Si las primarias del PSOE se celebraran ahora, Pedro Sánchez saldría elegido y Susana resultaría humillada y derrotada también por el otro candidato, Patxi López.
Es cierto que Susana todavía no es candidata oficial, pero ese dato no cambia nada. Susana es aceptada por el 18 por ciento de los militantes socialistas, mientras que el 32 por ciento prefiere a Patxi López y el 44 por ciento a Pedro Sánchez.
Los expertos aseguran que Susana no puede presentarse en estas condiciones porque su derrota frente a Pedro Sánchez sería segura.
La lógica suele imponerse siempre, incluso en el enrarecido y truculento ambiente del actual socialismo español, donde la militancia está asustada ante el imparable declive de su partido. Es impensable que la persona que preside la autonomía andaluza, la más atrasada, pobre y minada por la corrupción de España, logre imponerse como líder del PSOE.
Los que cuidan a Susana sabían que ella perdería en una confrontación directa entre candidatos iguales y por eso confiaban en que el tiempo debilitara a un Pedro Sánchez al que se le cortaron todos sus apoyos mediáticos. Pero las cosas han marchado de otra manera: Los socialistas, angustiados por el terrible declive de su partido, se han refugiado en el odio a la derecha y recurren a Pedro Sánchez, que es quien mejor encarna ese rechazo extremo al PP del "No es No".
La rebelión de ciudadanos andaluces contra los recortes que practica la Junta de Andalucía y la caída de calidad en la sanidad andaluza, junto con la actual campaña ciudadana contra el Impuesto de Sucesiones, que en Andalucía es brutalmente elevado y que ha suscitado un verdadero clamor popular en su contra, están terminando de aplastar las opciones de Susana Diaz como candidata socialista.
La estrategia seguida por la presidenta andaluza para ganarse a los militantes del PSOE ha constituido un gran fracaso porque sus estrategas no han valorado el peso de la opinión pública y sólo han tenido en cuenta la solidez y el peso del socialismo andaluz dentro del partido. Otro fallo ha sido haber previsto que el paso del tiempo debilitaría a Sánchez y fortalecería a Susana, cuando está ocurriendo justo lo contrario. Pero el peor fallo ha sido no haber previsto que la imagen de corrupción que arrastra Susana y todo el socialismo andaluz, con dos ex presidentes procesados y con centenares de cuadros condenados, en espera de juicio o bajo sospecha seria de ser corruptos, iba a pesar como una losa de plomo en la candidatura, hasta conducirla a la derrota.
Francisco Rubiales
Es cierto que Susana todavía no es candidata oficial, pero ese dato no cambia nada. Susana es aceptada por el 18 por ciento de los militantes socialistas, mientras que el 32 por ciento prefiere a Patxi López y el 44 por ciento a Pedro Sánchez.
Los expertos aseguran que Susana no puede presentarse en estas condiciones porque su derrota frente a Pedro Sánchez sería segura.
La lógica suele imponerse siempre, incluso en el enrarecido y truculento ambiente del actual socialismo español, donde la militancia está asustada ante el imparable declive de su partido. Es impensable que la persona que preside la autonomía andaluza, la más atrasada, pobre y minada por la corrupción de España, logre imponerse como líder del PSOE.
Los que cuidan a Susana sabían que ella perdería en una confrontación directa entre candidatos iguales y por eso confiaban en que el tiempo debilitara a un Pedro Sánchez al que se le cortaron todos sus apoyos mediáticos. Pero las cosas han marchado de otra manera: Los socialistas, angustiados por el terrible declive de su partido, se han refugiado en el odio a la derecha y recurren a Pedro Sánchez, que es quien mejor encarna ese rechazo extremo al PP del "No es No".
La rebelión de ciudadanos andaluces contra los recortes que practica la Junta de Andalucía y la caída de calidad en la sanidad andaluza, junto con la actual campaña ciudadana contra el Impuesto de Sucesiones, que en Andalucía es brutalmente elevado y que ha suscitado un verdadero clamor popular en su contra, están terminando de aplastar las opciones de Susana Diaz como candidata socialista.
La estrategia seguida por la presidenta andaluza para ganarse a los militantes del PSOE ha constituido un gran fracaso porque sus estrategas no han valorado el peso de la opinión pública y sólo han tenido en cuenta la solidez y el peso del socialismo andaluz dentro del partido. Otro fallo ha sido haber previsto que el paso del tiempo debilitaría a Sánchez y fortalecería a Susana, cuando está ocurriendo justo lo contrario. Pero el peor fallo ha sido no haber previsto que la imagen de corrupción que arrastra Susana y todo el socialismo andaluz, con dos ex presidentes procesados y con centenares de cuadros condenados, en espera de juicio o bajo sospecha seria de ser corruptos, iba a pesar como una losa de plomo en la candidatura, hasta conducirla a la derrota.
Francisco Rubiales
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