El sometimiento de los medios de comunicación y de los jueces al nacionalismo catalán, denunciado por numerosas personas y organizaciones, entre ellas Convivencia Cívica, ha dado pie para que se ponga de manifiesto la enorme corrupción que infecta al sistema judicial español, politizado, sin independencia y sin garantías suficientes. El Sindicato Unificado de Policía, el más fuerte y el que reune mas afiliados en la policía española, denuncia que hay jueces que tapan la corrupción de los políticos paralizando sumarios y denuncias. Se trata de una acusación muy grave de policías que conocen bien cómo se mueve la Justicia en este país, que siembra entre los ciudadanos españoles, ya abrumados por la corrupción de los políticos, todavía más desasosiego y angustia, cerrando todavía más la ya débil esperanza en una regeneración de la podrida España.
La denuncia del SUP afecta a "todos" los grandes partidos y a todas las ideologías y se concreta en trabas para investigar a políticos corruptos, traslados de policías que investigan a políticos o familiares de políticos, castigos solapados, promociones de policías corruptos y otros mecanismos que denotan no solo la existencia de una corrupción profunda en la política y en la Justicia, sino que ambas corrupciones se coordinan para impedir que la Justicia pueda operar.
Al parecer hay miles de casos de corrupción y abuso denunciados ante juzgados donde los jueces no hacen nada para que esos casos sean investigados y aclarados. La fiscalía ha informado de que existen en torno a un millar de casos abiertos por corrupción en España y muchos mas en investigación, pero ni ha aclarado el número de los que se investigan ni el número, mucho más elevado, de los que han sido tapados o paralizados en los juzgados para que no prosperen.
Se trata no sólo de un mecanismo de corrupción de la Justicia sino de una pieza importante en la impunidad práctica que disfrutan los políticos cuando cometen fechorías.
Los partidos políticos utilizan frecuentemente el truco de presentar denuncias cuando jueces cercanos al propio partido están de guardia o utilizan caminos oscuros para que determinados procesos sean responsabilidad de jueces concretos, en los que ellos confían, lo que constituye una nauseabunda corrupción politico-judicial que invalida la democracia y refleja el carácter sucio, arbitrario y hasta tiránico del sistema político español..
La denuncia del SUP se ha realizado con el escándalo de las acusaciones contra Artur Mas y Jordi Pujol y sus familias como telón de fondo, ante las que el fiscal jefe de Cataluña se ha apresurado a salir en defensa de los políticos nacionalistas catalanes y en contra del diario "El Mundo", algo que ha provocado la protesta del fiscal general del Estado, superior jerárquico del fiscal catalán.
Algunos policías consultados por Voto en Blanco afirman que la Justicia está intensamente politizada y que gran parte de los jueces y magistrados actúan como si fueran militantes o cargos de determinados partidos políticos, lo que convierte la administración de la Justicia en un sainete cargado de tragedia e inmundicia.
La corrupción del sistema político-judicial español tiene manifestaciones inquietantes y tan corruptas que provocan vómito, entre las que destacan las frecuentes desapariciones de documentos y pruebas en dependencias judiciales. Otras manifestaciones de la corrupción son la persecución de policías honrados, la promoción de policías corruptos y al servicio de los partidos, dentro del cuerpo, la elaboración de informes falsos y tendenciosos, la existencia de juzgados saturados de trabajo en los que caen, inexplicablemente, casos de gran importancia para que queden paralizados, los errores voluntarios que dejan en libertad a culpables, la incapacidad para encontrar y convocar a implicados, la "blandura" de algunos interrogatorios y la "dureza" de otros, la lentitud estudiada y premeditada de las actuaciones judiciales, en espera de que los delitos prescriban, la irregularidad de las sentencias y muchas otras, suficientes para que la ciudadanía española se sienta asqueada del funcionamiento de la Justicia en España.
La denuncia del SUP afecta a "todos" los grandes partidos y a todas las ideologías y se concreta en trabas para investigar a políticos corruptos, traslados de policías que investigan a políticos o familiares de políticos, castigos solapados, promociones de policías corruptos y otros mecanismos que denotan no solo la existencia de una corrupción profunda en la política y en la Justicia, sino que ambas corrupciones se coordinan para impedir que la Justicia pueda operar.
Al parecer hay miles de casos de corrupción y abuso denunciados ante juzgados donde los jueces no hacen nada para que esos casos sean investigados y aclarados. La fiscalía ha informado de que existen en torno a un millar de casos abiertos por corrupción en España y muchos mas en investigación, pero ni ha aclarado el número de los que se investigan ni el número, mucho más elevado, de los que han sido tapados o paralizados en los juzgados para que no prosperen.
Se trata no sólo de un mecanismo de corrupción de la Justicia sino de una pieza importante en la impunidad práctica que disfrutan los políticos cuando cometen fechorías.
Los partidos políticos utilizan frecuentemente el truco de presentar denuncias cuando jueces cercanos al propio partido están de guardia o utilizan caminos oscuros para que determinados procesos sean responsabilidad de jueces concretos, en los que ellos confían, lo que constituye una nauseabunda corrupción politico-judicial que invalida la democracia y refleja el carácter sucio, arbitrario y hasta tiránico del sistema político español..
La denuncia del SUP se ha realizado con el escándalo de las acusaciones contra Artur Mas y Jordi Pujol y sus familias como telón de fondo, ante las que el fiscal jefe de Cataluña se ha apresurado a salir en defensa de los políticos nacionalistas catalanes y en contra del diario "El Mundo", algo que ha provocado la protesta del fiscal general del Estado, superior jerárquico del fiscal catalán.
Algunos policías consultados por Voto en Blanco afirman que la Justicia está intensamente politizada y que gran parte de los jueces y magistrados actúan como si fueran militantes o cargos de determinados partidos políticos, lo que convierte la administración de la Justicia en un sainete cargado de tragedia e inmundicia.
La corrupción del sistema político-judicial español tiene manifestaciones inquietantes y tan corruptas que provocan vómito, entre las que destacan las frecuentes desapariciones de documentos y pruebas en dependencias judiciales. Otras manifestaciones de la corrupción son la persecución de policías honrados, la promoción de policías corruptos y al servicio de los partidos, dentro del cuerpo, la elaboración de informes falsos y tendenciosos, la existencia de juzgados saturados de trabajo en los que caen, inexplicablemente, casos de gran importancia para que queden paralizados, los errores voluntarios que dejan en libertad a culpables, la incapacidad para encontrar y convocar a implicados, la "blandura" de algunos interrogatorios y la "dureza" de otros, la lentitud estudiada y premeditada de las actuaciones judiciales, en espera de que los delitos prescriban, la irregularidad de las sentencias y muchas otras, suficientes para que la ciudadanía española se sienta asqueada del funcionamiento de la Justicia en España.