¿Hubo o no fraude en las últimas elecciones generales de España?
El gran problema del recuento de votos es que NO se realiza oficialmente por las Juntas Electorales Provinciales, que en realidad no hay un proceso de operación de recuento de los votos, acta por acta de cada Mesa Electoral de cada Colegio Electoral.
El día de las elecciones, los empleados de la Administración del Estado se llegan a cada Mesa Electoral y copian el Acta de esa Mesa con los votos de emitidos. Esos datos los registran en unas tablets que les suministra el Ministerio del Interior, a través de esa Tablet y por vía de telefonía móvil se emiten los datos registrados por los empleados (que se suponen no están manipulados) al Ministerio del Interior, concretamente a la empresa INDRA que es la empresa que tiene el contrato de realización del recuento “informático” de los votos, y a través de INDRA se comunican al Ministerio del Interior.
Aquí es dónde, como dice el escrito, pueden actuar los famosos algoritmos. Al recibir los datos de las Mesas Electorales vía telemática, INDRA en sus procesos informáticos quizás, quién sabe, porque no se puede demostrar, pueda manipular o si no queremos usar esta palabra usaremos la palabra “transformar” el algoritmo (que es un programa informático) que calcula el número de diputados asignados en cada provincia a cada opción política. Y este tema es difícil de demostrar, porque ese algoritmo quizás únicamente esté usado durante las horas en que se realiza el recuento “provisional” para comunicar los datos al Ministerio del Interior. Posteriormente ese algoritmo se borra, desaparece del ordenador central de INDRA, y luego prácticamente improbable el demostrar que se realizó fraude, quizás si hubiera algún día una investigación a fondo del tema pueda demostrarse la manipulación (al final he usado la palabra).
Y el problema es que posteriormente las Juntas Electorales Provinciales no realizan, ninguna, el recuento manual de los votos de cada acta electoral de cada mesa, se limitar a reproducir el recuento “provisional” de votos que ha realizado INDRA y que comunica al Ministerio del Interior, datos que dan por “buenos” las Juntas Electorales Provinciales.
Quizás, y pensando bien y no mal, no haya esa manipulación, porque yo supongo (insisto, supongo), que los partidos políticos que SÍ tienen todas y cada una de las actas de las mesas electorales, realizarán un recuento manual de los votos. Pero me parece que esto es “mucho trabajo” para ellos y también se limitan a dar por “buenos” los datos provisionales. En el fondo, a los políticos de verdad de cada partido (los peces gordos) sólo les interesa el haber obtenido ellos el acta de diputado para vivir de la mamandurria unos cuantos años más.
En definitiva, que realmente y de verdad no sabemos si hay manipulación y fraude, pero que quién sabe lo que realmente ocurrirá esa noche del recuento provisional, día en que el recuento de votos está en manos únicamente de INDRA, una empresa que ya sabemos que ha sido acusada de fraude en algún país (sobre todo Latinoamérica, concretamente Venezuela), y que está controlada por el Gobierno, que como muy dice el escrito “cuando se coloca a amigos incondicionales en determinados puestos es para que actúen”.
Lo que digo lo digo con conocimiento de causa. Tengo amigos que son empleados públicos que se dedican el día de las elecciones al recuento de votos provisional en las mesas electorales. Recuento que comunican informáticamente a través de la empresa INDRA, no es que acuse de manipulación a ellos que se limitan a copiar las actas, el tema está en el traspaso informático de esos datos, y lo que sí es un fraude es que las Juntas Electorales no realicen un recuento paralelo de las actas. En toda contabilidad, en cualquier pequeño negocio o institución, hay siempre un control paralelo de los datos para asegurar la veracidad de éstos. Y en un asunto tan importante como las elecciones todo se deja a la decisión de una empresa que por muy importante que sea, a saber sus dirigentes que objetivos u órdenes tendrán.
Francisco López Roma
El día de las elecciones, los empleados de la Administración del Estado se llegan a cada Mesa Electoral y copian el Acta de esa Mesa con los votos de emitidos. Esos datos los registran en unas tablets que les suministra el Ministerio del Interior, a través de esa Tablet y por vía de telefonía móvil se emiten los datos registrados por los empleados (que se suponen no están manipulados) al Ministerio del Interior, concretamente a la empresa INDRA que es la empresa que tiene el contrato de realización del recuento “informático” de los votos, y a través de INDRA se comunican al Ministerio del Interior.
Aquí es dónde, como dice el escrito, pueden actuar los famosos algoritmos. Al recibir los datos de las Mesas Electorales vía telemática, INDRA en sus procesos informáticos quizás, quién sabe, porque no se puede demostrar, pueda manipular o si no queremos usar esta palabra usaremos la palabra “transformar” el algoritmo (que es un programa informático) que calcula el número de diputados asignados en cada provincia a cada opción política. Y este tema es difícil de demostrar, porque ese algoritmo quizás únicamente esté usado durante las horas en que se realiza el recuento “provisional” para comunicar los datos al Ministerio del Interior. Posteriormente ese algoritmo se borra, desaparece del ordenador central de INDRA, y luego prácticamente improbable el demostrar que se realizó fraude, quizás si hubiera algún día una investigación a fondo del tema pueda demostrarse la manipulación (al final he usado la palabra).
Y el problema es que posteriormente las Juntas Electorales Provinciales no realizan, ninguna, el recuento manual de los votos de cada acta electoral de cada mesa, se limitar a reproducir el recuento “provisional” de votos que ha realizado INDRA y que comunica al Ministerio del Interior, datos que dan por “buenos” las Juntas Electorales Provinciales.
Quizás, y pensando bien y no mal, no haya esa manipulación, porque yo supongo (insisto, supongo), que los partidos políticos que SÍ tienen todas y cada una de las actas de las mesas electorales, realizarán un recuento manual de los votos. Pero me parece que esto es “mucho trabajo” para ellos y también se limitan a dar por “buenos” los datos provisionales. En el fondo, a los políticos de verdad de cada partido (los peces gordos) sólo les interesa el haber obtenido ellos el acta de diputado para vivir de la mamandurria unos cuantos años más.
En definitiva, que realmente y de verdad no sabemos si hay manipulación y fraude, pero que quién sabe lo que realmente ocurrirá esa noche del recuento provisional, día en que el recuento de votos está en manos únicamente de INDRA, una empresa que ya sabemos que ha sido acusada de fraude en algún país (sobre todo Latinoamérica, concretamente Venezuela), y que está controlada por el Gobierno, que como muy dice el escrito “cuando se coloca a amigos incondicionales en determinados puestos es para que actúen”.
Lo que digo lo digo con conocimiento de causa. Tengo amigos que son empleados públicos que se dedican el día de las elecciones al recuento de votos provisional en las mesas electorales. Recuento que comunican informáticamente a través de la empresa INDRA, no es que acuse de manipulación a ellos que se limitan a copiar las actas, el tema está en el traspaso informático de esos datos, y lo que sí es un fraude es que las Juntas Electorales no realicen un recuento paralelo de las actas. En toda contabilidad, en cualquier pequeño negocio o institución, hay siempre un control paralelo de los datos para asegurar la veracidad de éstos. Y en un asunto tan importante como las elecciones todo se deja a la decisión de una empresa que por muy importante que sea, a saber sus dirigentes que objetivos u órdenes tendrán.
Francisco López Roma