Roca debe ser expulsado como abogado de la infanta Cristina

Ciñámonos al tema de hoy.

Miguel Roca y Junyent, por encima de todo es CATALÁN. Y es obvio que los catalanes SIEMPRE juegan a dos (tres) bandas.

De modo que no se le puede pedir más. Es SU naturaleza, cómo la del escorpión que picó a la rana.

Y respecto a la Casa Real, más bien a su Corona, Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, algún día se descubrirá que su famosa intervención en el Golpe de Estado del 23 F, no fué sino una puesta en escena para afianzar su débil estatus y una traición para aquellos militares que confiaron en él (Milán del Bosch y el General Armada).

Los Borbones al igual que la Iglesia Católica, sólo han traido el retraso de siglos a este país. Y eso, es algo que jamás les perdonaré.

Que tengan un buen dia !!

Bueno, voy a osar terciar en este capital asunto de un astuto picapleitos encumbrado al éxito por ser catalán, lo cual "vendía", más que ahora, en los días de la "Transacción". La tomadura de pelo más grande que ha sufrido el pueblo español en toda su milenaria historia. Es de notar que de los 213 lectores que hasta ahora ha tenido esta noticia, solo dos aguerridos y valientes comentaristas se han lanzado al ruedo. A ambos, saludos. Seguro que lo que voy a decir me atraerá todos los rayos del a-ver-no. Pues, "a ver si" no lo consigo.
Este padre de la "Constatación", está claro que como buen leguleyo trata de ponerle una vela a Dios y otra a satanás... porque nunca se sabe. El problema es que la Casa Real no puede actuar, y menos con firmeza y determinación, porque carece de elementos necesarios para ello. La Casa Real, la familia Real, está desprestigiada, inmersa en problemas de corrupción económica, moral y familiar, cuyo tufo causa nauseas. Por cierto, ya ha sido embargado por el Juez Castro el palacede del Urdanga. Carece, digo, la Casa Real, de fuerza moral para llamar la atención a nadie. Menos a un elemento catalán de indubable "prestigio" (el que le otrogó, sin merecerlo, en su día, el franquismo residual, para eliminar la china del zapato que podía dar al traste con la Transacción y su "parida" Constatación. Recordemos, además, que no fue el unico catalán que asisitó a la parturienta) que si ataca para adentro de la monarquía puede causar daños irreparables, y si ataca para fuera, es decir, si se mantiene coherente frente a quienes quieren matar su "parto" "Constatacional", puede ser un freno a la firmeza soberanista catalana. La Casa Real, por cuanto queda dicho, no moverá ficha. Y, quizá, sea mejor así para sus interses que, dicho sea de paso, no son compatibles con los nuestros; los del pueblo llano y sufrido. Ese miedo "que guarda la viña" hará que siga siendo el abogado de la Infanta, que ahora está a merced de un pirata con puñal de doble filo. Pues, por mi parte, con su pan se coma este marrón la presunta corrupta Infanta. Me limito a constatar la problemática, aunque, frente a los Borbones, soy declarado republicano. Sin perjuicio de reconocer la frustración que arrastramos los españoles por las dos ocasiones perdidas de haber situado a nuestro País en el contexto mundial de las Naciones que cuentan en el mundo. La dos posiblidades, amigos lectores, no son, como fácilmente puede suponerse, los fallidos intentos republicano, sino los dos fracasados intentos de sentar en el trono de San Fernando a unas dinastías de prestigio: José Napoleón y Amadeo I.
En lo que hace al eterno problema catalán, hoy está en una fase más decisiva que nunca antes en nuestra historia. Tengo la arraigada convicción de que a la independencia caltalana solo le falta poner la fecha, es decir, datarla. Y el éxito no será tanto del pueblo catalán como de la torpeza castellana que no ha sabido dar el tratamiento adecuado a este político problema. Luego, cuando se produzca la más que previsible independencia, saldrá el Gobierno de turno a sumarse, con descaro, a los manifestantes españoles por tal desastre. Una vez más, nos encontraremos ante una repetición de la "Doctrina Parot", perdida por el Gobierno de turno, no ganada por los terroristas. Los terroristas, no han ganado ninguna batalla. Se han limitado a ver con prismáticos, desde la lejana colina, como el Gobierno se hacía el harakiri. Pues con Cataluña, ocurrirá lo mismo. Alguna protesta de gallina clueca respecto de que el "recreo acabó". Luego, como dicen en mi pueblo, "una vez la burra muerta, la cebada al rabo." Finaliza el autor del magnífico reportaje con una frase que, para acabar, comentaré brevemente: dice "es incompatible". Bueno, tan imcopatible como en pleno siglo XXI la monarquía, cualquier monarquía, en especial la borbónica. Sobre todo, para quienes no reconocemos otro Rey que uno que, por cierto, no reside en este mundo terrenal. Un Rey que, sabiamente, cuando creó la humanidad, cuando creó a la mujer y al hombre, los hizo iguales en Derechos y Deberes, sin priviligios ni castas. Por eso me atrevo a decir que no hay más Rey que Dios y Francisco I es su Profeta. Quien se pique, es porque ajos come.

En este asunto pienso que sólo hay dos opciones:

Una: Si es la Casa Real, que vive del Presupuesto del Estado (de todos los españoles), la que paga a Roca, pues si, que deje de pagarle ya. ¡SI, YA!.

Dos: Si se lo paga la Infanta Cristina de Borbon y Grecia, de lo que gana en la Caixa, que supongo tendrá un buen sueldecito, pues entonces no tenemos nada que hacer. Cada uno se paga el abogado que quiera.