Los cordones sanitarios se utilizaron para defender a las poblaciones de la peste negra
Pocas prácticas existen en la política más sucias, totalitarias e indecentes que rodear y aislar a un partido con un cinturón sanitario, un comportamiento ajeno a la tolerancia, al debate abierto y a la libre competencia de ideas y proyectos, valores y conductas que son la esencia de la democracia.
El proyecto de aplastar a VOX con un férreo cordón sanitario, presentándolo como un partido peligroso, de extrema derecha, capitaneado por el PSOE y Podemos, con la torpe complicidad de Ciudadanos, está fracasando de manera estrepitosa porque los partidarios de ese partido crecen cada día más y la sociedad española comprueba que VOX es una formación democrática, moderada, que acepta el sistema de libre competencia entre partidos y que lo que mejor hace es presentar ante la opinión pública, con libertad, verdad y valor, soluciones y recetas reales frente a los grandes problemas y dramas de la nación.
Es como si la reacción de los ciudadanos hubiera sido revolverse contra los que querían destruir a VOX por medio del infundio y la mentira, aislándoles a ellos con ese mismo cinturón sanitario que querían imponer a VOX. Ciudadanos, el partido que torpemente se sumó al acoso de las izquierdas contra VOX, está estancado, mientras Podemos se despedaza, Izquierda Unida ya está prácticamente extinguida y el PSOE está dividido y en profundo declive, corroído por el desastroso gobierno de Pedro Sánchez.
La sociedad española está construyendo, con sorprendente espontaneidad, un eficiente y sólido cordón sanitario contra los que han hecho todo lo posible por que ETA esté en las instituciones, los que negocian la destrucción de España con el golpismo catalán, los que humillan a las victimas del terrorismo, los que abruman a los ciudadanos con impuestos injustos y confiscatorios, los que han llenado el Estado de enchufados, familiares y amigos, los que han convertido la corrupción en la principal política de los gobiernos y los que han ocupado la presidencia mediante un artilugio legal pero miserable y ahora se niegan a convocar las elecciones que prometieron, manteniéndose en el poder a cualquier precio.
Es como si la sociedad española, sometida, atontada y cobarde durante las últimas décadas, hubiera despertado ya y tomado la decisión de influir y dirigir la política, castigando a los culpables del deterioro de la democracia, la ruina, la Justicia y los promotores del despilfarro, la desunión y la corrupción que infectan a todo el país.
Aunque las encuestas no lo reflejen con claridad porque los españoles hemos aprendido a ocultar nuestros sentimientos ante encuestadores y medios de comunicación poco fiables, generalmente vendidos al poder, gran parte de la sociedad española prepara su venganza contra esas izquierdas que nos han aportado personajes tan nocivos como Zapatero, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y otros de similar calaña, una venganza que probablemente alcanzará también al Partido Popular y a Ciudadanos, los populares por decepcionar a España bajo el mandato nefasto de Rajoy, y Ciudadanos por dar bandazos, ser un partido veleta y carecer de valor y claridad a la hora de plantear y afrontar los grandes dramas de España.
Las urnas se acercan por el horizonte cargadas de dinamita, mientras la sociedad española rumia y prepara su gran venganza contra los políticos que han construido la actual España, injusta, desequilibrada, corrompida, despilfarradora, endeudada y a punto de romperse por culpa de su indecente clase dirigente. Los que instituyeron la corrupción en todos los rincones de la nación, los que alimentaron con sus pactos miserables el independentismo catalán, los que engordaron el Estado español hasta hacerlo insostrenible, los que destruyeron los controles democráticos e hicieron de los partidos políticos entidades blindadas, los que gobernaron anteponiendo sus intereses al bien común y los que desplazaron a los ciudadanos del sistema, pervirtiéndolo, tiemblan hoy porque saben que se aproxima la hora de rendir cuentas ante unos ciudadanos enfurecidos, cansados de ser esquilmados y tratados como basura.
Sólo VOX se librará de la escabechina por ser el único partido que se atreve a denunciar lo que estaba prohibido por los políticos traidores: el fracaso de las autonomías, fuentes de ruptura, corrupción y abuso de poder, la impunidad de los políticos, el abuso de la inmigracion descontrolada, la maldad de las leyes de género, los privilegios inmerecidos de los partidos y de sus políticos, la injusta ley electoral, que da ventajas a los enemigos de España, la desprotección de las familias, el impresentable tamaño del Estado y otras muchas suciedades y canalladas que los viejos partidos habían convertido, con descaro, irresponsabilidad y puede que hasta con delito, en prácticas comunes de una de las democracias más sucias y dañadas de Occidente.
Francisco Rubiales
El proyecto de aplastar a VOX con un férreo cordón sanitario, presentándolo como un partido peligroso, de extrema derecha, capitaneado por el PSOE y Podemos, con la torpe complicidad de Ciudadanos, está fracasando de manera estrepitosa porque los partidarios de ese partido crecen cada día más y la sociedad española comprueba que VOX es una formación democrática, moderada, que acepta el sistema de libre competencia entre partidos y que lo que mejor hace es presentar ante la opinión pública, con libertad, verdad y valor, soluciones y recetas reales frente a los grandes problemas y dramas de la nación.
Es como si la reacción de los ciudadanos hubiera sido revolverse contra los que querían destruir a VOX por medio del infundio y la mentira, aislándoles a ellos con ese mismo cinturón sanitario que querían imponer a VOX. Ciudadanos, el partido que torpemente se sumó al acoso de las izquierdas contra VOX, está estancado, mientras Podemos se despedaza, Izquierda Unida ya está prácticamente extinguida y el PSOE está dividido y en profundo declive, corroído por el desastroso gobierno de Pedro Sánchez.
La sociedad española está construyendo, con sorprendente espontaneidad, un eficiente y sólido cordón sanitario contra los que han hecho todo lo posible por que ETA esté en las instituciones, los que negocian la destrucción de España con el golpismo catalán, los que humillan a las victimas del terrorismo, los que abruman a los ciudadanos con impuestos injustos y confiscatorios, los que han llenado el Estado de enchufados, familiares y amigos, los que han convertido la corrupción en la principal política de los gobiernos y los que han ocupado la presidencia mediante un artilugio legal pero miserable y ahora se niegan a convocar las elecciones que prometieron, manteniéndose en el poder a cualquier precio.
Es como si la sociedad española, sometida, atontada y cobarde durante las últimas décadas, hubiera despertado ya y tomado la decisión de influir y dirigir la política, castigando a los culpables del deterioro de la democracia, la ruina, la Justicia y los promotores del despilfarro, la desunión y la corrupción que infectan a todo el país.
Aunque las encuestas no lo reflejen con claridad porque los españoles hemos aprendido a ocultar nuestros sentimientos ante encuestadores y medios de comunicación poco fiables, generalmente vendidos al poder, gran parte de la sociedad española prepara su venganza contra esas izquierdas que nos han aportado personajes tan nocivos como Zapatero, Pablo Iglesias, Pedro Sánchez y otros de similar calaña, una venganza que probablemente alcanzará también al Partido Popular y a Ciudadanos, los populares por decepcionar a España bajo el mandato nefasto de Rajoy, y Ciudadanos por dar bandazos, ser un partido veleta y carecer de valor y claridad a la hora de plantear y afrontar los grandes dramas de España.
Las urnas se acercan por el horizonte cargadas de dinamita, mientras la sociedad española rumia y prepara su gran venganza contra los políticos que han construido la actual España, injusta, desequilibrada, corrompida, despilfarradora, endeudada y a punto de romperse por culpa de su indecente clase dirigente. Los que instituyeron la corrupción en todos los rincones de la nación, los que alimentaron con sus pactos miserables el independentismo catalán, los que engordaron el Estado español hasta hacerlo insostrenible, los que destruyeron los controles democráticos e hicieron de los partidos políticos entidades blindadas, los que gobernaron anteponiendo sus intereses al bien común y los que desplazaron a los ciudadanos del sistema, pervirtiéndolo, tiemblan hoy porque saben que se aproxima la hora de rendir cuentas ante unos ciudadanos enfurecidos, cansados de ser esquilmados y tratados como basura.
Sólo VOX se librará de la escabechina por ser el único partido que se atreve a denunciar lo que estaba prohibido por los políticos traidores: el fracaso de las autonomías, fuentes de ruptura, corrupción y abuso de poder, la impunidad de los políticos, el abuso de la inmigracion descontrolada, la maldad de las leyes de género, los privilegios inmerecidos de los partidos y de sus políticos, la injusta ley electoral, que da ventajas a los enemigos de España, la desprotección de las familias, el impresentable tamaño del Estado y otras muchas suciedades y canalladas que los viejos partidos habían convertido, con descaro, irresponsabilidad y puede que hasta con delito, en prácticas comunes de una de las democracias más sucias y dañadas de Occidente.
Francisco Rubiales