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Comisión de investigación sobre los EREs mafiosos de Andalucía: ¿políticos bobos, sinvergiüenzas o mentirosos?



Muchos creíamos que los responsables socialistas andaluces de los EREs falsos, malversadores de más de mil millones de euros de dinero público, merecían ser expulsados del poder por chorizos, pero resulta que ninguno de los responsables sospechosos sabía nada, lo que obligaría a expulsarlos por cínicos o por bobos, por ocultar la verdad hasta el final o por dejarse "birlar" esa millonada de dinero público en sus propias narices.
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Andalucía se viste de opereta, apuesta por el surrealismo y demuestra, una vez más, su condición de payaso tragicómico de España. Ahora resulta que los políticos que cobran por gobernar la mayor y mas poblada autonomía del país no sabían nada de los EREs fraudulentos que beneficiaron a cientos de socialistas y amigos del poder sin que nunca hubieran trabajado en las empresas afectadas. Se desentienden de la democracia, que es claridad, apostando por lo opaco y lo oscuro. Se ríen del ciudadano, que es el que siempre paga la factura de los robos y saqueos de la clase política. Lo único que está meridianamente claro es que esos gobernantes no merecen ostentar el poder en una democracia, ya sea porque actuaron como chorizos, o porque mienten como bellacos o porque son bobos y ni siquiera se daban cuenta que les robaban los dineros del pueblo, de los que ellos eran custodios y administradores responsables.

Después de clausurarse la pomposa e inútil comisión de investigación aprobada por el Parlamento Andaluz, tras analizar a la luz de la democracia los contenidos de la pantomima sobre los falsos y mafiosos EREs, en la que todos los implicados y sospechosos han afirmado que no sabían "nada de nada", cualquier ciudadano decente y demócrata tiene claro que hay que expulsarlos del poder, aunque no sabemos si por haber sido chorizos, si por haber sido falsos o por haber sido imbéciles. Después de haber escuchado tantas declaraciones de tantos tipos viscosos, oscuros y duchos en escurrir el bulto, son muchos los ciudadanos andaluces que se escandalizan por ser gobernados por semejantes personajes, merecedores de castigo y repudio. Entre tanta mentira y engaño, es imposible discernir si han robado para beneficiar a los suyos, si han mentido a los ciudadanos y al Parlamento, una vez más, para mantenerse en el poder y ocultar sus abusos o si son tan tontos e ineptos que ni siquiera se han enterado de que participaban en una estafa de más de mil millones de euros de dinero público.

De cualquier manera, cualquier observador imparcial, con la democracia en la mano, sabe que merecen ser castigados y apartados de las responsabilidades de gobierno, pero la ausencia de democracia y de decencia en Andalucía es de tal envergadura, que no les ocurrirá nada. La única esperanza no está en el Parlamento, que debería ser el templo de la palabra y de la verdad, pero que ha sido convertido en la cueva de los sátrapas, sino en una jueza Alaya, que, sorprendentemente, parece ser inmune a las influencias políticas y dispuesta a juzgar con justicia a los implicados.

Manuel Chaves, el gran "padrino" del socialismo andaluz, un tipo que ha permanecido tanto tiempo en el poder que ha terminado por adquirir rostro de aburrido, ha dicho ante el Parlamento, sin ruborizarse, que él se ha enterado de muchas cosas de los EREs fraudulentos que organizó su propio gobierno "por la prensa". Lógicamente, como todos sus colegas, ha negado que supiera el caso cuando era presidente y que su gobierno aprobara ninguna medida ilegal. Su gobierno comete un fraude de mil millones y él ni siquiera se entera. Afirma sobre lo ocurrido: "Creo que han sido hechos aislados que no pueden poner en cuestión toda la legitimidad de un gobierno" ¿Desconoce lo que es la democracia? ¿Sinvergüenza, falso o idiota?

Magdalena Álvarez dice que no sabía nada y que también ha conocido los detalles por los medios de comunicación. Tremendo e increíble en una consejera de Hacienda famosa porque estaba en todo y mandaba tanto que la llamaban "Mandalena".

Lo de Griñán ha sido casi tan patético como lo de Chaves. El actual presidente afirma que nadie pidió "ninguna intervención" suya, como consejero de Hacienda, en el asunto de los EREs y repitió su famosa teoría (cuya falsedad se ha comprobado) de que fue la Junta, siguiendo órdenes suyas, la primera que denunció el asunto a los tribunales. Pero no aclaró la verdad: que lo hizo cuando ya había perdido el control y le resultaba imposible mantener el delito en el secreto.

El carrusel de la vergüenza de España por soportar con cobardía a una clase política inepta y ajena a la democracia y a la ética, sigue girando, generando risa y lástima en el resto del mundo.


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Jueves, 27 de Septiembre 2012
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