Querido amigo/querida amiga:
¡Qué gran año está siendo 2016 para quienes creemos que la política consiste en servir a tus compatriotas y no a unas oligarquías que deciden por nosotros en Davos, en Aspen, en Bruselas o en la ONU!
En Alemania, AfD está pulverizando a la CDU, el partido de la populista demagógica Ángela Merkel, que ha sido la persona que más daño ha hecho a Europa cuando en 2015 convocó a cientos de miles de inmigrantes y supuestos refugiados a su país. ¡Qué agradecidos le tienen que estar el ‘filántropo’ George Soros y los traficantes de seres humanos!
Los británicos han decidido retirarse voluntariamente de la Unión Europea, ese paraíso en la Tierra para los eurócratas y las partitocracias nacionales.
En Francia y Holanda, el Frente Nacional y el Partido de la Libertad se asientan como las formaciones más votadas.
En Austria, su partitocracia trata de impedir que el pueblo elija a un candidato del Partido de la Libertad primero mediante un pucherazo en el voto por correo y luego con la estrambótica excusa de que la cola de los sobres para las papeletas no pegaba bien. En diciembre, por fin, se celebrarán las elecciones presidenciales y es casi seguro que Norbert Hofer será el nuevo Jefe del Estado austriaco por voluntad de sus ciudadanos.
Los Gobiernos de Hungría, Polonia y Eslovaquia prosiguen el combate contra la ‘doctrina de la muerte de Europa’, con su NO rotundo a la ideología de género, al aborto y a las fronteras abiertas.
En América, los colombianos y los estadounidenses también se han alzado frente al poder globalista. En Colombia, la mayoría ha rechazado la rendición ante las narco-terroristas FARC, a cuyos líderes el presidente Santos iba a permitir que conservasen su fortuna ganada con el delito y a dar cargos parlamentarios sin pasar por elecciones. Y en EEUU, más de 60 millones de ciudadanos han llevado a la Casa Blanca a Donald Trump.
Y todos estos triunfos se han producido contra los deseos de la súper-casta que trata de gobernar el mundo y de imponernos su pensamiento viciado. Los medios de comunicación como la CNN, The Economist y El País, las partitocracias, los famosos, como Madonna, Robert de Niro y Fernando Trueba, y los creadores de opinión gritan que no se puede votar a Trump, a Orban, a Le Pen… ni a VOX, que el ‘voto útil’, el ‘voto racional’, el ‘voto responsable’ es el que mantiene este edificio institucional que se está cayendo a pedazos sobre nuestras cabezas.
La dictadura del globalismo se tambalea, con sus imposiciones de la moral relativista, con sus ataques a las soberanías nacionales, con su apuesta por los impuestos extractivos y desmesurados a las clases medias, con su incertidumbre laboral o su paro galopante. Somos algo más que productores y consumidores. Somos hombres y mujeres libres, con dignidad, con identidad, con afectos familiares, con lazos patrióticos y muchas veces con sentimientos religiosos, con anhelos de libertad. La supercasta no contaba con esa gran fuerza, con esos fuertes asideros que son los que nos hacen Hombres y no bestias de carga al servicio de un totalitario y oligáquico gobierno mundial. Ahí está, en nuestra fuerte identidad, en nuestro amor por la libertad, la gran fuerza de la reacción contra el globalismo progre.
Sí, cada vez gritan más y nos riñen más porque no hacemos lo que quieren, pero también, cuanto más crece su enfado, más demuestran que están sumisos a las órdenes de los grandes multimillonarios, sus verdaderos amos. Hillary Clinton había recaudado casi 1.200 millones de dólares a finales de septiembre para toda su campaña. Se conoce quiénes le han dado esa inmensa fortuna, pero no se sabe a cambio de qué. Porque tú y yo sabemos que no ha sido por generosidad.
Mientras se producían estas conmociones, en España hemos estado un año sin Gobierno, con Mariano Rajoy satisfecho por permanecer en La Moncloa sin tener que molestarse en dar explicaciones en el Congreso, sin hacer política. Hemos tenido dos elecciones y el riesgo de que un alucinado dirigente del PSOE aceptase formar un Gobierno de Frente Popular –como los que ya hay en Barcelona, Valencia o Ferrol— con Podemos, un plan tan peligroso que hasta los socialistas le derrocaron. Y ahora que por fin se ha formado Gobierno, Rajoy anuncia reformas y cambios “necesarios” que no fue capaz de aplicar cuando tuvo mayoría absoluta en las Cortes.
En esta nueva fase política que ha comenzado en 2016, de acuerdo con el sentimiento de vosotros, los militantes, expresado en opiniones individuales, y en la encuesta que os enviamos, VOX ha decidido establecer contactos y colaborar con partidos europeos con los que compartimos unos puntos básicos.
La semana pasada me reuní en Bruselas con Louis Aliot, vicepresidente del Frente Nacional, el primer partido de Francia, que tiene serias posibilidades de alcanzar la presidencia francesa este verano. Dentro de poco, tendremos otras reuniones con partidos similares, a pesar de lo que chillen los medios de comunicación españoles. No permitas que te confunda el ruido, no aceptes las consignas que quieren colarte los mismos que nos han insultado y ridiculizado, que nos han llamado resentidos y desagradecidos, que nos han acusado de dar el Ayuntamiento de Madrid a Podemos después de haber engordado, ellos, a la bestia podemita para dividir al PSOE.
El consenso socialdemócrata hace que todos los partidos apellidados como ‘respetables’ por la que se define a sí misma como ‘prensa de calidad’ coincidan en asuntos capitales:
No se puede fomentar la natalidad, defender la familia ni defender el derecho a nacer.
Las pensiones públicas sólo se pagarán gracias a una nueva mano de obra formada por millones de inmigrantes musulmanes, asiáticos o africanos, a los que hay que dar subvenciones y prioridad en los servicios sociales, para que no se sientan a disgusto y para que nadie nos llame racistas.
La soberanía nacional ha de cedersea la UE, el super Estado europeo, cuyos burócratas –nombrados por las cúpulas de los partidos- saben lo que nos conviene mejor que nosotros.
Las ONG sin socios tienen más influencia y poder que los ciudadanos.
Los delincuentes más atroces (terroristas, asesinos, pederastas, pandilleros…) tienen derecho a una reinserción garantizada porque la sociedad es la culpable de sus delitos.
El lobby LGTB impone las leyes y las discriminaciones que desea.
El Islam es parte de Europa, mientras que el cristianismo es una religión opresiva.
El mantenimiento de unos asfixiantes Estados se consigue mediante más impuestos y deuda pública, no mediante la reducción de gasto inútil, que empobrece a la clase media y depaupera a las clases más desfavorecidas.
El comercio sin trabas (sin exigir normas de seguridad, higiene y salarios), que acarrea la desindustrialización de Europa en beneficio de productos hechos en el Tercer Mundo.
Por último, el silencio a los disidentes. Quien critique todo lo anterior, quien se atreva a salirse de lo políticamente correcto, es expulsado del debate público y acallado con los diversos insultos que el establishment ha elaborado: populista, xenófobo, islamófobo, eurófobo, fascista y, en el caso español, franquista.
Podemos, al que se acusa en ocasiones de populista y de tener el mismo programa que el Frente Nacional, que Trump y, por tanto, que VOX, es, en realidad, un nuevo pilar de este edificio, colocado apresuradamente para apuntalar el ala española. Pero todas sus propuestas coinciden con los deseos de la súper-casta mundialista y progre: más inmigrantes con más derechos, más impuestos, más ideología de género, más dogmas progres, menos España, más separatismo y más control social.
No sólo está en riesgo nuestra libertad, como comprueban a diario los profesores que tienen que pensar dos veces lo que dicen a sus alumnos o los españoles que quieren seguir siéndolo en Cataluña, en las provincias vascas y en Navarra, sino, también, Europa entera. Por eso, vamos a consolidar sin miedo, sin complejos, sin pedir permiso y sin pedir perdón, una ALIANZA con otros "populistas" y "deplorables", y contra los socialdemócratas, progres y globalistas de todos los partidos.
En enero próximo, VOX cumplirá tres años de existencia y creo que nuestro futuro nunca ha sido más esperanzador. El que resiste, vence. La fase de resistencia está llegando a su fin. Soplan aires de victoria por todo el orbe. Ya huele a triunfo. Perseveremos, para hacer a España grande otra vez.
Santiago Abascal
Presidente de VOX
¡Qué gran año está siendo 2016 para quienes creemos que la política consiste en servir a tus compatriotas y no a unas oligarquías que deciden por nosotros en Davos, en Aspen, en Bruselas o en la ONU!
En Alemania, AfD está pulverizando a la CDU, el partido de la populista demagógica Ángela Merkel, que ha sido la persona que más daño ha hecho a Europa cuando en 2015 convocó a cientos de miles de inmigrantes y supuestos refugiados a su país. ¡Qué agradecidos le tienen que estar el ‘filántropo’ George Soros y los traficantes de seres humanos!
Los británicos han decidido retirarse voluntariamente de la Unión Europea, ese paraíso en la Tierra para los eurócratas y las partitocracias nacionales.
En Francia y Holanda, el Frente Nacional y el Partido de la Libertad se asientan como las formaciones más votadas.
En Austria, su partitocracia trata de impedir que el pueblo elija a un candidato del Partido de la Libertad primero mediante un pucherazo en el voto por correo y luego con la estrambótica excusa de que la cola de los sobres para las papeletas no pegaba bien. En diciembre, por fin, se celebrarán las elecciones presidenciales y es casi seguro que Norbert Hofer será el nuevo Jefe del Estado austriaco por voluntad de sus ciudadanos.
Los Gobiernos de Hungría, Polonia y Eslovaquia prosiguen el combate contra la ‘doctrina de la muerte de Europa’, con su NO rotundo a la ideología de género, al aborto y a las fronteras abiertas.
En América, los colombianos y los estadounidenses también se han alzado frente al poder globalista. En Colombia, la mayoría ha rechazado la rendición ante las narco-terroristas FARC, a cuyos líderes el presidente Santos iba a permitir que conservasen su fortuna ganada con el delito y a dar cargos parlamentarios sin pasar por elecciones. Y en EEUU, más de 60 millones de ciudadanos han llevado a la Casa Blanca a Donald Trump.
Y todos estos triunfos se han producido contra los deseos de la súper-casta que trata de gobernar el mundo y de imponernos su pensamiento viciado. Los medios de comunicación como la CNN, The Economist y El País, las partitocracias, los famosos, como Madonna, Robert de Niro y Fernando Trueba, y los creadores de opinión gritan que no se puede votar a Trump, a Orban, a Le Pen… ni a VOX, que el ‘voto útil’, el ‘voto racional’, el ‘voto responsable’ es el que mantiene este edificio institucional que se está cayendo a pedazos sobre nuestras cabezas.
La dictadura del globalismo se tambalea, con sus imposiciones de la moral relativista, con sus ataques a las soberanías nacionales, con su apuesta por los impuestos extractivos y desmesurados a las clases medias, con su incertidumbre laboral o su paro galopante. Somos algo más que productores y consumidores. Somos hombres y mujeres libres, con dignidad, con identidad, con afectos familiares, con lazos patrióticos y muchas veces con sentimientos religiosos, con anhelos de libertad. La supercasta no contaba con esa gran fuerza, con esos fuertes asideros que son los que nos hacen Hombres y no bestias de carga al servicio de un totalitario y oligáquico gobierno mundial. Ahí está, en nuestra fuerte identidad, en nuestro amor por la libertad, la gran fuerza de la reacción contra el globalismo progre.
Sí, cada vez gritan más y nos riñen más porque no hacemos lo que quieren, pero también, cuanto más crece su enfado, más demuestran que están sumisos a las órdenes de los grandes multimillonarios, sus verdaderos amos. Hillary Clinton había recaudado casi 1.200 millones de dólares a finales de septiembre para toda su campaña. Se conoce quiénes le han dado esa inmensa fortuna, pero no se sabe a cambio de qué. Porque tú y yo sabemos que no ha sido por generosidad.
Mientras se producían estas conmociones, en España hemos estado un año sin Gobierno, con Mariano Rajoy satisfecho por permanecer en La Moncloa sin tener que molestarse en dar explicaciones en el Congreso, sin hacer política. Hemos tenido dos elecciones y el riesgo de que un alucinado dirigente del PSOE aceptase formar un Gobierno de Frente Popular –como los que ya hay en Barcelona, Valencia o Ferrol— con Podemos, un plan tan peligroso que hasta los socialistas le derrocaron. Y ahora que por fin se ha formado Gobierno, Rajoy anuncia reformas y cambios “necesarios” que no fue capaz de aplicar cuando tuvo mayoría absoluta en las Cortes.
En esta nueva fase política que ha comenzado en 2016, de acuerdo con el sentimiento de vosotros, los militantes, expresado en opiniones individuales, y en la encuesta que os enviamos, VOX ha decidido establecer contactos y colaborar con partidos europeos con los que compartimos unos puntos básicos.
La semana pasada me reuní en Bruselas con Louis Aliot, vicepresidente del Frente Nacional, el primer partido de Francia, que tiene serias posibilidades de alcanzar la presidencia francesa este verano. Dentro de poco, tendremos otras reuniones con partidos similares, a pesar de lo que chillen los medios de comunicación españoles. No permitas que te confunda el ruido, no aceptes las consignas que quieren colarte los mismos que nos han insultado y ridiculizado, que nos han llamado resentidos y desagradecidos, que nos han acusado de dar el Ayuntamiento de Madrid a Podemos después de haber engordado, ellos, a la bestia podemita para dividir al PSOE.
El consenso socialdemócrata hace que todos los partidos apellidados como ‘respetables’ por la que se define a sí misma como ‘prensa de calidad’ coincidan en asuntos capitales:
No se puede fomentar la natalidad, defender la familia ni defender el derecho a nacer.
Las pensiones públicas sólo se pagarán gracias a una nueva mano de obra formada por millones de inmigrantes musulmanes, asiáticos o africanos, a los que hay que dar subvenciones y prioridad en los servicios sociales, para que no se sientan a disgusto y para que nadie nos llame racistas.
La soberanía nacional ha de cedersea la UE, el super Estado europeo, cuyos burócratas –nombrados por las cúpulas de los partidos- saben lo que nos conviene mejor que nosotros.
Las ONG sin socios tienen más influencia y poder que los ciudadanos.
Los delincuentes más atroces (terroristas, asesinos, pederastas, pandilleros…) tienen derecho a una reinserción garantizada porque la sociedad es la culpable de sus delitos.
El lobby LGTB impone las leyes y las discriminaciones que desea.
El Islam es parte de Europa, mientras que el cristianismo es una religión opresiva.
El mantenimiento de unos asfixiantes Estados se consigue mediante más impuestos y deuda pública, no mediante la reducción de gasto inútil, que empobrece a la clase media y depaupera a las clases más desfavorecidas.
El comercio sin trabas (sin exigir normas de seguridad, higiene y salarios), que acarrea la desindustrialización de Europa en beneficio de productos hechos en el Tercer Mundo.
Por último, el silencio a los disidentes. Quien critique todo lo anterior, quien se atreva a salirse de lo políticamente correcto, es expulsado del debate público y acallado con los diversos insultos que el establishment ha elaborado: populista, xenófobo, islamófobo, eurófobo, fascista y, en el caso español, franquista.
Podemos, al que se acusa en ocasiones de populista y de tener el mismo programa que el Frente Nacional, que Trump y, por tanto, que VOX, es, en realidad, un nuevo pilar de este edificio, colocado apresuradamente para apuntalar el ala española. Pero todas sus propuestas coinciden con los deseos de la súper-casta mundialista y progre: más inmigrantes con más derechos, más impuestos, más ideología de género, más dogmas progres, menos España, más separatismo y más control social.
No sólo está en riesgo nuestra libertad, como comprueban a diario los profesores que tienen que pensar dos veces lo que dicen a sus alumnos o los españoles que quieren seguir siéndolo en Cataluña, en las provincias vascas y en Navarra, sino, también, Europa entera. Por eso, vamos a consolidar sin miedo, sin complejos, sin pedir permiso y sin pedir perdón, una ALIANZA con otros "populistas" y "deplorables", y contra los socialdemócratas, progres y globalistas de todos los partidos.
En enero próximo, VOX cumplirá tres años de existencia y creo que nuestro futuro nunca ha sido más esperanzador. El que resiste, vence. La fase de resistencia está llegando a su fin. Soplan aires de victoria por todo el orbe. Ya huele a triunfo. Perseveremos, para hacer a España grande otra vez.
Santiago Abascal
Presidente de VOX
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