Los altos dirigentes de Ciudadanos y VOX están muy preocupados ante la avalancha de nuevos militantes, acogidos en esos partidos sin que hayan sido previamente investigados y filtrados y convencidos de que entre ellos hay corruptos, vividores y miserables dispuestos a utilizar la política no para servir a España sino para acumular poder y lucrarse.
Las fuentes consultadas de ambos partidos coinciden en destacar que están abrumados por la avalancha de nuevos inscritos, muchos de los cuales escapan de los grandes partidos porque allí huelen a derrota en las próximas elecciones y quieren posicionarse entre los ganadores. Aseguran que los que llegan están siendo analizados, pero que el proceso de filtrado es necesariamente complejo y lento.
Llegan frustrados y en apariencia decepcionados por la corrupción y las traiciones y carencias de los viejos partidos y muchos de ellos afirman que echan de manos patriotismo y decencia, pero los dirigentes de VOX y Ciudadanos sospechan que muchos llegan únicamente para vivir de los presupuestos y alcanzar dinero, cargos públicos y privilegios.
En ambos partidos emergentes reconocen que los viejos partidos, PSOE y PP, se han convertido en cubículos donde acuden corruptos y oportunistas de todos los pelajes, atraídos por la política, que en España es el oficio menos exigente y mejor remunerado, especialmente atractivo para mediocres que nunca prosperarían en la sociedad y los mercados libres.
Los más recientes sondeos reflejan lo lógico cuando hay un cambio de gobierno, que el partido gobernante crece, pero estas encuestas, dominadas por el olor a poder y la euforia del triunfo, carecen de credibilidad y habrá que esperar al otoño para obtener datos fiables sobre el futuro del bipartidismo y el fenómenos creciente de Ciudadanos y VOX, dos partidos altamente beneficiados por el rechazo generalizado al gobierno de Rajoy.
Francisco Rubiales
Las fuentes consultadas de ambos partidos coinciden en destacar que están abrumados por la avalancha de nuevos inscritos, muchos de los cuales escapan de los grandes partidos porque allí huelen a derrota en las próximas elecciones y quieren posicionarse entre los ganadores. Aseguran que los que llegan están siendo analizados, pero que el proceso de filtrado es necesariamente complejo y lento.
Llegan frustrados y en apariencia decepcionados por la corrupción y las traiciones y carencias de los viejos partidos y muchos de ellos afirman que echan de manos patriotismo y decencia, pero los dirigentes de VOX y Ciudadanos sospechan que muchos llegan únicamente para vivir de los presupuestos y alcanzar dinero, cargos públicos y privilegios.
En ambos partidos emergentes reconocen que los viejos partidos, PSOE y PP, se han convertido en cubículos donde acuden corruptos y oportunistas de todos los pelajes, atraídos por la política, que en España es el oficio menos exigente y mejor remunerado, especialmente atractivo para mediocres que nunca prosperarían en la sociedad y los mercados libres.
Los más recientes sondeos reflejan lo lógico cuando hay un cambio de gobierno, que el partido gobernante crece, pero estas encuestas, dominadas por el olor a poder y la euforia del triunfo, carecen de credibilidad y habrá que esperar al otoño para obtener datos fiables sobre el futuro del bipartidismo y el fenómenos creciente de Ciudadanos y VOX, dos partidos altamente beneficiados por el rechazo generalizado al gobierno de Rajoy.
Francisco Rubiales