Un tipo está en la fila del supermercado, cuando una rubia escultural le saluda agitando la mano, y le lanza una de aquellas sonrisas que te hacen estremecer.
El tipo mira hacia los lados, buscando al beceficiario de la sonrisa, hasta que se convence que es él. Decidido, deja la fila y se acerca a la bella mujer. Suavemente le dice:
-Disculpe... ¿nos conocemos?
Ella le responde con una sonrisa encantadora:
-Pues... tal vez yo esté equivocada, pero me parece que usted es el padre de uno de mis niños.
El tipo se queda boquiabierto, mientras su memoria trabaja a gran velocidad, intentando recordar los detalles de la única vez que le fue infiel a su esposa. Extrañado, le dice:
-¡Ohh! no me diga que usted es aquella stripper que en la despedida de soltero de mi amigo Juan, yo me la comí encima de la mesa de billar, en medio de aquella tremenda orgía, completamente borracho, mientras una de sus amigas me flagelaba, comiéndome los huevos y metiéndome un pepino por el culo.
-Bueno... no exactamente, responde ella, visiblemente avergonzada. Yo soy la nueva profesora de su hijo...
El tipo mira hacia los lados, buscando al beceficiario de la sonrisa, hasta que se convence que es él. Decidido, deja la fila y se acerca a la bella mujer. Suavemente le dice:
-Disculpe... ¿nos conocemos?
Ella le responde con una sonrisa encantadora:
-Pues... tal vez yo esté equivocada, pero me parece que usted es el padre de uno de mis niños.
El tipo se queda boquiabierto, mientras su memoria trabaja a gran velocidad, intentando recordar los detalles de la única vez que le fue infiel a su esposa. Extrañado, le dice:
-¡Ohh! no me diga que usted es aquella stripper que en la despedida de soltero de mi amigo Juan, yo me la comí encima de la mesa de billar, en medio de aquella tremenda orgía, completamente borracho, mientras una de sus amigas me flagelaba, comiéndome los huevos y metiéndome un pepino por el culo.
-Bueno... no exactamente, responde ella, visiblemente avergonzada. Yo soy la nueva profesora de su hijo...