Si el PSOE andaluz, un partido con ideología versátil y escasos principios, acepta las exigencias que le impone Izquierda Unida para que pueda gobernar, Andalucía tendrá que ser intervenida y perderá su estatuto de autonomía. El gasto público se disparará de tal manera, que el Estado tendrá que intervenir la autonomía andaluza, con el respaldo de Europa, el FMI y una opinión pública ya asqueada de tanto despilfarro y abuso de poder. Si la temida alianza socialista comunista cuaja con la aceptación de las duras exigencia planteadas por los comunistas andaluces, Andalucía entraría en una clara situación de rebeldía y emergencia. Sin embargo, dada la inconsistencia de los ideas y principios tradicional en IU, existe también la posibilidad de que las exigencias actuales sean sólo un teatro, que los comunistas renuncien a ellas y que el pacto entre las dos fuerzas de izquierda, como ya ocurrió en anteriores ocasiones, se convierta en un vulgar reparto de sillones, dinero y poder.
Aunque 32 asambleas de IU descartaron ya, por unanimidad, un pacto de gobierno o de legislatura con el PSOE, admitieron un posible apoyo a la investidura de Griñán (PSOE) a cambio de cinco condiciones inasumibles e insoportables en las presentes condiciones de España, un país pavorosamente endeudado, arruinado y casi destruido por el socialista Zapatero:
Las exigencias planteadas por IU son las siguientes:
La salida de los cargos de la Junta relacionados con los ERE irregulares.La creación de un banco público.Prohibir los desahucios por embargos inmobiliarios.Cuatro meses de empleo público para todos los parados.Y una renta básica para todas las familias andaluzas.
Tan sólo estas dos últimas medidas supondrían disparar el gasto público de la Junta hasta niveles, simplemente, insostenibles: la contratación pública de los más de 1,2 millones de parados andaluces durante cuatro meses implicaría, como mínimo, unos 2.500 millones de euros; mientras que una "renta básica" de 9.000 euros al año para las casi 3 millones de familias de la región, añadiría, como poco, otros 25.000 millones -equivalente a todo el presupuesto andaluz de un año-. Y esto para empezar, ya que el programa electoral de IU también recoge la necesidad de aumentar la inversión pública en 2.500 millones de euros al año para potenciar el crecimiento económico.
Si esas condiciones son asumidas por Griñan y puestas en práctica, el gobierno central, empujado por Europa, el FMI, los mercados y la misma opinión pública española, indignada ante el abuso inmoral andaluz, tendría que suprimir esa autonomía y asumir el control de la región.
Aunque 32 asambleas de IU descartaron ya, por unanimidad, un pacto de gobierno o de legislatura con el PSOE, admitieron un posible apoyo a la investidura de Griñán (PSOE) a cambio de cinco condiciones inasumibles e insoportables en las presentes condiciones de España, un país pavorosamente endeudado, arruinado y casi destruido por el socialista Zapatero:
Las exigencias planteadas por IU son las siguientes:
La salida de los cargos de la Junta relacionados con los ERE irregulares.La creación de un banco público.Prohibir los desahucios por embargos inmobiliarios.Cuatro meses de empleo público para todos los parados.Y una renta básica para todas las familias andaluzas.
Tan sólo estas dos últimas medidas supondrían disparar el gasto público de la Junta hasta niveles, simplemente, insostenibles: la contratación pública de los más de 1,2 millones de parados andaluces durante cuatro meses implicaría, como mínimo, unos 2.500 millones de euros; mientras que una "renta básica" de 9.000 euros al año para las casi 3 millones de familias de la región, añadiría, como poco, otros 25.000 millones -equivalente a todo el presupuesto andaluz de un año-. Y esto para empezar, ya que el programa electoral de IU también recoge la necesidad de aumentar la inversión pública en 2.500 millones de euros al año para potenciar el crecimiento económico.
Si esas condiciones son asumidas por Griñan y puestas en práctica, el gobierno central, empujado por Europa, el FMI, los mercados y la misma opinión pública española, indignada ante el abuso inmoral andaluz, tendría que suprimir esa autonomía y asumir el control de la región.