Las sospechas de que el atentado contra el acorazado norteamericano Maine fue un auto-atentado para justificar la guerra contra España y arrebatarle Cuba son cada día más sólidas y probadas
Fueron las potencias anglosajonas las que impidieron que España tuviera su bomba atómica. Sus servicios de inteligencia ayudaron a Eta a eliminar al almirante Carrero Blanco, heredero de Franco e impulsor principal del proyecto atómico español "Islero", una iniciativa ideada para fortalecer el liderazgo de España en el mundo, que norteamericanos e ingleses impidieron.
Esa es la historia conocida, pero hay mucho otros desprecios, presiones, chantajes y amenazas desconocidas por la opinión pública, como, por ejemplo, la no inclusión de Ceuta y Melilla dentro de la protección de la OTAN y el constante apoyo y aliento a Marruecos en sus reivindicaciones sobre Ceuta, Melilla e incluso las islas Canarias.
El caso de Inglaterra tiene una cierta justificación histórica porque ambos países guerrearon durante siglos y sus ejércitos se enfrentaron muchas veces, pero el caso de Estados Unidos sólo se explica desde la vileza y el desagradecimiento, ya que el apoyo de España fue un factor decisivo en la guerra de los norteamericanos con los británicos, cuando ganaron la independencia.
Una de las peores y mas dañinas agresiones a España por parte de los anglosajones ha sido la creación y propagación de la Leyenda Negra antiespañola, en la que colaboraron también Francia, Holanda e Italia, aunque en menor medida.
La influyente factoría de Hollywood no ha cesado de propagar mentiras sobre España y su Historia desde que empezó a utilizar el celuloide. España ha sido presentada mil veces como depredadora, cruel, sanguinaria y ladrona, tergiversando y falseando la obra de los españoles en América y Filipinas, que fue ejemplar en muchos aspectos y más respetuosa con las razas indígenas que la colonización anglosajona, que llegó a eliminar etnias enteras.
El odio a España de los anglosajones se ha extendido también al mundo hispano, que ha sido despreciado y devaluado, a pesar de que ese mundo ha contribuido enormemente a la potencia de Estados Unidos, donde hay decenas de millones de inmigrantes hispanos y el español ya amenaza al inglés como idioma más hablado.
Los dirigentes españoles, sobre todo sus políticos actuales, han ocultado al pueblo la hostilidad de ingleses y norteamericanos en sus relaciones con España. Hoy, incomprensiblemente, somos sus aliados y vivimos sometidos a su poder, como lo demuestran realidades como que Gibraltar sigue en poder de Gran Bretaña, el aliento a las relaciones conflictivas con Marruecos y otras muchas que sorprenderían a la ciudadanía española si fueran conocidas.
No se trata de que España se vengue ahora de las ofensas y maldades de británicos y norteamericanos, pero sí es necesario que nuestros líderes políticos tengan siempre presente esa hostilidad y obren en consecuencia, por lo menos dudando de la pretendida amistad y lealtad de esos países con España y previniendo desastres futuros que pueden proceder de ellos.
Francisco Rubiales
Esa es la historia conocida, pero hay mucho otros desprecios, presiones, chantajes y amenazas desconocidas por la opinión pública, como, por ejemplo, la no inclusión de Ceuta y Melilla dentro de la protección de la OTAN y el constante apoyo y aliento a Marruecos en sus reivindicaciones sobre Ceuta, Melilla e incluso las islas Canarias.
El caso de Inglaterra tiene una cierta justificación histórica porque ambos países guerrearon durante siglos y sus ejércitos se enfrentaron muchas veces, pero el caso de Estados Unidos sólo se explica desde la vileza y el desagradecimiento, ya que el apoyo de España fue un factor decisivo en la guerra de los norteamericanos con los británicos, cuando ganaron la independencia.
Una de las peores y mas dañinas agresiones a España por parte de los anglosajones ha sido la creación y propagación de la Leyenda Negra antiespañola, en la que colaboraron también Francia, Holanda e Italia, aunque en menor medida.
La influyente factoría de Hollywood no ha cesado de propagar mentiras sobre España y su Historia desde que empezó a utilizar el celuloide. España ha sido presentada mil veces como depredadora, cruel, sanguinaria y ladrona, tergiversando y falseando la obra de los españoles en América y Filipinas, que fue ejemplar en muchos aspectos y más respetuosa con las razas indígenas que la colonización anglosajona, que llegó a eliminar etnias enteras.
El odio a España de los anglosajones se ha extendido también al mundo hispano, que ha sido despreciado y devaluado, a pesar de que ese mundo ha contribuido enormemente a la potencia de Estados Unidos, donde hay decenas de millones de inmigrantes hispanos y el español ya amenaza al inglés como idioma más hablado.
Los dirigentes españoles, sobre todo sus políticos actuales, han ocultado al pueblo la hostilidad de ingleses y norteamericanos en sus relaciones con España. Hoy, incomprensiblemente, somos sus aliados y vivimos sometidos a su poder, como lo demuestran realidades como que Gibraltar sigue en poder de Gran Bretaña, el aliento a las relaciones conflictivas con Marruecos y otras muchas que sorprenderían a la ciudadanía española si fueran conocidas.
No se trata de que España se vengue ahora de las ofensas y maldades de británicos y norteamericanos, pero sí es necesario que nuestros líderes políticos tengan siempre presente esa hostilidad y obren en consecuencia, por lo menos dudando de la pretendida amistad y lealtad de esos países con España y previniendo desastres futuros que pueden proceder de ellos.
Francisco Rubiales