Comunicación y Medios

Admitir las ruedas de prensa sin preguntas significa el fin del periodismo democrático





Las ruedas de prensa sin preguntas, un modelo que empiezan a imponer los partidos políticos en España, constituyen la última humillación del profesional del periodismo y una inadmisible ofensa para los ciudadanos, representados en democracia por los periodistas profesionales y libres.

Si los políticos se atreven a comparecer ante los medios de comunicación sin admitir preguntas es porque se consideran con poder suficiente para hacerlo, porque han perdido el respeto al ciudadano, a la opinión pública y al periodista, que es el único intermediario lícito, en democracia, entre la información y la ciudadanía.
Si el periodista, que ya ha perdido demasiados poderes y ha sufrido demasiadas humillaciones, acepta esta nueva ofensa, habrá perdido, definitivamente, su batalla profesional y habrá dejado de ser el héroe de la democracia para convertirse en un villano.

La única respuesta racional del profesional del periodismo ante ese tipo de comparecencias es el boicot. Si es cierto que “El pueblo tiene derecho a saber”, como esgrimen los periodistas anglosajones cuando exigen respuestas veraces a los responsables públicos, entonces los políticos no tienen derecho a comparecer para largar su perorata sin someterse a las preguntas de la prensa.

Por fortuna, algunos periodistas todavía conservan la sensibilidad, la dignidad y la libertad suficientes para reaccionar ante el atropello democrático. Con malestar, la Asociación de la Prensa de Madrid ha emitido una nota de protesta en la que pide a los políticos que “destierren la reiterada mala práctica” de no admitir preguntas en las comparecencias públicas ante los medios de comunicación, ya que supone “desdén hacia los periodistas, y, especialmente, hacia los ciudadanos”.

Tras afirmar que ese tipo de contactos constituyen un “manifiesto perjuicio al derecho de los ciudadanos a una información contrastada y completa”, la nota puntualiza que “Nos alarma la coincidencia en una semana de esta deplorable práctica por parte, primero del Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que limitó a una declaración sin preguntas la presentación del candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, y, después, del presidente del Partido Popular (Mariano Rajoy), que reiteró el procedimiento con la lectura de una declaración escrita en cinco folios, sin admitir preguntas, para fijar su posición, ya conocida, ante el proceso de negociación con ETA”.

Los periodistas no tienen otra opción digna que reaccionar con vehemencia frente a esa nueva degradación del periodismo en esta España donde los partidos se vuelven cada día más arrogantes y poderosos. Los periodistas ya han perdido gran parte del poder que tenían en las redacciones, están sometidos a una férrea autocensura y están obligados por las empresas que les pagan a someterse a líneas editoriales que no siempre comparten. Pero la mayor humillación asumida hasta ahora por el periodismo es haber tomado partido por un partido político concreto, lo que les impide la capacidad de crítica y les lleva a perder la objetividad, la neutralidad y la búsqueda de la verdad, condición irrenunciable del periodista democrático.



Franky  
Sábado, 4 de Noviembre 2006
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