"Hola, ¿cómo está?
Muy bien
Good to see you again (me alegra verle de nuevo)"
No le hagan caso al PSOE, que lo ha tachado de "normal", ni al propio Zapatero, que hasta le ha parecido "cordial". Aquí miente todo el mundo, incluso la prensa sometida al poder dominante, sin respeto a la verdad y al ciudadano, que, en democracia, tiene derecho a saber. La verdad es que el saludo entre Zapatero y Bush fue "gélido" y casi "patético", evidenciando las carencias y las distancias de las actuales relaciones, no entre España y Estados Unidos, que son regulares, sino entre Zapatero y Bush, que son "pésimas".
Nos cuenta nuestro corresponsal en Washington, muy introducido en los ambientes académicos y muy conectado a los think tanks proveedores de ideas y de estrategias al poder americano, que la verdad sobre el "encuentro" fue la siguiente:
España hizo serios esfuerzos para lograr que José Luis Rodríguez Zapatero fuera invitado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, a la cena donde iba a acudir Bush. También hizo gestiones indirectas para que se produjera una entrevista entre los dos mandatarios, pero no tuvieron éxito. Los adláteres del presidente español, con la ayuda del "aparato" de la Secretaria General de la ONU, a la que presionaron intensamente, buscaron un lugar estratégico para colocar a Zapatero, donde Bush no tuviera más remedio que saludarle. Así ocurrió, pero las cámaras grabaron la gelidez del encuentro, impropio de dos países aliados que comparten frentes de batalla y que se supone que cooperan en asuntos militares, económicos y de seguridad.
"La gelidez de Bush con Zapatero no es ya sólo la represalia por su abandono del escenario de Irak, sino el reflejo del malestar de Washington, incluso del partido demócrata, por la política exterior de España, que en Estados <unidos resulta repulsiva porque es cordial precisamente con los enemigos de Washington (Venezuela, Irán, Siria, Bolivia, etc.)", nos comenta nuestro amigo en la capital federal norteamericana.
Lo patético y lo que indica hasta donde ha caído la política exterior española es que un mandatario de un país como España, octava economía mundial, ande a la caza de un saludo del presidente de la primera potencia mundial.
Miren la grabación del saludo y juzguen.
Muy bien
Good to see you again (me alegra verle de nuevo)"
No le hagan caso al PSOE, que lo ha tachado de "normal", ni al propio Zapatero, que hasta le ha parecido "cordial". Aquí miente todo el mundo, incluso la prensa sometida al poder dominante, sin respeto a la verdad y al ciudadano, que, en democracia, tiene derecho a saber. La verdad es que el saludo entre Zapatero y Bush fue "gélido" y casi "patético", evidenciando las carencias y las distancias de las actuales relaciones, no entre España y Estados Unidos, que son regulares, sino entre Zapatero y Bush, que son "pésimas".
Nos cuenta nuestro corresponsal en Washington, muy introducido en los ambientes académicos y muy conectado a los think tanks proveedores de ideas y de estrategias al poder americano, que la verdad sobre el "encuentro" fue la siguiente:
España hizo serios esfuerzos para lograr que José Luis Rodríguez Zapatero fuera invitado por el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, a la cena donde iba a acudir Bush. También hizo gestiones indirectas para que se produjera una entrevista entre los dos mandatarios, pero no tuvieron éxito. Los adláteres del presidente español, con la ayuda del "aparato" de la Secretaria General de la ONU, a la que presionaron intensamente, buscaron un lugar estratégico para colocar a Zapatero, donde Bush no tuviera más remedio que saludarle. Así ocurrió, pero las cámaras grabaron la gelidez del encuentro, impropio de dos países aliados que comparten frentes de batalla y que se supone que cooperan en asuntos militares, económicos y de seguridad.
"La gelidez de Bush con Zapatero no es ya sólo la represalia por su abandono del escenario de Irak, sino el reflejo del malestar de Washington, incluso del partido demócrata, por la política exterior de España, que en Estados <unidos resulta repulsiva porque es cordial precisamente con los enemigos de Washington (Venezuela, Irán, Siria, Bolivia, etc.)", nos comenta nuestro amigo en la capital federal norteamericana.
Lo patético y lo que indica hasta donde ha caído la política exterior española es que un mandatario de un país como España, octava economía mundial, ande a la caza de un saludo del presidente de la primera potencia mundial.
Miren la grabación del saludo y juzguen.