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Casado: debes cuidar las malas compañías y pedir perdón



El nuevo líder del Partido Popular, Pablo Casado, se distancia de la Cospedal porque quiere dirigir un partido fuerte, renovado y limpio de lastres corruptos e indignos, pero lo tiene crudo, no solo porque su partido se hunde, según las últimas encuestas, especialmente la del CIS, sino porque el peso de la herencia que le ha dejado Rajoy es tan grande que puede aplastarle. Su partido tiene tantas grietas y tantas cuentas pendientes con la decencia que le va a ser casi imposible preservarlo de la las más severa decadencia.

El legado de Mariano Rajoy es una patata caliente y un verdadero quebradero de cabeza porque muchos españoles no olvidan la corrupción protegida ni que España está postrada y en profunda crisis porque la presidencia de Rajoy ha tenido más traiciones, fallos y errores de los que todos admiten.

Muchos españoles y no pocos votantes del PP creen que el drama que España tiene hoy encima, el de un gobierno de Sánchez traidor a los intereses del país y al bien común, aliado con anticonstitucionalistas, totalitarios, golpistas llenos de odio y enemigos declarados de España, es una venganza rastrera de Rajoy que, ha querido dejar en el poder a una banda de miserables para que lo echen a él de menos.
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El actual drama español es consecuencia de haber tenido una derecha débil y acomplejada durante tanto tiempo y del pésimo liderazgo de Rajoy, al que se le otorgó mayoría absoluta para que rehiciera la España destrozada por Zapatero y él no hizo nada por curar aquellas heridas, prefiriendo frustrar y maltratar a sus votantes con incumplimientos de promesas, subidas de impuestos y el mantenimientos de leyes tan inicuas como la de Memoria Histórica, una puñalada del zapaterismo a la paz y a la reconciliación de los españoles. Uno de las peores consecuencias del Marianismo es que los votantes naturales del PP y de toda la derecha tradicional española están hoy desanimados, confundidos y tentados a dar su voto a nuevas formaciones del ámbito de la derecha, como Ciudadanos y VOX.

Los españoles pensaron hace casi una década, después del drama de Zapatero, que la lamentable debilidad acomplejada de la derecha se conjuraba con una victoria clamorosa, pero lo que ocurrió es que Rajoy no supo administrar aquella gran victoria, que le dio poder suficiente para transformar España, y 20N 2011, y cerró en falso la herida, logrando que se infectara el tejido..., una enfermedad muy grave que quedó enmascarada por la victoria electoral y el posterior gobierno.

Casado: ten cuidado con las malas compañías. Aznar es una de ellas porque es uno de los artífices del actual desastre español, pues fue él quien eligió a los dos grandes fracasos de la política española: Rajoy, al que designó como sucesor, y Rodrigo Rato, hoy en la cárcel por chorizo.

Ante la incapacidad del PP para borrar el zapterismo y cambiar aquella España parcheada y poco democrática, la ziquierda en lugar de desanimarse con su derrota empezó a conspirar para regresar al poder, aprovechando los enormes huecos y espacios que dejaba libres el inepto Mariano Rajoy.

La resurrección de aquella izquierda aplastada en las urnas ha llegado con la conspiración de Pedro Sánchez, un asalto al poder irregular y sin votos populares, escasamente legítimo pero legal, que ha tenido que forjarse reuniendo a las peores y más antidemocráticas y antiespañolas fuerzas pol´tiicas del país, capitaneadas por un PSOE que, con Pedro Sánchez se ha desprendido de los escrúpulos, del patriotismo, del respeto a la democracia y de la solvencia ética.

¿Cómo puede Pablo Casado salir del atolladero y lograr que la maltrecha derecha heredada de Rajoy recupere su hegemonía?

Lamentablemente no hay otro camino que el de un Pablo Casado que se dirija a sus viejos votantes y a España entera, con valor y firmeza, reconociendo que el PP, pilotado por Rajoy, fue traidor a sus deberes y principios y que lo que el partido toleró e hizo fue vergonzoso, cruel y estúpido.

La vieja derecha española necesita hoy, además de una profunda regeneración que le proporcione dignidad, limpieza, valor ético y democracia, una profundo y público acto de contrición que parta del reconocimiento de que Rajoy fue un pobre diablo que ha dejado al país en manos de la peor chusma antiespañola y que desde ese punto de partida siente las bases para la regeneración y un abrazo profundo a la democracia.

Si Casado no hace eso, la derecha se dividirá en tres grandes familias: el PP, Ciudadanos y VOX, con el riesgo de que la actual coalición de los miserables continúe en el poder por muchos años, destrozando lo que nos queda de nación.

Francisco Rubiales

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Viernes, 2 de Noviembre 2018
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