Desgraciadamente, hay que bajar los salarios. Es una mala solución, pero no hay alternativa. Pero sólo es una parte de las muchísimas cosas que no se han hecho en todos estos años. Y además, es muy probable que no se ejecute una correcta combinación de decisiones, porque ciertamente el poder oculta la verdad.
Paul Krugman dijo que la solución es una devaluación interna, o sea una bajada de precios y salarios, que haga más competitivo este país, ya que no se puede hacer una devaluación monetaria del euro sólo en España. Se supone que, para, entre otras cosas, equilibrar nuestra balanza de pagos mediante comercio exterior -suponiendo, claro, que habremos mejorado nuestra competitividad en esos asuntos-. Pero es que este país, en comparación con otros, no tiene apenas industria, ni productos que vender. Somos un país de servicios que artificialmente ascendió debido fundamentalmente a nuestro consumo interno en construcción que ha provocado que gastáramos lo que teníamos y debamos lo que no tenemos. Y ahora, que no podemos seguir comiéndonos el brazo hasta el codo, estamos con una bolsa de parados no cualificados que hay que mantener, y unas familias, empresas y autónomos enormemente endeudas.
Esa solución, bajada de precios y salarios, dicen los que saben que es la más acertada. Pues bien. Me parece más facil devaluar primero los salarios, pero eso requerirá un acuerdo patronal - gobierno/sindicatos (van de la mano), y ya se ha visto que han hecho lo contrario.
¿Y los precios?. No se puede acordar una bajada de precios así como así; esto es una ley de mercado, depende de la oferta-demanda, y ésta se ajusta con el tiempo, y en general tardan bastante en adaptarse los precios cuando son a la baja. No ocurrió lo mismo, y no tan curiosamente, cuando se redondearon al alza con el cambio al euro. De forma que se quedarán en el camino todavía más personas y familias que no podrán hacer frente a una bajada de salarios, y seguro que a la acostumbrada subida de impuestos, mientras los precios todavía no bajen todo lo que debieran, y a la misma velocidad que los salarios.
Es una solución macroeconómica, pero estas soluciones no se reflejan en la microeconomía del día a día hasta pasado mucho tiempo. Y eso es una tragedia para millones, millones, de familias que si están mal ahora, no quiero imaginar cómo estarán durante ese ajuste.
Y aparte, y no menos importante, es la bolsa de paro. ¿Qué pasará, mientras, con los casi cinco millones de desempleados? ¿Habrá emigración de españoles? ¿Volverán los extranjeros a su país? ¿O se armará la marimorena?
Y nuestro déficit, y enorme -y en aumento- deuda pública, ¿quién la querrá entonces si no habrá índices favorables en nuestra economía? Ya lo estamos viendo ¿Cuándo pasaremos a ser A, pues fuimos AAA, y ahora AA?
Y en unas condiciones de devaluación interna, ¿las empresas y familias podrán renegociar sus créditos adquiridos en un momento anterior más caro y favorable? ¿Acaso lo pueden hacer ahora? ¿Y las empresas y sus bancos, asumirán de verdad un menor nivel de ingresos?
Y sobre todo, y al margen de la recomendada devaluación general interna, ¿hasta cuándo mantendrán los bancos y cajas la enorme bolsa de viviendas de las promotoras si no las devalúan para sacarlas al mercado? Y si pretenden bajarlas un 20% o más, como dicen ahora, ¿no se verá afectado su escaso margen de solvencia en un momento en que la gente lo único que tiene es dinero ahorrado? ¿Sabremos realmente cuál es el agujero de muchas cajas y algún banco? ¿Alguien se acuerda de cómo empezó el 'corralito' argentino?
Y las pensiones, como siempre, en boca de todos. Nadie ha dicho que desaparecerán, pero lo que nadie dice es que serán mínimas, pues el nivel de gasto y deuda son insoportables.
Otro Carlitos
Paul Krugman dijo que la solución es una devaluación interna, o sea una bajada de precios y salarios, que haga más competitivo este país, ya que no se puede hacer una devaluación monetaria del euro sólo en España. Se supone que, para, entre otras cosas, equilibrar nuestra balanza de pagos mediante comercio exterior -suponiendo, claro, que habremos mejorado nuestra competitividad en esos asuntos-. Pero es que este país, en comparación con otros, no tiene apenas industria, ni productos que vender. Somos un país de servicios que artificialmente ascendió debido fundamentalmente a nuestro consumo interno en construcción que ha provocado que gastáramos lo que teníamos y debamos lo que no tenemos. Y ahora, que no podemos seguir comiéndonos el brazo hasta el codo, estamos con una bolsa de parados no cualificados que hay que mantener, y unas familias, empresas y autónomos enormemente endeudas.
Esa solución, bajada de precios y salarios, dicen los que saben que es la más acertada. Pues bien. Me parece más facil devaluar primero los salarios, pero eso requerirá un acuerdo patronal - gobierno/sindicatos (van de la mano), y ya se ha visto que han hecho lo contrario.
¿Y los precios?. No se puede acordar una bajada de precios así como así; esto es una ley de mercado, depende de la oferta-demanda, y ésta se ajusta con el tiempo, y en general tardan bastante en adaptarse los precios cuando son a la baja. No ocurrió lo mismo, y no tan curiosamente, cuando se redondearon al alza con el cambio al euro. De forma que se quedarán en el camino todavía más personas y familias que no podrán hacer frente a una bajada de salarios, y seguro que a la acostumbrada subida de impuestos, mientras los precios todavía no bajen todo lo que debieran, y a la misma velocidad que los salarios.
Es una solución macroeconómica, pero estas soluciones no se reflejan en la microeconomía del día a día hasta pasado mucho tiempo. Y eso es una tragedia para millones, millones, de familias que si están mal ahora, no quiero imaginar cómo estarán durante ese ajuste.
Y aparte, y no menos importante, es la bolsa de paro. ¿Qué pasará, mientras, con los casi cinco millones de desempleados? ¿Habrá emigración de españoles? ¿Volverán los extranjeros a su país? ¿O se armará la marimorena?
Y nuestro déficit, y enorme -y en aumento- deuda pública, ¿quién la querrá entonces si no habrá índices favorables en nuestra economía? Ya lo estamos viendo ¿Cuándo pasaremos a ser A, pues fuimos AAA, y ahora AA?
Y en unas condiciones de devaluación interna, ¿las empresas y familias podrán renegociar sus créditos adquiridos en un momento anterior más caro y favorable? ¿Acaso lo pueden hacer ahora? ¿Y las empresas y sus bancos, asumirán de verdad un menor nivel de ingresos?
Y sobre todo, y al margen de la recomendada devaluación general interna, ¿hasta cuándo mantendrán los bancos y cajas la enorme bolsa de viviendas de las promotoras si no las devalúan para sacarlas al mercado? Y si pretenden bajarlas un 20% o más, como dicen ahora, ¿no se verá afectado su escaso margen de solvencia en un momento en que la gente lo único que tiene es dinero ahorrado? ¿Sabremos realmente cuál es el agujero de muchas cajas y algún banco? ¿Alguien se acuerda de cómo empezó el 'corralito' argentino?
Y las pensiones, como siempre, en boca de todos. Nadie ha dicho que desaparecerán, pero lo que nadie dice es que serán mínimas, pues el nivel de gasto y deuda son insoportables.
Otro Carlitos