Arte en directo y "Memoria Histórica" ejemplar (Reflexión para el fin de semana)

ESAS COSAS SE VEN EN LA TVE: (Anasagasti)

Así vomitaba Anasagasti su odio visceral a España porque la televisión vasca decidió emitir el Mensaje del Rey el día 24 por primera vez.

Esos cólicos dejan no solo la piel amarillo-verdosa sino que afecta a la materia gris. Haber perdido el apoyo de sus súbditos en las Vascongadas, en su hacienda, en su cortijo y estar en la oposición es duro, pero que además les coloquen al Borbón en sus teles y hablando desde la colonialista Madrid era más de lo que podían soportar. Los lanceros y peones salieron a la calle con pitos, anunciaron manifestaciones, todo para parar que apareciese el odiado Borbón en la tele vasca. Ellos son el estandarte vasco, los cuidadores de la ikurriña, ellos son las Vascongadas, representan la quintaesencia del vasquismo (palabro) y resulta que los vascos, cuando no tienen una pistola en la sien, sus negocios amenazados, saben que los de las bombas lapa están pudriéndose en la cárcel como cualquier otro delincuente asesino, el vasco decide lo que le gusta y conviene o tiene interés en ver, escuchar y poder comparar.

Y hete aquí que:

El mensaje del Rey emitido en la ETB, líder de audiencia en Euskadi

El mensaje de Navidad del Rey difundido por primera vez en la televisión pública vasca, alcanzó un 24,4% de cuota de pantalla en la ETB, por lo que el canal público vasco fue el más visto en Euskadi en esa franja horaria, según han informado a Efe fuentes de la cadena.
ETB obtuvo en el País Vasco casi diez puntos más de «share» que TVE-1, cadena que también retransmitió el mensaje y que fue la segunda más vista.
Las mismas fuentes han puesto de manifiesto que los telespectadores vascos "eligieron ETB-2 para seguir el tradicional discurso navideño del Rey", que también fue emitido por TVE, Telecinco, Antena 3, Cuatro, La Sexta y La 2, han recordado.

Pocos comentarios son necesarios. Los vascos son como el resto de los españoles, están hasta las narpias de que les cuenten milongas, que no puedan ni comprar el periódico que quieran, que no puedan expresarse con libertad y que además sus capos y vigilantes digan que les representan y hablen por ellos.

El nacionalismo, ya he mencionado y dado detalles, es una moda en declive que quedará para las teles y programas de media caspa tirando a casposidad total.

Seguirá existiendo el nacionalismo honrado, digno, el de siempre, el que siempre ha cabido en España y que con simpatía ha sido acogido por todos los españole .y otros españoles hemos ido a visitarles. Sin duda hay bordes que limar, pero por parte de todos. Creo y así lo veo, los nacionalistas excluyentes, los que solo basan sus ideologías en el odio, deben ir pensando en cuánto les queda para la jubilación o reciclarse si es que sirven para algo. No se puede engañar a tantos todo el tiempo.

España es una pluralidad de gentes y esa es su fuerza. Quienes quieren comercializar y vivir de una identidad a medida y crear ídolos y Padres de Patrias primero deberán quemar todas las bibliotecas del mundo. Porque como humanos, en nuestro pasado, tenemos muchas cosas que ocultar. Más ganaremos si miramos juntos hacia el futuro. Eso, el Futuro, es lo que hay que vender y para el futuro hay que trabajar, que es harina de otro costal.¿Si o no?

A mí no me ofende la Ikurriña, ni la Segnera, ni la Blanquiazul gallega. Yo jamás las quemaría, ni las pisaría. No representan a mi enemigo

Una forma efectiva de vencer y humillar a tu enemigo es no imitándo lo que él hace.

Ligur

Sr. Ligur, con todos mis respetos, los catalanes llaman a su bandera "SENYERA" (bueno a l de algunos) pero en castellano se expresa como "SEÑERA".

Le ruego que no me lo tomea mal, unicamente he pretendido ayudarle ya que entiendo que Ud. ha oido la palabra y la ha interpretado en sentido frances.

Por cierto, saludos al divino calvo que, al parecer,está que rabia porque no hace, como es su costumbre, lo que le da la gana.

Felicidades por el artículo.

Impresionantes ocho minutos. Emotivos.

El ejemplo de cómo una televisión puede ser una cosa o la contraria, es patente. Por suerte no soy de los que sigue la televisión con asiduidad, pero los escasos momentos en los que me asomo, el contraste con los ocho minutos que acabo de ver resulta insultante.

Todo un ejemplo de arte expresivo, el que da Kseniya Simonova. Lo he acompañado, con referencia a votoenblanco, como felicitación navideña.

Y como ejemplo contrapuesto, véase el ejemplo de TVE que nos muestra Ligur.

Que Anasagasti vomite su odio visceral a la corona, a España, y a cualquier cosa que no orbite en su nacionalismo a ultranza, no es novedad. Yo creo que está intentando ser la Belén Esteban de la política, o los payasos de la tele del siglo XXI… ¡quién sabe!

Pero, desde luego, no es novedad.

Es significativo el índice de audiencia, porque tampoco es que el Rey y su discurso anodino sean una alternativa a nada… pero se ve que la expectación en el País Vasco existía… y se ve que la gente quería comprobar con sus propios ojos que la Historia puede escribirse de otra manera, sin que eso suponga que se rasguen las vestiduras más de cuatro fanáticos desorientados por los nuevos tiempos, y amedrentados en su caverna ideológica.

No estoy yo tan de acuerdo con la afirmación de Ligur cuando dice que el nacionalismo “es una moda en declive que quedará para las teles y programas de media caspa tirando a casposidad total”. Pienso, por el contrario, que los grandes países han vivido y viven un proceso de descomposición a favor de nacionalismos que aún está lejos de cerrarse.

No sé con exactitud cuál es el nacionalismo honrado y digno de siempre. Supongo que se referirá Ligur al que siempre hemos sentido los asturianos (yo lo soy) por nuestras tierras y costumbres, sin que haya supuesto exclusión alguna de nadie, sino, por el contrario, integración en una cultura “campechana” propia, que acoge a todo aquel que arriba a nuestras tierras.

Sin embargo, aún compartiendo esa división entre diferentes formas de nacionalismo, yo no creo que los excluyentes sean una especie en vías de extinción. Como digo, creo que proliferan como setas en diferentes territorios del mundo, y en algunos, con una fuerza increíble e impensable en otros tiempos. Y no hablo sólo de la antigua Yugoslavia, sino países Occidentales de la talla democrática de Bélgica o Canadá.

Sí estoy de acuerdo en que “España es una pluralidad de gentes y ésa es su fuerza” como dice Ligur. Pero de ahí a deducir que los nacionalismos irán cediendo espacio en pro de la unidad de unas naciones en las que no creen, hay un abismo.

A mí tampoco me ofende ninguna bandera, ni de Municipio, ni de Comunidad, ni de País… pero con franqueza no creo que en el corto plazo al menos, veamos disminuir la instrumentalización de algunos grupos, no sólo de banderas, sino de símbolos que apuntan a un nacionalismo excluyente. Y quizás porque no somos conscientes de que “no hay mayor desprecio, que el de no hacer aprecio”, y desgraciadamente se “aprecia” en exceso tanto por quienes apoyan la propuesta excluyente, como por quienes se oponen.

Una gran verdad, en mi opinión, la que dice Ligur: “Una forma efectiva de vencer y humillar a tu enemigo es no imitando lo que él hace”. Pero el “nacionalismo español” también crece limitando, por exclusión, esa convivencia bien entendida que habíamos conseguido entre todos en todas las tierras de España, y que tan bien ha descrito Ligur.

Pues a mí ,la senyera me sigue pareciendo la bandera de la Corona de Aragón, diga el enano lo que quiera, y hasta Roger de Lauria decia que los peces del Mediterráneo deberian llevar la barrada aragonesa.
De la misma forma, eso que llaman ikurriña, no és más que la bandera del PNV, fundado por un mastuerzo de escaso entendimiento y a quien no se le ocurrió otra cosa que copiar el negativo de la Unión Jack.Y éste caso és especialmente curioso:se denominan vascos los que solo eran vasconizados;los vascones eran los navarros del norte;los actuales vascos eran bárdulos y austrigones.En fín, en éste delirio de los nuevos Taifas nos podemos inventar todas las historias que nos dé la gana.No nos olvidemos que hasta Blas Infante se convirtió al islamismo para defender la libertad de Andalucia.
Como siempre, que Dios nos coja confesados y ,si és posible, absueltos
Cordiales saludos