Colaboraciones

ÁLVAREZ CASCOS, ESCISIÓN EN ASTURIAS





La cuestión política en el Principado se escenifica día a día de un modo muy sui generis y particular. Todo este asunto se ha enredado en una maraña de errores; se equivocan al apartar a Cascos de sus pretensiones de ser el candidato a la Presidencia Asturiana, y se equivoca Cascos con su escisión. La asfixiante pasividad de Rajoy desespera al votante y exaspera al simpatizante. Es una lastima nociva la fractura; la división cobrará su tributo; el enfrentamiento electoral fratricida vendrá a decidir quien es su referente natural, si Isabel Pérez-Espinosa o F. Álvarez-Cascos, y, por tanto, qué rumbo toma el cúmulo importante de los votos que determinará su peso. En Asturias, los populares no viven tanto en la afinidad política, como en la división interna. Parece que es muy difícil entender el asunto, si se no ha vivido en Asturias y que el problema va más allá de los valles asturianos.

La situación es de una gravedad inusual; conflicto tan agudo como el de Asturias no se había dado; la única forma de resolver el litigio hubiera sido que el PP asumiera la candidatura de Cascos sin aspavientos, en la certeza de que así habría barrido allí; y, ahora, al excluirse Cascos de tal opción, el PP perderá, con el palpable resultado de que el PSOE volverá a ganar. Y si ganase el PP en Asturias, se mantendría una estructura de "políticos profesionales", en el sentido de los que no saben hacer otra cosa que vivir de la política, no para la política; llega ya la hora de acabar con esa tipología política, con esos sujetos enquistados.

En el ámbito interno, la contienda aún no se ha decidido, quedan casi cinco meses de refriega y desgaste, en que mantener la cara va a ser una labor ardua y para ambos grupos contendientes, difícil de soportar. Álvarez-Cascos, optimista, se ha lanzado y ha impulsado su proyecto político “Foro Asturias”, para concurrir a las próximas elecciones autonómicas del 22 de Mayo; así, exhortando a sus huestes, ha dicho que para pasar a la acción “todo es poco, hace falta que cada uno ponga lo que sabe hacer, lo que puede hacer y lo que le gusta hacer porque esa es la fuerza mayor de una organización”; les ha pedido que sean “ejemplares” en el respeto a los demás y ha señalado que “los que estamos embarcados en esta aventura no estamos para ser iguales que los demás, tenemos que ser mejores”; “si somos capaces, podemos empezar a recuperar el orgullo de la sociedad asturiana”.

M. Rajoy, en su insufrible silencio y pasmosa pasividad, ha asegurado que la marcha del ex secretario general, Cascos, es “historia pasada” y que en el partido están “muy orgullosos” de la candidata, Isabel, con la que están “absolutamente convencidos” de que ganarán las próximas elecciones del Principado. Ni él mismo se lo cree. ¿Qué negocio esconde esta artimaña? Sabiendo que con Cascos ganaba, viene a apuntar esta apuesta de la incógnita con esa palabrería electoral que nadie escucha ni atiende de que si el Principado es una región con “empuje” y “potencial” en la que muchos jóvenes “se tienen que ir” para encontrar un empleo; “ese es el reto y estamos convencidos de que, en un momento donde la gestión es capital, el Partido Popular va a merecer la confianza de los asturianos. Lo demás es historia pasada”, sigue repitiendo y añadiendo. ¿Será verdad?



C. Mudarra





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Martes, 25 de Enero 2011
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