Andalucía sufre un fenómeno muy curioso, ha pasado de los dictados de Franco a los de M. Chaves, sin conocer las alternancias propias de la democracia. Se ha dicho que el socialismo tiene vocación de régimen; así es, como, de un modo casi imperceptible, pero decidido y consciente, se ha ido afianzando el Chavismo; precisamente, cada vez que se vota aquí, se aprecian dos bloques de pensamiento: la Andalucía Rural, atrasada y cerrada, que vota una y otra vez PSOE, imponiéndose a la Urbana, más avanzada y abierta, que se inclina por el PP en las ciudades. La implantación del PER ha provocado la subsistencia de las formas y manejos del cacique, que tanto ellos han criticado; ese mundo rural sometido por el subsidio, sumado a la pléyade de allegados y colocados en la administración, forma un seguro manantial de electores, que, bien mentalizados por el adiestramiento continuo de los medios de difusión a su servicio, tiene hipotecado su voto por miedo a perder el cobro y el puesto.
Las ‘Autonosuyas’, que no han supuesto un evidente beneficio para la ciudadanía, son una verdadera sacaliña, realmente insostenible, para las arcas públicas; a su vez, el traspaso inmoderado de competencias, ha perjudicado a España, al reportar unos peores servicios y la desigualdad en las condiciones de vida según donde se viva; está claro que Sanidad, Justicia, Educación y Economía, ministerios propios única y exclusivamente del Estado, jamás se debieron transferir. Los Taifas son reductos sesteantes de medro para unos políticos, que sin poder llegar a Madrid, reproducen innecesariamente en diecisiete regiones el gasto, boato y burocracia del Gobierno Central.
Cuenta El País que el pago de las nóminas de los trabajadores municipales casi en dos tercios de los ayuntamientos, en manos de la mayoría socialista, tiene graves problemas; la mayoría de los municipios están suspendiendo pagos y pasando apuros por una deuda excesiva y una plantilla de personal "sobredimensionada" que superan los ingresos por impuestos, tasas y aportaciones de la Junta y del Estado. Según un estudio de la Confederación de Empresarios de Málaga, la Junta y los ayuntamientos andaluces adeudan a los proveedores, en su mayoría pequeñas y medianas empresas, más de 2.200 millones de euros.
Así, funciona el tinglado; en Andalucía, se han difuminado los fundamentos básicos de una sociedad democrática, para mantener su propio cortijo; en tanto, el que no desea perecer, ha de someterse al ubio, pues, fuera de la progresía socialista, en los sitios en que gobierna, la vida normal es casi inviable. El PP tiene difícil ganar, porque, habiendo sembrado “el miedo a la derecha”, el pueblo no ha podido experimentar ni comparar otra forma de gobierno. Y así es y será, mientras fluya el grifo de las subvenciones y prebendas a las Asociaciones, Corporaciones, Medios de comunicación, Sindicatos … que viven de su afección socialista.
C. Mudarra
Las ‘Autonosuyas’, que no han supuesto un evidente beneficio para la ciudadanía, son una verdadera sacaliña, realmente insostenible, para las arcas públicas; a su vez, el traspaso inmoderado de competencias, ha perjudicado a España, al reportar unos peores servicios y la desigualdad en las condiciones de vida según donde se viva; está claro que Sanidad, Justicia, Educación y Economía, ministerios propios única y exclusivamente del Estado, jamás se debieron transferir. Los Taifas son reductos sesteantes de medro para unos políticos, que sin poder llegar a Madrid, reproducen innecesariamente en diecisiete regiones el gasto, boato y burocracia del Gobierno Central.
Cuenta El País que el pago de las nóminas de los trabajadores municipales casi en dos tercios de los ayuntamientos, en manos de la mayoría socialista, tiene graves problemas; la mayoría de los municipios están suspendiendo pagos y pasando apuros por una deuda excesiva y una plantilla de personal "sobredimensionada" que superan los ingresos por impuestos, tasas y aportaciones de la Junta y del Estado. Según un estudio de la Confederación de Empresarios de Málaga, la Junta y los ayuntamientos andaluces adeudan a los proveedores, en su mayoría pequeñas y medianas empresas, más de 2.200 millones de euros.
Así, funciona el tinglado; en Andalucía, se han difuminado los fundamentos básicos de una sociedad democrática, para mantener su propio cortijo; en tanto, el que no desea perecer, ha de someterse al ubio, pues, fuera de la progresía socialista, en los sitios en que gobierna, la vida normal es casi inviable. El PP tiene difícil ganar, porque, habiendo sembrado “el miedo a la derecha”, el pueblo no ha podido experimentar ni comparar otra forma de gobierno. Y así es y será, mientras fluya el grifo de las subvenciones y prebendas a las Asociaciones, Corporaciones, Medios de comunicación, Sindicatos … que viven de su afección socialista.
C. Mudarra