Información y Opinión

CRISIS EUROPEA Y CRISIS ESPAÑOLA





La Unión Europea se ve sometida a una crítica si­tuación, zarandeada por las amplias convulsiones de la deuda soberana, por la volatilidad de los mercados de valores, por los errores cometidos en el pro­ceso de su construcción y la improvisación. Y en España, su eco­nomía, su tejido social y su convivencia como nación se hallan en una encrucijada que exige cambiar a fondo el contenido y la forma de gobernar; deben llevarse a cabo doloro­sos ajustes que añadirán cargas a una sociedad ya exhausta por la rémora del desempleo.

Europa se construyó muy a la ligera, nunca se debió introducir la moneda única, sin un proceso previo o al menos, paralelo de unificación política. Merkel y Sarkozy, se han lanzado a hacer historia en la construcción europea, al imponer un nuevo tratado que entraña la refundación de la UE, no por consenso, sino por necesidad de salvar el euro a través de la reforma de los tratados que refuercen y armonicen el déficit y se comprometen al pago de la deuda de los países de la Eurozona. Se avecinan tiempos de fuerte marejada e incertidum­bre, de severos ajustes para ge­nerar confianza en los merca­dos. La reacción automática de los inversores indica que se trata de un paso en la buena dirección.

Cuando se creó la Eurozona, se sabía que las característi­cas económicas y sociales de los países integran­tes no eran iguales ni suficientemente pare­cidas, para cumplir los requisitos teóricos de un área monetaria óptima, a pesar de todo, la mayoría de los econo­mistas, apoyaron la decisión de adoptar el euro como moneda co­mún. No eran iguales entonces ni lo son ahora. La continuidad del euro necesita autoridad y consistencia de mandato y gobierno. Si Europa quiere sobrevi­vir como Unión Monetaria, debe relanzar el compromiso del Pacto de Estabilidad,

Por su parte, España ha de salir de esta crisis adoptando las medidas necesarias; debe sumarse a la iniciativa franco-alemana, para resolver nuestros difíciles problemas. El nuevo tratado supone, de he­cho, convertir esos sacrificios en obligatorios, con la esperan­za de lograr, en un futuro, vol­ver a la senda del crecimiento. En los próximos dos años, va­mos a necesitar mucho dinero pa­ra refinanciar nuestra deuda y es­tabilizar la economía; no lo tene­mos ahora a causa del despilfarro socialista y tampoco posibilidad de generarlo a base de ahorro inter­no, de modo que habrá que recurrir a préstamos; las institu­ciones del ahorro internacional quieren ver que los bonos españoles se hallan respaldados por una economía robusta, capaz de producir el ingreso suficiente, para hacer frente a la deuda; tal fortaleza económica sólo la tendremos a costa de muchas y dolorosas reformas; en realidad, las medidas necesarias pa­ra salir de la crisis no tienen mucha opción. De ahí que la situación requiere el esfuerzo y colaboración de todos, para recuperar pronto el bienestar dilapidado.



C. Mudarra



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Domingo, 11 de Diciembre 2011
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