Leo en varios periódicos (pero reconozco que los entrecomillados se los debo a la edición hodierna del centenario“Diario de Navarra”) que, ayer, en la jornada o sesión de clausura de la IV Conferencia Nacional del PSC, su primer secretario y ministro de Industria, José Montilla, salió desmontado (aunque no le correspondía, porque era la enésima vez que frecuentaba el redondel) ante esa ancha cancha o plaza de toros que es España; y, saltándose los cánones (como acabo de aseverar dos renglones más arriba) a la torera, quiero decir, soltándose el poco pelo que le queda y la mui muy afilada que gusta gastar cuando le apetece o peta relatar sus gestas, vino a propalar tal cúmulo de memeces que he estado a punto, sí, en un tris (pero, al final, ¡menos mal!, he desechado la posibilidad o propuesta) de hacer con las tonterías tales un rosario sin cuento realizado, como se colige, con chorradas en lugar de cuentas.
Así, en vez de acusar a los demás de “desvergüenza”, debería ser él mismo quien reparara en que (como le ocurriera al emperador desnudo) es él el que va por doquier mostrando su desnudez íntegra e integral, llevando sus vergüenzas al aire, descubiertas.
Pidió “juego limpio” a la jerarquía eclesiástica, cuando es él, concreta y precisamente, uno de los principales actores que protagonizan ese culebrón, repleto de las diferentes variantes con las se manifiesta el juego sucio por antonomasia o excelencia.
Asimismo, aseveró que el fracaso de la reforma del Estatut “sería únicamente una victoria de Rajoy y de la derecha más ultramontana”. Aquí también marró Montilla (¿a sabiendas?), porque, en todo caso, sería una victoria del Estado de Derecho que es España, donde la ley impera.
Mas no se conformó con las bobadas expresadas, porque en su huida hacia delante soltó por su sinhueso otras botaratadas. Verbigracia, sembró la cizaña de que Esperanza Aguirre “está esperando a que Rajoy fracase en 2008 para ser ella la nueva candidata, una vez ha arrinconado a Ruiz-Gallardón”. El señor Montilla, don José, que se explica como un libro abierto, ¿acaso quiso decir, por un efecto normal del bumerán lanzado, que lo que desea y espera es que Maragall naufrague estrepitosamente cuanto antes para ser él el próximo o propincuo candidato del PSC, una vez han sido convenientemente arrumbados los restantes aspirantes?
Montilla, además, acusó a los “peperos” de “culpar a los demás, inventarse tramas ocultas y grandes conspiraciones”. ¿Qué quiso decir el guripa y/o tarumba? ¿Qué los culpables de sus propias (de él, Montilla) prácticas deshonestas son quienes pretenden desentrañar las tramas urdidas por quienes (como él) procuraban sacar (y sacaron) buena tajada de las mismas?
Ángel Sáez García
Así, en vez de acusar a los demás de “desvergüenza”, debería ser él mismo quien reparara en que (como le ocurriera al emperador desnudo) es él el que va por doquier mostrando su desnudez íntegra e integral, llevando sus vergüenzas al aire, descubiertas.
Pidió “juego limpio” a la jerarquía eclesiástica, cuando es él, concreta y precisamente, uno de los principales actores que protagonizan ese culebrón, repleto de las diferentes variantes con las se manifiesta el juego sucio por antonomasia o excelencia.
Asimismo, aseveró que el fracaso de la reforma del Estatut “sería únicamente una victoria de Rajoy y de la derecha más ultramontana”. Aquí también marró Montilla (¿a sabiendas?), porque, en todo caso, sería una victoria del Estado de Derecho que es España, donde la ley impera.
Mas no se conformó con las bobadas expresadas, porque en su huida hacia delante soltó por su sinhueso otras botaratadas. Verbigracia, sembró la cizaña de que Esperanza Aguirre “está esperando a que Rajoy fracase en 2008 para ser ella la nueva candidata, una vez ha arrinconado a Ruiz-Gallardón”. El señor Montilla, don José, que se explica como un libro abierto, ¿acaso quiso decir, por un efecto normal del bumerán lanzado, que lo que desea y espera es que Maragall naufrague estrepitosamente cuanto antes para ser él el próximo o propincuo candidato del PSC, una vez han sido convenientemente arrumbados los restantes aspirantes?
Montilla, además, acusó a los “peperos” de “culpar a los demás, inventarse tramas ocultas y grandes conspiraciones”. ¿Qué quiso decir el guripa y/o tarumba? ¿Qué los culpables de sus propias (de él, Montilla) prácticas deshonestas son quienes pretenden desentrañar las tramas urdidas por quienes (como él) procuraban sacar (y sacaron) buena tajada de las mismas?
Ángel Sáez García