Colaboraciones

CLARO QUE PODEMOS



Valioso y crudo análisis del marxismo que se oculta en Podemos, imprescindible en vísperas de que se abran las urnas, para que sirva de alerta y para que los ciudadanos sepan a que se enfrentan a la hora de depositar su voto.
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Hay unos detalles que parecen que, a la hora de juzgar las opciones políticas y a los actores, en concreto ahora con PODEMOS, pasan a un segundo plano, cuando efectivamente debieran de estar en el primero: los parámetros ideológicos. Fundadores de PODEMOS, Iglesias, Monedero y Errejón a la cabeza, han hecho profesión de fe marxista. La falta de conocimiento en una sociedad muy apática políticamente (al menos hasta ahora) sumado a la propaganda que esta ideología y sectores afines han sabido construirse ha provocado que para la inmensa mayoría del público -incluso para algunos especialistas- la verdadera naturaleza de esta ideología se desconozca ampliamente, así como sus consecuencias.

Cabe empezar señalando que el planteamiento básico del marxismo pasa por la disolución completa del individuo en el colectivo (La cuestión judía, 1843), eliminando los derechos individuales del hombre en cuanto lo estarían separando del colectivo, para alumbrar al llamado "individuo total" (La ideología alemana, 1845-46) y en la visión homicida de la "Lucha de Clases", que supondría el exterminio de "pueblos enteros reaccionarios" como bien se encargó de aclarar Engels en La guerra de los magiares, desatando "una lucha de aniquilación y terrorismo sin contemplaciones", apuntilló en El paneslavismo democrático. Se ha popularizado falsamente que el genocidio comunista fue una externalidad no deseada de una ideología que, en el fondo, era positiva y fecunda para el Hombre. Nada más lejos de la realidad. El primer Estado Totalitario del Siglo XX fue la Unión Soviética, sistema basado en el exterminio del "enemigo de clase", como dejó de manifiesto el mismo Lenin (que, sin ir más lejos, fue el primero en liquidar con gas a poblaciones civiles, concretamente en 1921, para sofocar la Rebelión de Tambov).

Allá donde esta ideología ha germinado ha dado como resultado una dictadura de Partido Único, unas libertades civiles inexistentes o muy recortadas, un adoctrinamiento político muy severo con el objetivo de "socializar a las masas", economías planificadas donde la iniciativa privada o individual desaparecía por completo y miles o millones de muertos. No fue, como dicen, una perversión, fue la aplicación exacta y predeterminada de una ideología con unos postulados muy claros. Incluso el Nacional-socialismo y el Fascismo constituyen variantes nacionalistas del comunismo soviético. Particularmente el primero extraía el "genocidio de raza" del "genocidio de clase", en realidad exactamente lo mismo, purificar la existencia del Hombre mediante la eliminación de clases "indeseables". Fueron sistemas con un parecido asombroso, fuera de la parafernalia simbólica que sí variaba, pues constituyeron, de nuevo, sistemas de Partido Único, economías planificadas o muy intervenidas, libertades civiles recortadas o inexistentes, adoctrinamiento político atroz y, en el caso del Nazismo, millones de muertos. Hitler (que había trabajado para la República Soviética Bávara en 1919) se encargó de aclarar: "Yo no soy tan sólo quien ha vencido al marxismo, sino también su realizador: o sea de aquella parte del mismo que es esencial y está justificada, despojada de su dogma hebreo-talmúdico (...) He aprendido mucho del marxismo y no dudo en admitirlo (...) El Nacional-socialismo es lo que el marxismo habría podido ser si hubiera conseguido romper sus vínculos absurdos y artificiales con un orden democrático."

Sin ánimo de extenderme más, aparte de entrar a valorar la validez de sus propuestas, la oportunidad o no, el poso de descontento que les favorece y demás ralea, debe analizarse concienzudamente la ideología que impulsa a los promotores de PODEMOS que, lejos de ser políticos poco hábiles, han remozado el discurso anacrónico y clasista que han llevado manteniendo los suyos durante muchos años para forjar otro más adaptable y tragable por la gente, aunque ello sea sólo una estrategia para enmascarar sus verdaderas convicciones y conseguir sus objetivos últimos que, a la luz de sus avales intelectuales, son para echarse a temblar.

Pablo Gea Congosto

Pablo Gea Congosto.
Lunes, 20 de Junio 2016
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