Después del "caso ENDESA", vuelve a decirse en Europa que "África empieza en los Pirineos", recuperandose así una frase que definía la imagen negativa de la España atrasada y dominada por el chanchullo de los tiempos del Franquismo.
Lo dicen ya en Alemania y en Gran Bretaña, pero pronto la imagen negativa proyectada por el intervencionismo del gobierno y las maquinaciones al margen del mercado que se han desplegado en torno al "Caso ENDESA" se difundirá por el redto del mundo civilizado, sobre todo si, como parece previsible, la justicia de Estados Unidos interviene.
Las declaraciones hechas ayer por el presidente de la empresa alemana E.On no contribuyen, precisamente, a disipar esa imagen "africana" de la España de Zapatero. El empresario alemán vino a decir que había tenido que plegarse a los chanchullo e irregularidades españolas y aceptar un reparto de la empresa con los amigos de Zapatero, los de ACCIONA y ENEL.
El capítulo ENDESA es, hasta ahora, el más negativo y dañino para la imagen de España protagonizado por el gobierno Zapatero en el ámbito de la economía. De hecho, representa un paso atrás en la modernización de España por el intervencionismo del gobierno y por las maquinaciones ideadas y desplegadas para alterar un mercado que las reglas de juago internacionales recomiendan respetar como escenario libre para los negocios.
Lo dicen ya en Alemania y en Gran Bretaña, pero pronto la imagen negativa proyectada por el intervencionismo del gobierno y las maquinaciones al margen del mercado que se han desplegado en torno al "Caso ENDESA" se difundirá por el redto del mundo civilizado, sobre todo si, como parece previsible, la justicia de Estados Unidos interviene.
Las declaraciones hechas ayer por el presidente de la empresa alemana E.On no contribuyen, precisamente, a disipar esa imagen "africana" de la España de Zapatero. El empresario alemán vino a decir que había tenido que plegarse a los chanchullo e irregularidades españolas y aceptar un reparto de la empresa con los amigos de Zapatero, los de ACCIONA y ENEL.
El capítulo ENDESA es, hasta ahora, el más negativo y dañino para la imagen de España protagonizado por el gobierno Zapatero en el ámbito de la economía. De hecho, representa un paso atrás en la modernización de España por el intervencionismo del gobierno y por las maquinaciones ideadas y desplegadas para alterar un mercado que las reglas de juago internacionales recomiendan respetar como escenario libre para los negocios.