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¿Cerrar la ONU?





El último mazazo contra la ONU no procede de las terribles encuestas que reflejan su desprestigio, ni siquiera de las investigaciones sobre la corrupción que se escondía detrás del programa "Petróleo por Alimentos", ni siquiera del ostentoso fracaso de su última y reciente asamblea general, sino del periódico "The New York Times", que propone no su reforma sino su liquidación.

El periódico, buque insignia del pensamiento liberal y de izquierda norteamericano, considera que el fracaso de la ONU es tan total y definitivo que no admite reformas sino una simple sustitución por un organismo distinto que opere de forma parecida a como funciona la OTAN, integrado sólo por naciones que compartan determinados ideales de paz y libertad.

James Traub, uno de los más prestigiosos periodistas del Magazine del Times Dominical, ha dedicado dos páginas explosivas a defender la tesis de que el organismo internacional no tiene ni la capacidad, ni el prestigio moral para pretender ser algo parecido a un gobierno mundial y afirma que las naciones miembros de la ONU no sólo no están unidas sino que, en muchos casos, son enemigas y practican la hostilidad entre ellas, sin interés alguno en defender la paz, respetar la seguridad, ni defender los derechos humanos.

La propuesta de Traub se diferencia de la de otros pensadores neoconservadores y liberales, que apuestan por una ONU integrada sólo por democracias. La apuesta de Traub es una "Unión por la Paz y la Seguridad" construida sobre tres puntos básicos: 1) Una definición clara del terrorismo y un compromiso de los paises miembros para hacerle frente, incluso con medios militares; 2) Los países miembros deberán proteger a los propios ciudadanos e intervendrán, incluso militarmente, si se producen atracidades; 3) La pobreza y la enfermedad que amenazan al mundo exigen una respuesta colectiva.

Según Traub, estos criterios sencillos serán suficientes para evitar la pasividad escandalosa de la actual ONU ante desastres e injusticias flagrantes, así como la corrupción y las luchas intestinas dentro del organismo mundial.

Voto en Blanco tiene coincidencias con Traub, pero también diferencias notables. Creemos que la actual ONU es un fiel reflejo de los actuales Estados-nación y de la catadura de la política mundial: hipócrita, taimada y orientada más a lograr ventajas, dominio y privilegios que a solucionar los problemas de la Humanidad. La ONU está integrada por países dominados por burocracias y partidos políticos, de los que han sido expulsados los ciudadanos, que ya no pueden controlar y equilibrar a los poderes públicos desatados. La ONU actual es un organismo integrado por esos Estados, sin ciudadanos, sin controles democráticos. La ONU que propone Traub, lógicamente, también tendrá el mismo defecto: carecerá de controles que son imprescindibles, principalmente los de los ciudadanos y los medios de comunicación, y será un organismo al servicio de los gobiernos, csobre todo de los más poderosos, sin garantías, ni equilibrios, al servicio del poder de las potencias y no de los verdaderos intereses y objetivos de la comunidad humana.

Antes de crear otra ONU que reproduzca los errores y carencias del actual sistema político, hay que reformar la política y las democracias, devolviendo el protagonismo a los ciudadanos y a la sociedad civil. Sólo cuando los actuales poderes que controlan el Estado vuelvan a estar bajo control ciudadano, sólo entonces, podrá construirse una ONU útil, fiable y honrada.


Franky  
Viernes, 23 de Septiembre 2005
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