La abundante carnaza informativa que partidos políticos y sus lacayos arrojan al pueblo a través de los medios de comunicación no ha tenido gran éxito. Han sido muchas noticias “sensacionales” que no han prendido ni creado opinión, prueba de su bajo interés para el españolito de a pié, obsesionado sólo con su hipoteca, su ERE y su lucha por llegar a final de mes sin pasar hambre. Hay brotes verdes pero no los que mencionan los “elegidos” sino la reacción del “elector”, que claramente separa el grano de la paja. Ni escuchas, ni Gürkel, ni trajes a medida, ni Pajines, ni abortos... Nada de nada. El ciudadano está mohíno y, como decían en mi pueblo: Líbrame del toro manso que del bravo ya lo hago yo.
Ni el socorrido tema de la prostitución ha ocupado la prensa más de dos días. Todo lo inhumano que esta industria conlleva no adormece ni anestesia la inquietud que el condenado al paro sufre y reparte con su familia.
Utilizar el tema de la prostitución es un recurso in extremis. Ni es el momento y además ha causado el efecto contrario, la gente que a un golpe de ratón tiene inmensa información sobre este tema, también, puede ver que la sociedad ha sido siempre permisible con esta ocupación (ni mucho menos la más antigua del mundo que debió ser el de recolectar bayas y semillas) tanto de puta como de puto. La hipocresía de la humanidad en algunas épocas sobre este punto es vergonzosa, en otras, la permisividad fue, incluso hoy, fue la regla. No menciono países, culturas, razas, religiones y así nadie se acercará a mi yugular. Pero en el nuestro desde los íberos hasta hoy la prostitución ha sido y es algo que ejerce una función. Ha sido hasta recompensas reales a guerreros por sus hazañas en la Reconquista por nuestros Reyes Católicos. Hasta los puros almorávides sucumbieron ante las ya famosas bellas gaditanas de épocas romanas. Grandes cerebros religiosos consideraban que la puta evitaba y era freno para que el macho ibérico no deshonrase a cualquier doncella que se cruzase en su camino y dejase a las viudas llorar su desconsuelo. Esto debió desesperar a muchas viudas.
En la edad moderna, recién estrenada, ya había lugares con sus murallitas, puertas, donde se ejercía legalmente la prostitución, Los “Padres” del lunapar tenían su contrato, sus obligaciones con las protegidas, tanto en la comida que debía proporcionarlas como colchones, camas y sábanas, así como su comisión por servicio.
Pues ya ven, ni este tema tan arraigado en nuestra naturaleza, porque eso de la j…. nunca ha tenido enmienda, ha sido capaz de conseguir que el cabreado macho ibérico, tan mohíno en estos momentos desfrunza el ceño.
Como de análisis político no tengo ni pañales me fijo en cómo reacciona la gente, lo que nos dicen, la carnaza y me preocupa que cuando ni la j…. desvía el cabreo…. No me gustan como van las cosas. En mi caso, lo del puterío, ya es solo tema de lectura.
Si me degüellan me callo otra temporada, como me animen les aburro con este tema.
Ligur
Ni el socorrido tema de la prostitución ha ocupado la prensa más de dos días. Todo lo inhumano que esta industria conlleva no adormece ni anestesia la inquietud que el condenado al paro sufre y reparte con su familia.
Utilizar el tema de la prostitución es un recurso in extremis. Ni es el momento y además ha causado el efecto contrario, la gente que a un golpe de ratón tiene inmensa información sobre este tema, también, puede ver que la sociedad ha sido siempre permisible con esta ocupación (ni mucho menos la más antigua del mundo que debió ser el de recolectar bayas y semillas) tanto de puta como de puto. La hipocresía de la humanidad en algunas épocas sobre este punto es vergonzosa, en otras, la permisividad fue, incluso hoy, fue la regla. No menciono países, culturas, razas, religiones y así nadie se acercará a mi yugular. Pero en el nuestro desde los íberos hasta hoy la prostitución ha sido y es algo que ejerce una función. Ha sido hasta recompensas reales a guerreros por sus hazañas en la Reconquista por nuestros Reyes Católicos. Hasta los puros almorávides sucumbieron ante las ya famosas bellas gaditanas de épocas romanas. Grandes cerebros religiosos consideraban que la puta evitaba y era freno para que el macho ibérico no deshonrase a cualquier doncella que se cruzase en su camino y dejase a las viudas llorar su desconsuelo. Esto debió desesperar a muchas viudas.
En la edad moderna, recién estrenada, ya había lugares con sus murallitas, puertas, donde se ejercía legalmente la prostitución, Los “Padres” del lunapar tenían su contrato, sus obligaciones con las protegidas, tanto en la comida que debía proporcionarlas como colchones, camas y sábanas, así como su comisión por servicio.
Pues ya ven, ni este tema tan arraigado en nuestra naturaleza, porque eso de la j…. nunca ha tenido enmienda, ha sido capaz de conseguir que el cabreado macho ibérico, tan mohíno en estos momentos desfrunza el ceño.
Como de análisis político no tengo ni pañales me fijo en cómo reacciona la gente, lo que nos dicen, la carnaza y me preocupa que cuando ni la j…. desvía el cabreo…. No me gustan como van las cosas. En mi caso, lo del puterío, ya es solo tema de lectura.
Si me degüellan me callo otra temporada, como me animen les aburro con este tema.
Ligur