El fiscal general del Estado, Cándido Conde Pumpido, reconoce que el PSOE supera al PP en corrupción al revelar que en la actualidad hay un total de 730 casos de corrupción, entre procedimientos judiciales y diligencias de investigación, abiertos contra partidos políticos, de los que 264 son procedimientos penales abiertos contra cargos públicos o políticos del PSOE y 200 contra miembros del PP.
También hay 43 causas abiertas contra miembros de Coalición Canaria, 30 contra miembros de Convergencia i Unió, 24 del Partido Andalucista, 20 de Izquierda Unida, 17 del Grupo Independentista Liberal (GIL), 7 de Unión Mallorquina, 5 de Esquerra Republicana de Catalunya, 3 del Bloque Nacionalista Galego, otros 3 de PNV, uno de ANV y otro de Eusko Alkartasuna, además de otras 67 investigaciones seguidas contra miembros de otros partidos de implantación local.
El titular del Ministerio Público explicó que los datos hoy expuestos demuestran “la imagen de una acción demoledora de la Justicia contra la corrupción, una actuación intensa, inimaginable hace unos años”.
Al interpretar los datos, algunos políticos engañan cuando dicen que la corrupción en España es insignificante porque sólo hay 730 casos entre más de 80.000 políticos profesionales en activo. Javier Arenas defiende la mista tesis y afirma que la corrupción ni siquiera afecta al 90 por ciento de los políticos.
Sin embargo, esa interpretación es truculenta y falsa porque ignora dos datos claves: el primero es que en algunas de esas causas abiertas hay numerosos políticos implicados; la segunda es que, según las estadísticas internacionales, los casos de corrupción que afloran son menos del 20 por ciento de los que existen y los que llegan a lo Justicia ni siquiera son el 10 por ciento de los reales.
La información difundida ha sorprendido a muchos observadores y analistas, que no esperaban tanta claridad del Ministerio Fiscal. Sin embargo, los más conspicuos piensan que lo que el gobierno pretende al difundir estos datos es "igualar" a la clase política en corrupción, engañando de nuevo al ciudadano al hacerle creer que ese mal de la corrupción, en el que los socialistas llevan una notable ventaja, es común a todos los partidos y también una especie de "virus" inevitable del sistema.
También hay 43 causas abiertas contra miembros de Coalición Canaria, 30 contra miembros de Convergencia i Unió, 24 del Partido Andalucista, 20 de Izquierda Unida, 17 del Grupo Independentista Liberal (GIL), 7 de Unión Mallorquina, 5 de Esquerra Republicana de Catalunya, 3 del Bloque Nacionalista Galego, otros 3 de PNV, uno de ANV y otro de Eusko Alkartasuna, además de otras 67 investigaciones seguidas contra miembros de otros partidos de implantación local.
El titular del Ministerio Público explicó que los datos hoy expuestos demuestran “la imagen de una acción demoledora de la Justicia contra la corrupción, una actuación intensa, inimaginable hace unos años”.
Al interpretar los datos, algunos políticos engañan cuando dicen que la corrupción en España es insignificante porque sólo hay 730 casos entre más de 80.000 políticos profesionales en activo. Javier Arenas defiende la mista tesis y afirma que la corrupción ni siquiera afecta al 90 por ciento de los políticos.
Sin embargo, esa interpretación es truculenta y falsa porque ignora dos datos claves: el primero es que en algunas de esas causas abiertas hay numerosos políticos implicados; la segunda es que, según las estadísticas internacionales, los casos de corrupción que afloran son menos del 20 por ciento de los que existen y los que llegan a lo Justicia ni siquiera son el 10 por ciento de los reales.
La información difundida ha sorprendido a muchos observadores y analistas, que no esperaban tanta claridad del Ministerio Fiscal. Sin embargo, los más conspicuos piensan que lo que el gobierno pretende al difundir estos datos es "igualar" a la clase política en corrupción, engañando de nuevo al ciudadano al hacerle creer que ese mal de la corrupción, en el que los socialistas llevan una notable ventaja, es común a todos los partidos y también una especie de "virus" inevitable del sistema.