justicia; sus carcajadas burlonas aún resuenan en los oídos de debilitada justicia. En esto, "el fiscal desinfla la causa contra el PP y pide a Garzón que se inhiba y reenvíe a los TSJ de Madrid y Valencia el 'caso Gürtel’, ya que "cree que, al aparecer indicios contra personas aforadas, el juez debe inhibirse del asunto".
Este episodio de la cacería, con sus amiguismos y junteras, pone, una vez más, de manifiesto el negro humo del sectarismo que sale de los cañones que nos gobiernan; y muestra que aquí no tenemos ni el nombre de democracia, se asiste impasible a su ruina, se alimenta y se colabora al deterioro y quiebra de la independencia del poder judicial y se sigue, como si nada pasara; la política y los políticos todo lo contaminan; es impensable que se haya puesto en entredicho la imparcialidad de la justicia y no haya dimisión ni cese; es este el peor ministro de justicia de toda a Transición y no hay dimisión ni cese. Está claro, quien lo mantiene se reviste de la misma ineptitud, que él arrastra. No ha sabido gestionar las demandas de mejora en los juzgados, reconducir el asunto y evitar la insólita huelga en uno de los estamentos que sustentan la Nación.
Pero, mientras, aquí todos contentos; seguimos destripando y acosando al PP, para ocultar la terrible crisis que nos aboca a los cuatro millones de parados y desoímos a "Sarkozy se defiende de las críticas, diciendo que España va peor, que es el país peor gestionado de toda la UE".
C. Mudarra