Los saqueadores de las Cajas de Ahorros españolas tienen que ser castigados, pero los políticos están haciendo todo lo posible para que ese crimen quede impune, quizás porque todos los saqueadores, sin excepción, fueron políticos o aliados suyos encuadrados en los sindicatos o en las clases profesionales mercenarias, sometidas al poder.
Los estrategas saben ya que el crimen del saqueo es de esos que el pueblo no olvida. Muchos ciudadanos están creando opinión y empiezan a agruparse para exigir castigo para los canallas, muchos de los cuales continúan saqueando, ahora desde posiciones negociadas con los bancos y cajas que se quedaron, a precio de ganga, las arruinadas y desvalijadas cajas de ahorros. Rubalcaba ha dado ya ordenes a algunos de sus peones para que se adelanten a los ciudadanos honrados y organicen plataformas de protesta contra el saqueo de las cajas de ahorros, controladas por el PSOE, para que la protesta pueda ser infiltrada, manipulada y bastarda. No tengo indicios, pero el PP debe estar haciendo lo mismo, preparando plataformas y falsas protestas para desactivar las verdaderas protestas de los ciudadanos indignados. Por desgracia, esa es la forma habitual de comportamiento en los partidos políticos, dispuestos a realizar cualquier barbaridad o indecencia con tal de mantener el poder y los privilegios.
Pero al margen de eso, los ciudadanos debemos organizarnos para que los culpables del saqueo y destrucción de las cajas paguen su crimen y devuelvan lo robado.
Haber asesinado a las cajas de ahorros ha sido uno de los crímenes mas deleznables y rastreros realizados en España desde la muerte del dictador. Ese crimen debe ser puesto en el "debe" de los grandes partidos políticos porque son ellos los que lo han realizado, permitido, consentido y protegido.
Cuando España iba a organizar la Exposición Universal de 1992, en Sevilla, el Comisario Manuel Olivencia encargó un estudio para saber que poseía España que mereciera la pena exhibir ante el mundo. De ese estudio surgieron cuatro "tesoros" españoles que el mundo envidiaba: el patrimonio histórico y artístico, la ONCE, organización de los ciegos españoles, el modelo de farmacia español y, sobre todo, las cajas de ahorros, una institución que ningún otro país del mundo tenía con la fuerza y salud que poseían las cajas españolas, adaptadas a las personas, próximas al ciudadano y capacitadas para atender las necesidades financieras de las clases medias y trabajadoras.
Dos décadas después de la Expo 92, las cajas españolas habían sido aniquiladas por los políticos, con la complicidad del resto del sistema financiero y la colaboración pasiva de un pueblo cobarde e insensible que, por su miedo reverencial al poder, tal vez se merezca todas las torturas y abusos que les imponen los políticos.
Las cajas de ahorro estaban en manos de profesionales sensibilizados con una forma concreta de hacer banca. Eran instituciones populares, sin ánimo de lucro, capaces de devolver a la sociedad, en forma de actuaciones culturales y benéficas, las plusvalías que les proporcionaba su trabajo en el sector financiero. Pero los políticos vieron su debilidad, aprobaron leyes que les permitieron invadir sus consejos de administración, se aliaron con los sindicatos, ya prostituidos y fascinados por el dinero y los privilegios del poder, y comenzaron el saqueo y demolición de aquellas instituciones ejemplares, hoy aniquiladas por ese poder político que mas que gobernar España la ha hundido en una sepultura de desvergüenza, barro y plomo.
Ahora ha llegado la hora de los ciudadanos, convencidos de que de la clase política no puede esperar nada bueno. Es la hora no sólo de castigar a los saqueadores y canallas, muchos de los cuales siguen disfrutando de lo que robaron y ocupando puestos de élite, sino también la hora de reconstruir el modelo sobre sus bases antiguas, alejado del poder político, blindado frente al asalto de los canallas, sin grietas por las que pueda penetrar la carcoma del poder corrupto.
Creemos asociaciones y agrupaciones de damnificados porque los damnificados por los saqueadores somos todos, empezando por la misma España, que fue privada de uno de sus grandes valores, y continuando por los ciudadanos, a los que arrebataron unas instituciones verdaderamente populares y humanas, orientadas hacia la honradez y la decencia en un mundo de piratas.
Después del confuso destello del ingreso en prisión de Miguel Blesa, después liberado y puesto en resguardo por el sistema, por fin se ha producido el primer ingreso en prisión de un alto cargo de las cajas saqueadas, concretamente del director general de la CAM y de otro chorizo de su Consejo, ambos eludibles con fianza de 2 millones el chorizo mayor y 450.000 euros el pequeño. Con seguridad pagarán las fianzas con el dinero previamente saqueado.
¿Una falsa esperanza para entretener al pobre y burlado pueblo español o el comienzo de la esperada Justicia para los saqueadores?
Los estrategas saben ya que el crimen del saqueo es de esos que el pueblo no olvida. Muchos ciudadanos están creando opinión y empiezan a agruparse para exigir castigo para los canallas, muchos de los cuales continúan saqueando, ahora desde posiciones negociadas con los bancos y cajas que se quedaron, a precio de ganga, las arruinadas y desvalijadas cajas de ahorros. Rubalcaba ha dado ya ordenes a algunos de sus peones para que se adelanten a los ciudadanos honrados y organicen plataformas de protesta contra el saqueo de las cajas de ahorros, controladas por el PSOE, para que la protesta pueda ser infiltrada, manipulada y bastarda. No tengo indicios, pero el PP debe estar haciendo lo mismo, preparando plataformas y falsas protestas para desactivar las verdaderas protestas de los ciudadanos indignados. Por desgracia, esa es la forma habitual de comportamiento en los partidos políticos, dispuestos a realizar cualquier barbaridad o indecencia con tal de mantener el poder y los privilegios.
Pero al margen de eso, los ciudadanos debemos organizarnos para que los culpables del saqueo y destrucción de las cajas paguen su crimen y devuelvan lo robado.
Haber asesinado a las cajas de ahorros ha sido uno de los crímenes mas deleznables y rastreros realizados en España desde la muerte del dictador. Ese crimen debe ser puesto en el "debe" de los grandes partidos políticos porque son ellos los que lo han realizado, permitido, consentido y protegido.
Cuando España iba a organizar la Exposición Universal de 1992, en Sevilla, el Comisario Manuel Olivencia encargó un estudio para saber que poseía España que mereciera la pena exhibir ante el mundo. De ese estudio surgieron cuatro "tesoros" españoles que el mundo envidiaba: el patrimonio histórico y artístico, la ONCE, organización de los ciegos españoles, el modelo de farmacia español y, sobre todo, las cajas de ahorros, una institución que ningún otro país del mundo tenía con la fuerza y salud que poseían las cajas españolas, adaptadas a las personas, próximas al ciudadano y capacitadas para atender las necesidades financieras de las clases medias y trabajadoras.
Dos décadas después de la Expo 92, las cajas españolas habían sido aniquiladas por los políticos, con la complicidad del resto del sistema financiero y la colaboración pasiva de un pueblo cobarde e insensible que, por su miedo reverencial al poder, tal vez se merezca todas las torturas y abusos que les imponen los políticos.
Las cajas de ahorro estaban en manos de profesionales sensibilizados con una forma concreta de hacer banca. Eran instituciones populares, sin ánimo de lucro, capaces de devolver a la sociedad, en forma de actuaciones culturales y benéficas, las plusvalías que les proporcionaba su trabajo en el sector financiero. Pero los políticos vieron su debilidad, aprobaron leyes que les permitieron invadir sus consejos de administración, se aliaron con los sindicatos, ya prostituidos y fascinados por el dinero y los privilegios del poder, y comenzaron el saqueo y demolición de aquellas instituciones ejemplares, hoy aniquiladas por ese poder político que mas que gobernar España la ha hundido en una sepultura de desvergüenza, barro y plomo.
Ahora ha llegado la hora de los ciudadanos, convencidos de que de la clase política no puede esperar nada bueno. Es la hora no sólo de castigar a los saqueadores y canallas, muchos de los cuales siguen disfrutando de lo que robaron y ocupando puestos de élite, sino también la hora de reconstruir el modelo sobre sus bases antiguas, alejado del poder político, blindado frente al asalto de los canallas, sin grietas por las que pueda penetrar la carcoma del poder corrupto.
Creemos asociaciones y agrupaciones de damnificados porque los damnificados por los saqueadores somos todos, empezando por la misma España, que fue privada de uno de sus grandes valores, y continuando por los ciudadanos, a los que arrebataron unas instituciones verdaderamente populares y humanas, orientadas hacia la honradez y la decencia en un mundo de piratas.
Después del confuso destello del ingreso en prisión de Miguel Blesa, después liberado y puesto en resguardo por el sistema, por fin se ha producido el primer ingreso en prisión de un alto cargo de las cajas saqueadas, concretamente del director general de la CAM y de otro chorizo de su Consejo, ambos eludibles con fianza de 2 millones el chorizo mayor y 450.000 euros el pequeño. Con seguridad pagarán las fianzas con el dinero previamente saqueado.
¿Una falsa esperanza para entretener al pobre y burlado pueblo español o el comienzo de la esperada Justicia para los saqueadores?