Hay una frase famosa que dice, "la mentira gana partidas, pero la verdad gana el juego." Se le atribuye a Sócrates.
Mientras no inspiremos el sentido crítico a la sociedad (como hacía Sócrates) estaremos perdidos.
Lo mejor para el interés general, en estos momentos de sospecha, duda y desconcierto, es que cada ciudadano se cuestione las cosas que cree firmemente y no de nada por sentado. Hay cosas terribles, como la censura, que merecen una reflexión. en este sentido. La mente que deja de aprender se deja de mover, se deja de esforzar, se atrofia. Difícilmente alguien puede considerar que ya sabe todas las respuestas y creer que su estado mental ante los problemas del mundo es la versión definitiva. Es mejor pensar que uno es cien por cien ignorante, y que a cada instante aparecen oportunidades de dar con nuevas claves de por qué suceden cada cosa en el mundo.
Si no se sabe el por qué suceden las cosas con cierta precisión, difícilmente se sabrá como hacer para que sucedan de modo diferente.
No hay cosa peor para el conocimiento y para la mente humana que la censura, que le omitan información, y presuntamente en nombre del bien común. Que los periodistas no me cuenten noticias por mi bien. Y que siempre las enfoquen con el mismo tipo de personas, el mismo grupo ideológico en la sociedad. "Por mi bien".
Que no se cuenten noticias y se silencie a quienes cuestionan lo más básico del pensamiento políticamente correcto. Esta actitud paternalista es la censura, pero no solo del Estado, también de los propios ciudadanos unos a otros, las grandes empresas de internet, las redes sociales son fuentes de ignorancia.
Omitir información relevante está mal. Silenciar, atacar, acosar, a la gente por el contenido opinable del mensaje, es peor.
Pero fíjense, no hay manera de defenderse de la censura. Poniéndose en el lado de la víctima que al informarse, no podrá acceder a la información que alguien no quiso contar o que otros cuenten. El mundo lleva censurando desde siempre (siempre por el bien de la sociedad) y si hemos progresado no es gracias a eso. Es gracias a otras cosas. A pesar de la censura, algunos tenían que hacer malabares filosóficos-intelectuales, para dar con cierta información relevante con la cual hacer cosas.
Combatir la censura requiere adoptar una actitud nueva ante el mundo. Los combates contra las grandes injusticias del mundo empiezan en una sola persona, y una sola persona es también la que hace el máximo esfuerzo. Y dejo aquí algo ya conocido, pero que me parece que hay que revisar, darle más atención, porque puede ser algo realmente útil para las personas.
"La desobediencia civil" es el título de una conferencia escrita por Henry David Thoreau que se publicó en 1849. En este escrito Thoreau explica los principios básicos de la desobediencia civil que él mismo puso en práctica: en el verano de 1846 se negó a pagar sus impuestos por lo que fue detenido y encerrado en la prisión de Concord. Él se justificó explicando que se negaba a colaborar con un Estado que mantenía el régimen de esclavitud y emprendía guerras injustificadas, en aquel caso concreto contra México.
La obra critica la autoridad del Estado. Su repercusión fue muy grande, llegando a ser el libro de cabecera de Gandhi en su campaña de resistencia contra la ocupación británica de la India. También influyó en Martin Luther King y en su lucha no violenta en defensa de la no discriminación de la población negra en EE. UU. Ha promovido y sigue inspirando movimientos como la objeción fiscal, la objeción de conciencia contra el militarismo o violencias más o menos solapadas, movimientos ciudadanos y luchas ante lo que determinado grupo o persona considera abusivo. "
Mentalmente
Mientras no inspiremos el sentido crítico a la sociedad (como hacía Sócrates) estaremos perdidos.
Lo mejor para el interés general, en estos momentos de sospecha, duda y desconcierto, es que cada ciudadano se cuestione las cosas que cree firmemente y no de nada por sentado. Hay cosas terribles, como la censura, que merecen una reflexión. en este sentido. La mente que deja de aprender se deja de mover, se deja de esforzar, se atrofia. Difícilmente alguien puede considerar que ya sabe todas las respuestas y creer que su estado mental ante los problemas del mundo es la versión definitiva. Es mejor pensar que uno es cien por cien ignorante, y que a cada instante aparecen oportunidades de dar con nuevas claves de por qué suceden cada cosa en el mundo.
Si no se sabe el por qué suceden las cosas con cierta precisión, difícilmente se sabrá como hacer para que sucedan de modo diferente.
No hay cosa peor para el conocimiento y para la mente humana que la censura, que le omitan información, y presuntamente en nombre del bien común. Que los periodistas no me cuenten noticias por mi bien. Y que siempre las enfoquen con el mismo tipo de personas, el mismo grupo ideológico en la sociedad. "Por mi bien".
Que no se cuenten noticias y se silencie a quienes cuestionan lo más básico del pensamiento políticamente correcto. Esta actitud paternalista es la censura, pero no solo del Estado, también de los propios ciudadanos unos a otros, las grandes empresas de internet, las redes sociales son fuentes de ignorancia.
Omitir información relevante está mal. Silenciar, atacar, acosar, a la gente por el contenido opinable del mensaje, es peor.
Pero fíjense, no hay manera de defenderse de la censura. Poniéndose en el lado de la víctima que al informarse, no podrá acceder a la información que alguien no quiso contar o que otros cuenten. El mundo lleva censurando desde siempre (siempre por el bien de la sociedad) y si hemos progresado no es gracias a eso. Es gracias a otras cosas. A pesar de la censura, algunos tenían que hacer malabares filosóficos-intelectuales, para dar con cierta información relevante con la cual hacer cosas.
Combatir la censura requiere adoptar una actitud nueva ante el mundo. Los combates contra las grandes injusticias del mundo empiezan en una sola persona, y una sola persona es también la que hace el máximo esfuerzo. Y dejo aquí algo ya conocido, pero que me parece que hay que revisar, darle más atención, porque puede ser algo realmente útil para las personas.
"La desobediencia civil" es el título de una conferencia escrita por Henry David Thoreau que se publicó en 1849. En este escrito Thoreau explica los principios básicos de la desobediencia civil que él mismo puso en práctica: en el verano de 1846 se negó a pagar sus impuestos por lo que fue detenido y encerrado en la prisión de Concord. Él se justificó explicando que se negaba a colaborar con un Estado que mantenía el régimen de esclavitud y emprendía guerras injustificadas, en aquel caso concreto contra México.
La obra critica la autoridad del Estado. Su repercusión fue muy grande, llegando a ser el libro de cabecera de Gandhi en su campaña de resistencia contra la ocupación británica de la India. También influyó en Martin Luther King y en su lucha no violenta en defensa de la no discriminación de la población negra en EE. UU. Ha promovido y sigue inspirando movimientos como la objeción fiscal, la objeción de conciencia contra el militarismo o violencias más o menos solapadas, movimientos ciudadanos y luchas ante lo que determinado grupo o persona considera abusivo. "
Mentalmente