"Enhorabuena, Teresa. Aunque aún hay dudas, confiamos en que estés totalmente curada del terrible ébola. Por eso, da la gracias a la Sanidad española, constantemente mejorada por los sucesivos gobiernos que hemos tenido. En otros países no menos ricos que el nuestro quizás ya habrías muerto.
Piensa que España –datos del INE- posee las menores tasas de mortalidad del mundo en relación a la edad media de la población, 41,6 años, y una de las mayores esperanzas de vida, 82,84, sólo tres meses menos que el más longevo, Japón, aunque en Madrid, donde trabajas, la cifra es aún mejor: 84,2 años.
Da las gracias al progreso español en salud, porque en 1975 la esperanza de vida era de 73,4 años, en 1960 de 66,1, y a principios de siglo no llegaba a 50. Entre todos los españoles, y especialmente los profesionales de la salud, hemos logrado estos números casi milagrosos. Y gracias también a un sistema político en el que sólo han gobernador el PSOE y el PP, los de la “casta” política”, que denuncia “el de la coleta”, del que Dios nos libre y con el que nunca se hubiera conseguido tanto progreso y bienestar.
También debes saber que el esfuerzo para curarte ha costado dos millones de euros según el cálculo del muy serio semanario alemán “Der Spiegel”.
Tú, y muchos otros sanitarios, atendisteis al primer español llegado el 6 de agosto de África con ébola, el religioso Miguel Pajares, y nadie se contagió. El descuido por el que te contagiaste ocurrió presuntamente tras fallecer el segundo misionero, el 26 de septiembre. Y si los trajes no fueran seguros o no fuera correcto el protocolo para quitárselos, tú o alguno de tus compañeros os habríais contaminado desde el primer día.
Fue un error tuyo, y como lo sabías, sospechaste que estabas infectada y procuraste evitar el contagio de tu marido. Pero callaste ante la médico de cabecera y las peluqueras que te depilaron, y por tu silencio no pusieron cuidado alguno en evitar contacto con tus fluidos y pudieron haberse contagiado, y por ignorancia, haber esparcido el ébola y provocar una pandemia.
Dá las gracias, y no pleiteéis, ni tú ni tu marido, porque la médico y las peluqueras pueden hacer lo mismo contigo, porque sabías que habías roto el protocolo del ébola, excesivamente fácil de cumplir según reconoció la OMS, y a nadie dijiste nada, te callaste. Cállate ahora también y limítate a dar las gracias.
Un compañero médico."
Piensa que España –datos del INE- posee las menores tasas de mortalidad del mundo en relación a la edad media de la población, 41,6 años, y una de las mayores esperanzas de vida, 82,84, sólo tres meses menos que el más longevo, Japón, aunque en Madrid, donde trabajas, la cifra es aún mejor: 84,2 años.
Da las gracias al progreso español en salud, porque en 1975 la esperanza de vida era de 73,4 años, en 1960 de 66,1, y a principios de siglo no llegaba a 50. Entre todos los españoles, y especialmente los profesionales de la salud, hemos logrado estos números casi milagrosos. Y gracias también a un sistema político en el que sólo han gobernador el PSOE y el PP, los de la “casta” política”, que denuncia “el de la coleta”, del que Dios nos libre y con el que nunca se hubiera conseguido tanto progreso y bienestar.
También debes saber que el esfuerzo para curarte ha costado dos millones de euros según el cálculo del muy serio semanario alemán “Der Spiegel”.
Tú, y muchos otros sanitarios, atendisteis al primer español llegado el 6 de agosto de África con ébola, el religioso Miguel Pajares, y nadie se contagió. El descuido por el que te contagiaste ocurrió presuntamente tras fallecer el segundo misionero, el 26 de septiembre. Y si los trajes no fueran seguros o no fuera correcto el protocolo para quitárselos, tú o alguno de tus compañeros os habríais contaminado desde el primer día.
Fue un error tuyo, y como lo sabías, sospechaste que estabas infectada y procuraste evitar el contagio de tu marido. Pero callaste ante la médico de cabecera y las peluqueras que te depilaron, y por tu silencio no pusieron cuidado alguno en evitar contacto con tus fluidos y pudieron haberse contagiado, y por ignorancia, haber esparcido el ébola y provocar una pandemia.
Dá las gracias, y no pleiteéis, ni tú ni tu marido, porque la médico y las peluqueras pueden hacer lo mismo contigo, porque sabías que habías roto el protocolo del ébola, excesivamente fácil de cumplir según reconoció la OMS, y a nadie dijiste nada, te callaste. Cállate ahora también y limítate a dar las gracias.
Un compañero médico."