Don Felipe, permítame que me tome nuevamente la libertad de recordarle que en estos terribles momentos que sufre España, el único español que puede pararle los pies a los enemigos de nuestra patria es Su Majestad.
Don Felipe, de Su Majestad depende evitar que Pedro Sánchez y sus secuaces se hagan con las riendas del poder para no volver a soltarlo, de Su Majestad depende que Pedro Sánchez y demás enemigos de España no acaben con lo poco que ya queda del Estado de Derecho, de la Monarquía Parlamentaria, de la separación de poderes, de la igualdad ante la ley de todos los españoles independientemente de su lugar de origen, o de su residencia, o de cualquier otra circunstancia personal… Don Felipe, de Su Majestad depende que en España vuelva a haber elecciones libres, alternancia en el poder, seguridad jurídica, se respete el derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad, se respete la institución familiar, el libre mercado… y por supuesto, se recupere la Unidad de España, y que dejemos de ser una nación apocada, acobardada, y nos libremos de todos los yugos, ataduras y servidumbres a los que nos atado los enemigos de nuestra patria.
Don Felipe, de Su Majestad depende que volvamos a homologarnos con las naciones de nuestro entorno cultural y civilizatorio, sólo Su Majestad puede lograrlo, basta con que se yerga, se ponga en pie y asuma las competencias que la Constitución Española de 1978 le atribuyen; basta con que reine y ejerza de Jefe del Estado y de las Fuerzas Armadas Españolas, basta con que Su Majestad intervenga de forma inmediata, sin ningún tipo de dudas, sin ninguna reticencia y proponga un gobierno provisional de concentración y salvación nacional integrado por representantes de los partidos constitucionalistas, con una persona independiente al frente, a ser posible un español decente, ajeno a los partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados, que gestiones la convocatoria de nuevas elecciones generales a comienzos de 2024…
Don Felipe, la terrible situación que se ha creado por parte de Pedro Sánchez, empeñado en prorrogar su mandato como presidente del Gobierno de España cueste lo que cueste, incluso pactando con quienes no tienen reparos en manifestar, sin tapujos, que pretenden destruir nuestra patria, y con los que ha pactado amnistiar a todos los que en 2017 intentaron un golpe de estado para lograr la separación de Cataluña y posteriormente promover un referéndum como paso previo a la independencia, y un largo etc. de maldades, exige que Su Majestad dé un paso adelante y coja las riendas.
Puede estar seguro Su Majestad de que los españoles decentes, los buenos españoles se lo agradecerán y aplaudirán a rabiar.
Permítame que le recomiende a Su Majestad que, como primer paso, se dirija a todos los españoles a través de las televisiones advirtiéndoles de la enorme gravedad de la situación y de la necesidad de actuar y tomar medidas excepcionales. Es la única manera de impedir que el régimen político nacido de la Constitución Española de 1978, la Monarquía Parlamentaria no desaparezca como pretenden los enemigos de nuestra nación.
En fin, ya no me alargo más.
Gracias anticipadas.
Carlos Aurelio Caldito Aunión
Don Felipe, de Su Majestad depende evitar que Pedro Sánchez y sus secuaces se hagan con las riendas del poder para no volver a soltarlo, de Su Majestad depende que Pedro Sánchez y demás enemigos de España no acaben con lo poco que ya queda del Estado de Derecho, de la Monarquía Parlamentaria, de la separación de poderes, de la igualdad ante la ley de todos los españoles independientemente de su lugar de origen, o de su residencia, o de cualquier otra circunstancia personal… Don Felipe, de Su Majestad depende que en España vuelva a haber elecciones libres, alternancia en el poder, seguridad jurídica, se respete el derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad, se respete la institución familiar, el libre mercado… y por supuesto, se recupere la Unidad de España, y que dejemos de ser una nación apocada, acobardada, y nos libremos de todos los yugos, ataduras y servidumbres a los que nos atado los enemigos de nuestra patria.
Don Felipe, de Su Majestad depende que volvamos a homologarnos con las naciones de nuestro entorno cultural y civilizatorio, sólo Su Majestad puede lograrlo, basta con que se yerga, se ponga en pie y asuma las competencias que la Constitución Española de 1978 le atribuyen; basta con que reine y ejerza de Jefe del Estado y de las Fuerzas Armadas Españolas, basta con que Su Majestad intervenga de forma inmediata, sin ningún tipo de dudas, sin ninguna reticencia y proponga un gobierno provisional de concentración y salvación nacional integrado por representantes de los partidos constitucionalistas, con una persona independiente al frente, a ser posible un español decente, ajeno a los partidos políticos con representación en el Congreso de los Diputados, que gestiones la convocatoria de nuevas elecciones generales a comienzos de 2024…
Don Felipe, la terrible situación que se ha creado por parte de Pedro Sánchez, empeñado en prorrogar su mandato como presidente del Gobierno de España cueste lo que cueste, incluso pactando con quienes no tienen reparos en manifestar, sin tapujos, que pretenden destruir nuestra patria, y con los que ha pactado amnistiar a todos los que en 2017 intentaron un golpe de estado para lograr la separación de Cataluña y posteriormente promover un referéndum como paso previo a la independencia, y un largo etc. de maldades, exige que Su Majestad dé un paso adelante y coja las riendas.
Puede estar seguro Su Majestad de que los españoles decentes, los buenos españoles se lo agradecerán y aplaudirán a rabiar.
Permítame que le recomiende a Su Majestad que, como primer paso, se dirija a todos los españoles a través de las televisiones advirtiéndoles de la enorme gravedad de la situación y de la necesidad de actuar y tomar medidas excepcionales. Es la única manera de impedir que el régimen político nacido de la Constitución Española de 1978, la Monarquía Parlamentaria no desaparezca como pretenden los enemigos de nuestra nación.
En fin, ya no me alargo más.
Gracias anticipadas.
Carlos Aurelio Caldito Aunión