La banda terrorista ETA ha declarado un "alto el fuego permanente", una expresión nueva en la banda, que siempre habló de "tregua", y lo ha anunciado en un comunicado difundido esta mañana. Ese anuncio parece auténtico, aunque la banda terrorista está fragmentada y ha demostrado muchas veces que sus divisiones internas hace que algunos de sus miembros sean partidarios de la paz y otros se inclinen por el activismo y la violencia extrema.
Con independencia de sus contenidos, ese comunicado abre las puertas a la esperanza y crea las bases para que España supere un conflicto terrorista que ha causado más de mil muertos y que ha sido uno de los mayores problemas de su joven democracia.
Las primera reacciones han sido de cautela y optimismo. El gobierno ha dicho que espera que esta tregua sea el principio del fin del terrorismo.
Sin embargo, la redacción del comunicado despliega ciertas inquietudes porque parece abrir las puertas a un proceso de demandas políticas que afectan a los Estados español y francés y de mayores niveles de autogobierno. Habrá que ir viendo qué precio exige ETA a cambio de la deseada paz, del mismo modo que habrá que observar también el comprotamiento de las fuerzas políticas españolas y el de la propia banda terrorista, que hasta hace pocos días seguía colocando bombas y extorsionando a instituciones y empresas con el llamado "impuesto revolucionario", principal fuente de financiación de la banda.
Voto en Blanco cree que esta tregua responde al cansancio de ETA y a las buenas perspectivas de los partidarios de ETA si optan por sustituir la lucha armada por la lucha política. El alto el fuego significa que se abren las conversaciones de paz, un proceso largo y complejo en el que los protagonistas deberán dar la talla.
Con independencia de sus contenidos, ese comunicado abre las puertas a la esperanza y crea las bases para que España supere un conflicto terrorista que ha causado más de mil muertos y que ha sido uno de los mayores problemas de su joven democracia.
Las primera reacciones han sido de cautela y optimismo. El gobierno ha dicho que espera que esta tregua sea el principio del fin del terrorismo.
Sin embargo, la redacción del comunicado despliega ciertas inquietudes porque parece abrir las puertas a un proceso de demandas políticas que afectan a los Estados español y francés y de mayores niveles de autogobierno. Habrá que ir viendo qué precio exige ETA a cambio de la deseada paz, del mismo modo que habrá que observar también el comprotamiento de las fuerzas políticas españolas y el de la propia banda terrorista, que hasta hace pocos días seguía colocando bombas y extorsionando a instituciones y empresas con el llamado "impuesto revolucionario", principal fuente de financiación de la banda.
Voto en Blanco cree que esta tregua responde al cansancio de ETA y a las buenas perspectivas de los partidarios de ETA si optan por sustituir la lucha armada por la lucha política. El alto el fuego significa que se abren las conversaciones de paz, un proceso largo y complejo en el que los protagonistas deberán dar la talla.