Tras la caída del Muro de Berlín y el fin de la Guerra Fría, esperábamos un mundo mejor, mas pacífico, decente y ciudadano, pero hemos asistido a un deterioro generalizado de los valores, la política, la convivencia y la paz. En lugar de ese mundo mejor, nos ha invadido un torrente de dramas en el que crecen la corrupción, el abuso de poder por parte de las élites, la violencia, el delito, la marginación de los ciudadanos, los conflictos, los problemas, las decepciones, la desesperación y la desconfianza. La psicología está adquiriendo un protagonismo insólito en un mundo cada día mas desquiciado y enfermo.
El libro de Pilar es un manual de soluciones, pero también es un magnífico estudio teórico sobre los problemas y disfunciones psicológicas. El documento es de lectura imprescindible no solo para periodistas de sucesos, cuidadores y personas relacionadas con la psicología, sino también para todo ser curioso que desee conocer mejor el mundo que habita.
Pilar tiene un lenguaje sencillo y fácilmente inteligible, lo que constituye un valor de altura cuando se transmiten ideas y conceptos especializados, con rigor científico. Cuando uno lee el libro de pronto se hace la luz y se empiezan a encajar esas piezas dispersas y misteriosas, gracias a las cuales pueden comprenderse los comportamientos de psicópatas, víctimas, verdugos y seres atormentados de todo tipo, muchos de ellos tristes y sobrecogedores protagonistas de la actualidad periodística por sus escándalos y delitos.
La psicóloga Pilar Enjamio es una experta en trazar con precisión de cirujano perfiles psicológicos. En sus artículos publicados en distintos medios, muchos de los cuales aparecen reproducidos en el libro, y en sus intervenciones expertas en radio y televisión, Pilar sabe abrir las puertas del alma de aquellos que han cruzado la línea roja, a los que presenta como seres humanos envueltos en procesos y conflictos de personalidad complejos y casi siempre traumáticos.
«Psicología: entre la furia y la calma» (Editorial Círculo Rojo). En sus páginas se encuentran, entre otros, estudios y perfiles psicológicos de Andreas Lubitz, el piloto que estrelló un avión de Lufthansa en Los Alpes causando 150 muertos, muchos de ellos españoles, de Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres acusados de matar a su hija Asunta en Santiago de Compostela, de Ruth Ortiz, la mujer de José Bretón, condenado por el asesinato de sus dos hijos en Córdoba, del supuesto «descuartizador» de Majadahonda y del asesinato de Marta del Castillo.
Nadie podría asegurar que Enjamio es mas psicóloga que comunicadora, ni tampoco lo contrario porque esas dos facetas brillan con luz cegadora en las páginas del libro, una de cuyos rasgos mas interesantes es el análisis de las terapias más novedosas: la flamencoterapia y la musicoterapia en general, que «provoca efectos beneficiosos en la química y constitución neuronal de ambos hemisferios cerebrales, liberando dopamina», afirma.
Casos recientes como el del crimen de Villajoyosa (Alicante), en el que un padre, supuestamente, asesinó a sus dos hijos y a la madre de él, y después acabó con su vida, no han dejado indiferentes a la autora. «Recuerdo el caso de un menor que se encerraba en un armario cada vez que veía a su padre, pero sin consecuencias de muerte, y no gracias a medidas legales que brillan por su ausencia, sino a la máxima efectividad de las fuerzas de seguridad. El menor, de 7 años, tenía miedo a ir con su padre y por eso le acompañaba una hermana mayor. Este temor es fruto de situaciones de pánico vividas por la relación entre su padre y su madre. Y en el trato hacia él, presumiblemente con agresiones físicas y verbales. Como en infinidad de ocasiones, un menor sin culpa se encuentra en medio, sin posibilidades de gestionar un conflicto adulto», afirma.
Enjamio cree que «la infravalorización de la propia pareja, la calumnia y la celotipia exacerbada son rasgos inherentes al maltratador, en cuya mente hay una sola idea de la esposa como madre negligente, mala madre, acumuladora de infidelidades y siempre culpable de una situación cuando el culpable es solamente él». También «hay un factor importante que afecta psicológicamente como es el paro laboral, creando un transtorno depresivo que puede conducir al alcohol, con el efecto nocivo estimulador de patologías psicóticas latentes dormidas, confundibles con depresiones o neurosis, y que con un stress máximo despiertan y se manifiestan en toda su crudeza. Causa impresión la nota que dejó a sus vecinos, cartas de alerta avisando de que realizaría una acción que causaría mucho dolor a una mujer, una venganza por su abandono justificándolo con un comportamiento en su óptica enferma nada loable. Es una actitud parecida a la del paranoico que elimina prostitutas sin arrepentimiento, porque hace un bien limpiando la sociedad de malos hábitos».
Enjamio recuerda que en una habitación aparecieron los dos menores abrazados. «Y si, supuestamente, se iniciaron con ellos las puñaladas, nos hace pensar que su madre era la siguiente, al ofrecer resistencia e intentar ayudar a los pequeños. Y quizás en ese instante desapareció la realidad: la identidad de la abuela se transformó en identidad de esposa y la realidad se destruyó y dio paso a la alucinación. Las cartas son señales de advertencia que quizás ya hubo en el pasado y deben tenerse en cuenta. En ese instante en que lo real se confunde con lo imaginario, con lo ilusorio, nada es evitable. La batalla está perdida. Me imagino el terrible sufrimiento de este menor. No puede tolerarse que un menor esté desprotegido y mucho menos que se le arrebate la vida de un plumazo», concluye.
Para leer mas sobre el libro, pulsa AQUÍ.
El libro de Pilar es un manual de soluciones, pero también es un magnífico estudio teórico sobre los problemas y disfunciones psicológicas. El documento es de lectura imprescindible no solo para periodistas de sucesos, cuidadores y personas relacionadas con la psicología, sino también para todo ser curioso que desee conocer mejor el mundo que habita.
Pilar tiene un lenguaje sencillo y fácilmente inteligible, lo que constituye un valor de altura cuando se transmiten ideas y conceptos especializados, con rigor científico. Cuando uno lee el libro de pronto se hace la luz y se empiezan a encajar esas piezas dispersas y misteriosas, gracias a las cuales pueden comprenderse los comportamientos de psicópatas, víctimas, verdugos y seres atormentados de todo tipo, muchos de ellos tristes y sobrecogedores protagonistas de la actualidad periodística por sus escándalos y delitos.
La psicóloga Pilar Enjamio es una experta en trazar con precisión de cirujano perfiles psicológicos. En sus artículos publicados en distintos medios, muchos de los cuales aparecen reproducidos en el libro, y en sus intervenciones expertas en radio y televisión, Pilar sabe abrir las puertas del alma de aquellos que han cruzado la línea roja, a los que presenta como seres humanos envueltos en procesos y conflictos de personalidad complejos y casi siempre traumáticos.
«Psicología: entre la furia y la calma» (Editorial Círculo Rojo). En sus páginas se encuentran, entre otros, estudios y perfiles psicológicos de Andreas Lubitz, el piloto que estrelló un avión de Lufthansa en Los Alpes causando 150 muertos, muchos de ellos españoles, de Rosario Porto y Alfonso Basterra, los padres acusados de matar a su hija Asunta en Santiago de Compostela, de Ruth Ortiz, la mujer de José Bretón, condenado por el asesinato de sus dos hijos en Córdoba, del supuesto «descuartizador» de Majadahonda y del asesinato de Marta del Castillo.
Nadie podría asegurar que Enjamio es mas psicóloga que comunicadora, ni tampoco lo contrario porque esas dos facetas brillan con luz cegadora en las páginas del libro, una de cuyos rasgos mas interesantes es el análisis de las terapias más novedosas: la flamencoterapia y la musicoterapia en general, que «provoca efectos beneficiosos en la química y constitución neuronal de ambos hemisferios cerebrales, liberando dopamina», afirma.
Casos recientes como el del crimen de Villajoyosa (Alicante), en el que un padre, supuestamente, asesinó a sus dos hijos y a la madre de él, y después acabó con su vida, no han dejado indiferentes a la autora. «Recuerdo el caso de un menor que se encerraba en un armario cada vez que veía a su padre, pero sin consecuencias de muerte, y no gracias a medidas legales que brillan por su ausencia, sino a la máxima efectividad de las fuerzas de seguridad. El menor, de 7 años, tenía miedo a ir con su padre y por eso le acompañaba una hermana mayor. Este temor es fruto de situaciones de pánico vividas por la relación entre su padre y su madre. Y en el trato hacia él, presumiblemente con agresiones físicas y verbales. Como en infinidad de ocasiones, un menor sin culpa se encuentra en medio, sin posibilidades de gestionar un conflicto adulto», afirma.
Enjamio cree que «la infravalorización de la propia pareja, la calumnia y la celotipia exacerbada son rasgos inherentes al maltratador, en cuya mente hay una sola idea de la esposa como madre negligente, mala madre, acumuladora de infidelidades y siempre culpable de una situación cuando el culpable es solamente él». También «hay un factor importante que afecta psicológicamente como es el paro laboral, creando un transtorno depresivo que puede conducir al alcohol, con el efecto nocivo estimulador de patologías psicóticas latentes dormidas, confundibles con depresiones o neurosis, y que con un stress máximo despiertan y se manifiestan en toda su crudeza. Causa impresión la nota que dejó a sus vecinos, cartas de alerta avisando de que realizaría una acción que causaría mucho dolor a una mujer, una venganza por su abandono justificándolo con un comportamiento en su óptica enferma nada loable. Es una actitud parecida a la del paranoico que elimina prostitutas sin arrepentimiento, porque hace un bien limpiando la sociedad de malos hábitos».
Enjamio recuerda que en una habitación aparecieron los dos menores abrazados. «Y si, supuestamente, se iniciaron con ellos las puñaladas, nos hace pensar que su madre era la siguiente, al ofrecer resistencia e intentar ayudar a los pequeños. Y quizás en ese instante desapareció la realidad: la identidad de la abuela se transformó en identidad de esposa y la realidad se destruyó y dio paso a la alucinación. Las cartas son señales de advertencia que quizás ya hubo en el pasado y deben tenerse en cuenta. En ese instante en que lo real se confunde con lo imaginario, con lo ilusorio, nada es evitable. La batalla está perdida. Me imagino el terrible sufrimiento de este menor. No puede tolerarse que un menor esté desprotegido y mucho menos que se le arrebate la vida de un plumazo», concluye.
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