Un comentarista de este blog decía hace unos días que "Tan peligroso es un votante como un narcotraficante, pues tanto daño hace uno como el otro". Se trata claramente de una exageración, pero, si se analiza con clarividencia y sin pasión, esa afirmación no está tan alejada de lo real.
Defiendo la tesis de que la Tercera Guerra Mundial ya se está librando y es la que enfrenta a los ciudadanos contra sus malos gobernantes. Lo he hecho en libros, conferencias y decenas de artículos. Por fortuna, cada día son más los que se dan cuenta de que las primeras batallas de esa lucha entre gobernantes y ciudadanos ya se están librando. La reciente sentencia del juez Pedraz, que califica de "decadente" a la clase política española y desautoriza su represión policial exagerada contra el pueblo que protesta, es un capitulo hermoso y victorioso de esa lucha. Será una guerra épica, que ocupará todo el siglo XXI y que terminará con una resonante victoria popular, que, como ha sido habitual a lo largo de la Historia, intentarán apropiarsela los canallas y las élites dominantes.
El derecho a rebelarse contra un gobierno inícuo o ilícito está reconocido por el derecho internacional y aparece escrito en la misma Constitución de los Estados Unidos de América. Un gobierno puede ser legal porque ha sido elegido en las urnas, pero ilícito porque no ha cumplido sus promesas y porque es rechazado por la mayoría de sus ciudadanos. El ciudadano contemplado desde el poder como un adversario y como un ser peligroso al que hay que controlar, engañar, reprimir e, incluso, asesinar, es el núcleo filosófico de esa lucha en marcha entre ciudadanos indignados y gobernantes atiborrados de privilegios que no quieren rendir cuentas a sus administrados porque, en realidad, no tienen nada que exhibir como logro.
Por lo pronto, muchos gobiernos del planeta consideran ya a sus pueblos como su mayor riesgo y, en algunos casos, como el enemigo a batir. Las revoluciones populares de Ucrania, Tunez, Egipto, Libia, Siria y otras muchas demuestran que los tiranos y gobiernos que practican el abuso de poder pueden y deben ser derrocados. En muchos países occidentales, en teoría democráticos pero con gobiernos corrompidos y rechazados por sus pueblos, la batalla se está librando, por el momento, en el ciberespacio, en la opinión pública y en las urnas. Cada día son más los ciudadanos que se vengan de los políticos votando a otros partidos, un falso método de lucha porque el voto ciempre fortalece al sistema, que es lo que necesita ser cambiado y democratizado.
Si es cierto que estamos en una guerra entre ciudadanos que quieren ser libres y gobernados con Justicia y una clase política habituada a dominar, someter y a gobernar al margen de los ciudadanos y que se niega a aceptar lo que la democracia significa, entonces aquellos que acuden a las urnas y votan son quintacolumnistas y traidores que están colaborando con el bando enemigo.
En casi todos los paises del mundo los recortes afectan a casi todos los sectores y servicios, menos a las fuerzas policiales, cuyo número no para de crecer, al igual que su armamento antidisturbio. Los ejércitos están siendo abandonados durante la crisis y los aviones y barcos se oxidan en pistas y muelles porque la confrontación con un enemigo exterior cada día es mas difícil, pero no ocurre lo mismo con las fuerzas policiales, que no paran de crecer y de ser mimadas por los gobiernos, temerosos de que sus pueblos, indignados por la injusticia, arbitrariedad y torpeza de sus gobernantes, se rebelen y les expulsen del paraiso del poder.
Votar en la España actual significa, para un ciudadano demócrata y consciente, apoyar con su voto un sistema que ha demostrado con creces y hasta la saciedad que es injusto, corrupto y antidemocrático. Luego los que votan está sustentando la supervivencia de un sistema injusto y dañino para los ciudadanos que debería ser transformado y convertido en una verdadera democracia.
El 31 de agosta de 2010 publiqué en este blog el artículo La Terera Guerra Mundial ha empezado, donde describía con mas detalle el conflicto y su despliegue de fuerzas. Si quieres leerlo, pulsa AQUI
Defiendo la tesis de que la Tercera Guerra Mundial ya se está librando y es la que enfrenta a los ciudadanos contra sus malos gobernantes. Lo he hecho en libros, conferencias y decenas de artículos. Por fortuna, cada día son más los que se dan cuenta de que las primeras batallas de esa lucha entre gobernantes y ciudadanos ya se están librando. La reciente sentencia del juez Pedraz, que califica de "decadente" a la clase política española y desautoriza su represión policial exagerada contra el pueblo que protesta, es un capitulo hermoso y victorioso de esa lucha. Será una guerra épica, que ocupará todo el siglo XXI y que terminará con una resonante victoria popular, que, como ha sido habitual a lo largo de la Historia, intentarán apropiarsela los canallas y las élites dominantes.
El derecho a rebelarse contra un gobierno inícuo o ilícito está reconocido por el derecho internacional y aparece escrito en la misma Constitución de los Estados Unidos de América. Un gobierno puede ser legal porque ha sido elegido en las urnas, pero ilícito porque no ha cumplido sus promesas y porque es rechazado por la mayoría de sus ciudadanos. El ciudadano contemplado desde el poder como un adversario y como un ser peligroso al que hay que controlar, engañar, reprimir e, incluso, asesinar, es el núcleo filosófico de esa lucha en marcha entre ciudadanos indignados y gobernantes atiborrados de privilegios que no quieren rendir cuentas a sus administrados porque, en realidad, no tienen nada que exhibir como logro.
Por lo pronto, muchos gobiernos del planeta consideran ya a sus pueblos como su mayor riesgo y, en algunos casos, como el enemigo a batir. Las revoluciones populares de Ucrania, Tunez, Egipto, Libia, Siria y otras muchas demuestran que los tiranos y gobiernos que practican el abuso de poder pueden y deben ser derrocados. En muchos países occidentales, en teoría democráticos pero con gobiernos corrompidos y rechazados por sus pueblos, la batalla se está librando, por el momento, en el ciberespacio, en la opinión pública y en las urnas. Cada día son más los ciudadanos que se vengan de los políticos votando a otros partidos, un falso método de lucha porque el voto ciempre fortalece al sistema, que es lo que necesita ser cambiado y democratizado.
Si es cierto que estamos en una guerra entre ciudadanos que quieren ser libres y gobernados con Justicia y una clase política habituada a dominar, someter y a gobernar al margen de los ciudadanos y que se niega a aceptar lo que la democracia significa, entonces aquellos que acuden a las urnas y votan son quintacolumnistas y traidores que están colaborando con el bando enemigo.
En casi todos los paises del mundo los recortes afectan a casi todos los sectores y servicios, menos a las fuerzas policiales, cuyo número no para de crecer, al igual que su armamento antidisturbio. Los ejércitos están siendo abandonados durante la crisis y los aviones y barcos se oxidan en pistas y muelles porque la confrontación con un enemigo exterior cada día es mas difícil, pero no ocurre lo mismo con las fuerzas policiales, que no paran de crecer y de ser mimadas por los gobiernos, temerosos de que sus pueblos, indignados por la injusticia, arbitrariedad y torpeza de sus gobernantes, se rebelen y les expulsen del paraiso del poder.
Votar en la España actual significa, para un ciudadano demócrata y consciente, apoyar con su voto un sistema que ha demostrado con creces y hasta la saciedad que es injusto, corrupto y antidemocrático. Luego los que votan está sustentando la supervivencia de un sistema injusto y dañino para los ciudadanos que debería ser transformado y convertido en una verdadera democracia.
El 31 de agosta de 2010 publiqué en este blog el artículo La Terera Guerra Mundial ha empezado, donde describía con mas detalle el conflicto y su despliegue de fuerzas. Si quieres leerlo, pulsa AQUI
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