Antonio Cañizares
¿Camina España hacia el totalitarismo? Según el vicepresidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Antonio Cañizares, así es y esgrimio como argumento que la asignatura de 'Educación para la Ciudadanía", impuesta en los colegios por el gobierno de Zapatero, "llevaría hacía el totalitarismo", ya que 'no enseña a ser buenos sino a portarse bien', lo que conduciría a la sociedad española a 'una cuesta abajo hacia un régimen totalitario'.
La opinión del obispo Cañizares no es la única emitida en ese sentido, ni en España ni en Europa. Numerosos estudiosos y politólogos denuncian que los gobiernos y los partidos se hacen cada día más poderosos e incontrolables y que los ciudadanos cada día son más débiles y relegados al ostracismo, hechos que deben interpretarse como claros "avances totalitarios".
La Iglesia Católica cree que el laicismo y el relativismo, impulsados por los gobiernos, son las puertas de entrada al totalitarismo, mientras que entre los pensadores políticos se le otorga más importancia a tendencias como la hipertrofia del poder de los partidos políticos, la profesionalización creciente de la política, la debilidad de la sociedad civil, invadida por la política, la marginación del ciudadano de los procesos de toma de decisiones y el atrincheramiento de las castas políticas en el poder y en los privilegios más indecentes.
En Europa ha empezado a acuñarse el término "fascismo democrático" para identificar a los partidos y gobiernos que han adaptado sus tendencias totalitarias al juego democrático, donde permiten al ciudadano expresarse libremente, pero sin que la ciudadanía posea el más mínimo control de un sistema democrático en el que, teóricamente, el ciudadano es el soberano.
Nosotros, desde Voto en Blanco, creemos que el "fascismo democrático" es la mayor lacra política del planeta en este siglo XXI, una infección sutil y sofisticada que convierte la "democracia" en "partitocracia" y que amenaza con arruinar el sistema de libertades y derechos creado por el ser humano para sustituir el despotismo y los abusos del "Antiguo Régimen", teóricamente derrotados en la Revolución Francesa.
La opinión del obispo Cañizares no es la única emitida en ese sentido, ni en España ni en Europa. Numerosos estudiosos y politólogos denuncian que los gobiernos y los partidos se hacen cada día más poderosos e incontrolables y que los ciudadanos cada día son más débiles y relegados al ostracismo, hechos que deben interpretarse como claros "avances totalitarios".
La Iglesia Católica cree que el laicismo y el relativismo, impulsados por los gobiernos, son las puertas de entrada al totalitarismo, mientras que entre los pensadores políticos se le otorga más importancia a tendencias como la hipertrofia del poder de los partidos políticos, la profesionalización creciente de la política, la debilidad de la sociedad civil, invadida por la política, la marginación del ciudadano de los procesos de toma de decisiones y el atrincheramiento de las castas políticas en el poder y en los privilegios más indecentes.
En Europa ha empezado a acuñarse el término "fascismo democrático" para identificar a los partidos y gobiernos que han adaptado sus tendencias totalitarias al juego democrático, donde permiten al ciudadano expresarse libremente, pero sin que la ciudadanía posea el más mínimo control de un sistema democrático en el que, teóricamente, el ciudadano es el soberano.
Nosotros, desde Voto en Blanco, creemos que el "fascismo democrático" es la mayor lacra política del planeta en este siglo XXI, una infección sutil y sofisticada que convierte la "democracia" en "partitocracia" y que amenaza con arruinar el sistema de libertades y derechos creado por el ser humano para sustituir el despotismo y los abusos del "Antiguo Régimen", teóricamente derrotados en la Revolución Francesa.