Según cifras oficiales del Instituto Cinematográfico (ICAA), el cine español ha perdido en 2007 más de cinco millones de espectadores en sala. De esta manera, el cine español retrocede en cuota de pantalla tres puntos y sufre una caída de ingresos de 28 millones de euros.
El dato es lo bastante contundente para concluir que el cine español, subvencionado por el poder y ajeno al mercado, está en profunda crisis y que las subvenciones, más que impulsar la creatividad y la competencia, castran el arte y la industria cinematográfica española.
¿Corregirá su rumbo el cine español? Imposible porque el concubinato entre el cine y el poder socialista, aunque perjudica al arte y a la industria, beneficia a los grupos que controlan el poder: los gobernantes, que encuentran en los artistas apoyo a sus posiciones y tesis, y los artistas, que reciben del poder político el dinero y el reconocimiento que no merecen y que el mercado les niega por su escasa capacidad artística y creativa.
El dato es lo bastante contundente para concluir que el cine español, subvencionado por el poder y ajeno al mercado, está en profunda crisis y que las subvenciones, más que impulsar la creatividad y la competencia, castran el arte y la industria cinematográfica española.
¿Corregirá su rumbo el cine español? Imposible porque el concubinato entre el cine y el poder socialista, aunque perjudica al arte y a la industria, beneficia a los grupos que controlan el poder: los gobernantes, que encuentran en los artistas apoyo a sus posiciones y tesis, y los artistas, que reciben del poder político el dinero y el reconocimiento que no merecen y que el mercado les niega por su escasa capacidad artística y creativa.