Pronto, ante el desastre que ocasionan nuestros políticos, tendremos libros y tesis sobre "la desgracia de ser español"
Los españoles, aunque hoy parezca increíble, llegaron a ser admirados y temidos en el mundo, pero hoy, por culpa de una ristra de políticos miserables que han hundido a España, ser español es mas un estigma que otra cosa. Dependemos del turismo, de la caridad de la Unión Europea y de los controles externos, sin los cuales España ya sería un Estado fallido, después de padecer el mal gobierno del PSOE y del PP y de políticos tan desalmados y torpes, como González, Aznar, Zapatero, Rajoy y Pedro Sánchez, el peor de todos ellos.
Hubo un tiempo en el que ser español era un "orgullo", pero hoy es una "desgracia". Si naces español naces endeudado hasta las cejas, mal gobernado, padeciendo servicios de mala calidad, sin suficiente protección del Estado, con tus derechos y libertades mermados, en manos de políticos crueles y descerebrados y obligado a elegir entre la bolsa y la vida. Si eres español tienes muchas posibilidades de tener que vivir de las limosnas públicas como desempleado, de pedir comida en las colas del hambre, de tener emigrar para encontrar un trabajo digno y de arrastrar, como un estigma, tu nacionalidad española, poco apreciada y menos prestigiada en el planeta. Te mirarán pensando que eres un cobarde porque el pueblo al que perteneces soporta la corrupción y la tiranía de sus políticos sin rechistar, mas que cualquier otro del mundo. Sospecharán de ti porque tu gobierno es comunista, seguidor de una doctrina asesina que el mundo creía derrotada pero que en algunos países desgraciados está renaciendo.
Por ser español pagas mas impuestos, padeces más burocracia, abonas más dinero por la luz, tienes que pagar mas multas de tráfico y eres de los europeos que menos recibe del Estado a cambio de tus impuestos y sacrificios. La mayor ventaja de ser español era la alegría y el clima en las calles, pero hoy estás encerrado en tu casa y la alegría se diluye y se torna preocupación sombría ante un futuro incierto y amenazante.
Te preguntarás el por qué de esa tragedia o "mala suerte" y sólo encontrarás una respuesta: los políticos españoles nos han conducido hasta el cadalso y nos han arruinado la patria y la vida.
Ahora, para darnos la puntilla, los socialistas, borrachos de codicia e insaciables, preparan una subida de impuestos que arruinará todavía más a los ciudadanos y a las empresas. Pretenden cobrar más a las empresas, a los herederos, a los que tienen trabajo y a los que quieran donar sus posesiones a sus hijos o nietos. Como consecuencia de esa tiranía fiscal, muchas empresas huirán, otras cerrarán y millones de españoles serán más pobres y más víctimas de tiranos sin escrúpulos.
Hay que reconocerlo de una vez por todas, aunque los que mandan se enfurezcan: los políticos han destrozado España. Y si fuéramos un pueblo valiente y sensato, machacaríamos en las urnas a los verdugos. Pero la realidad es distinta porque España es un país de esclavos que siguen votando a los que les destruyen.
Nos han construido un país desequilibrado, con un Estado tan gigantesco que es imposible de financiar, lleno de desempleados, arrasado por la corrupción, endeudado hasta el tuétano, con más políticos a sueldo del Estado que Francia, Alemania y Gran Bretaña juntos, con más coches oficiales que el resto de Europa y Estados Unidos juntos y con más políticos aforados y privilegiados que todo el resto de Europa. Somos líderes en dinero sucio, blanqueo de dinero, trata de blancas, corrupción, tráfico y consumo de drogas, prostitución, consumo de bebidas alcohólicas y muchas otros vicios. Tenemos fama mundial de despilfarradores, vagos y cobardes.
Toda esa basura se la debemos a nuestros dirigentes, de izquierda, de derechas y nacionalistas, pero sobre todo a la actual coalición de poder, que produce nauseas a la gente decente nada más contemplarla porque congrega a los "sanchistas", que son los peor del socialismo y a los comunistas de Podemos, todos protegidos y alentados por los herederos de ETA y por los nacionalistas catalanes y vascos que sueñan cada día con romper España.
¿Cómo sobrevivir a este desastre de los políticos destructores? Resistiendo y luchando para que ellos sean derrotados y desaparezcan, para sustituir la basura por democracia, la corrupción por decencia y a los malos gobernantes por verdaderos servidores públicos, que sean fieles al bien común y no a sus partidos mafiosos y a sus sucias ambiciones.
Francisco Rubiales
Hubo un tiempo en el que ser español era un "orgullo", pero hoy es una "desgracia". Si naces español naces endeudado hasta las cejas, mal gobernado, padeciendo servicios de mala calidad, sin suficiente protección del Estado, con tus derechos y libertades mermados, en manos de políticos crueles y descerebrados y obligado a elegir entre la bolsa y la vida. Si eres español tienes muchas posibilidades de tener que vivir de las limosnas públicas como desempleado, de pedir comida en las colas del hambre, de tener emigrar para encontrar un trabajo digno y de arrastrar, como un estigma, tu nacionalidad española, poco apreciada y menos prestigiada en el planeta. Te mirarán pensando que eres un cobarde porque el pueblo al que perteneces soporta la corrupción y la tiranía de sus políticos sin rechistar, mas que cualquier otro del mundo. Sospecharán de ti porque tu gobierno es comunista, seguidor de una doctrina asesina que el mundo creía derrotada pero que en algunos países desgraciados está renaciendo.
Por ser español pagas mas impuestos, padeces más burocracia, abonas más dinero por la luz, tienes que pagar mas multas de tráfico y eres de los europeos que menos recibe del Estado a cambio de tus impuestos y sacrificios. La mayor ventaja de ser español era la alegría y el clima en las calles, pero hoy estás encerrado en tu casa y la alegría se diluye y se torna preocupación sombría ante un futuro incierto y amenazante.
Te preguntarás el por qué de esa tragedia o "mala suerte" y sólo encontrarás una respuesta: los políticos españoles nos han conducido hasta el cadalso y nos han arruinado la patria y la vida.
Ahora, para darnos la puntilla, los socialistas, borrachos de codicia e insaciables, preparan una subida de impuestos que arruinará todavía más a los ciudadanos y a las empresas. Pretenden cobrar más a las empresas, a los herederos, a los que tienen trabajo y a los que quieran donar sus posesiones a sus hijos o nietos. Como consecuencia de esa tiranía fiscal, muchas empresas huirán, otras cerrarán y millones de españoles serán más pobres y más víctimas de tiranos sin escrúpulos.
Hay que reconocerlo de una vez por todas, aunque los que mandan se enfurezcan: los políticos han destrozado España. Y si fuéramos un pueblo valiente y sensato, machacaríamos en las urnas a los verdugos. Pero la realidad es distinta porque España es un país de esclavos que siguen votando a los que les destruyen.
Nos han construido un país desequilibrado, con un Estado tan gigantesco que es imposible de financiar, lleno de desempleados, arrasado por la corrupción, endeudado hasta el tuétano, con más políticos a sueldo del Estado que Francia, Alemania y Gran Bretaña juntos, con más coches oficiales que el resto de Europa y Estados Unidos juntos y con más políticos aforados y privilegiados que todo el resto de Europa. Somos líderes en dinero sucio, blanqueo de dinero, trata de blancas, corrupción, tráfico y consumo de drogas, prostitución, consumo de bebidas alcohólicas y muchas otros vicios. Tenemos fama mundial de despilfarradores, vagos y cobardes.
Toda esa basura se la debemos a nuestros dirigentes, de izquierda, de derechas y nacionalistas, pero sobre todo a la actual coalición de poder, que produce nauseas a la gente decente nada más contemplarla porque congrega a los "sanchistas", que son los peor del socialismo y a los comunistas de Podemos, todos protegidos y alentados por los herederos de ETA y por los nacionalistas catalanes y vascos que sueñan cada día con romper España.
¿Cómo sobrevivir a este desastre de los políticos destructores? Resistiendo y luchando para que ellos sean derrotados y desaparezcan, para sustituir la basura por democracia, la corrupción por decencia y a los malos gobernantes por verdaderos servidores públicos, que sean fieles al bien común y no a sus partidos mafiosos y a sus sucias ambiciones.
Francisco Rubiales