Zapatero y Suso en la presentación del libro Madera de Zapatero
Durante los primeros años de Zapatero en el poder, creció la sospecha de que el presidente era "gafe" porque todo lo que tocaba lo estropeaba. Hoy, en el ocaso de su segundo mandato y a juzgar por su fracaso, la sospecha retorna con más fuerza porque todo lo que Zapatero ha tocado se ha ido al traste: la prosperidad de España, la felicidad de los ciudadanos, la credibilidad del gobierno, la cohesión de España, el prestigio internacional, la imagen de los políticos, la solvencia de la democracia y otras muchas cosas más, incluyendo la armadura moral y los valores de la sociedad española.
La "maldición" también se ha cebado con las personas e instituciones. Todos los que han apoyado a Zapatero en el pasado están pagando hoy el enorme error de haber cerrado los ojos ante el daño que causaba a España, apostando irracionalmente por el peor gobernante español en muchas décadas. El último en reconocerlo ha sido Suso del Toro, autor de "Madera de Zapatero" y considerado como "escritor de cabecera" de ZP, que ahora afirma que haberlo apoyado "me ha perjudicado como escritor".
Lo mismo puede decir el PSOE, cuyo apoyo persistente al presidente, a pesar de los estragos que sus decisiones causaban a España, se mantiene hasta el presente. Hoy el PSOE se ve arrastrado por el imparable declive de Zapatero y, tras perder casi cuatro millones de votos, se desliza hacia la derrota, castigado por un pueblo español al que Zapatero ha hecho más pobre, menos confiado en el poder y mucho más infeliz .
Otro de los colectivos hundidos como consecuencia de su apoyo a Zapatero es el de los actores y cantantes "progres", el famoso "clan de la ceja", cuyos miembros venden menos discos y cuyas películas se hunden en las salas de cine, abandonadas por un público que no perdona el oportunismo de los subvencionados ni el apoyo interesado a un gobernante pésimo.
La SGAE, incondicional de un Zapatero que ha apoyado desde el gobierno su ilegítima voracidad recaudatoria, es otra víctima del Zapaterismo. Su famoso "canon" aplicable a todos los equipos, lo que equivale a considerar piratas a todos los ciudadanos, instituciones y empresas, ha sido considerado ilegal por la justicia europea y ahora tendrá que devolver el dinero cobrado injustamente. El futuro de la SGAE está en entredicho, entre otras razones porque demasiados españoles la odian con toda su alma.
Pero hay más damnificados del "Zapaterismo". Quizás los sindicatos sean el que ha recibido un daño mayor por su sometimiento a ZP y por su apoyo irrestricto a un gobierno que ha conducido a España hacia la pobreza, el enfrentamiento y la derrota como pueblo. Los sindicatos están hoy mal, incluso en peligro de desaparecer, desprestigiados y sintiendo en sus propias carnes el repudio de la opinión pública.
Los medios de comunicación que han renunciado a la independencia y a la crítica por apoyar a Zapatero también lo están pagando. Todos, sin excepción, con El País y la SER a la cabeza, incluyendo a TVE, están perdiendo audiencia y sienten el abandono de un público que ya no puede confiar en su objetividad, veracidad y limpieza.
Muchas de sus víctimas y antiguos compañeros ya reniegan de Zapatero en sus conversaciones prívadas, donde sus juicios sobre el antiguo camarada reflejan una crueldad sobrecogedora. Ahí están para demostrarlo Felipe González, Pedro Solbes, Jordi Sevilla, Alfonso Guerra, Caldera y muchos otros.
Las consecuencias del apoyo irresponsable a Zapatero las están pagando también muchos periodistas e intelectuales, algunos de los cuales, aunque tarde, lamentar el error de haber renunciado a la crítica y cerrado los ojos a la verdad. Para ellos, el calvario no ha terminado porque lamentarán mucho más su alineamiento con Zapatero en el futuro, cuando, tras la caída del líder, los españoles descubramos el inmenso desastre que representó su mandato para España.
EL PSC, que se hundirá en las próximas elecciones catalanas, es otra víctima y los barones regionales del PSOE, también. Ninguno de ellos desea que Zapatero haga campaña en su territorio, aunque, por ahora, solo se haya atrevido a decirlo el manchego Barreda.
Los nacionalistas que han recibido dinero público y privilegios a cambio de los votos que Zapatero necesitaba para seguir en el poder, también pagarán, tarde o temprano, su error mercenario. El BNG y ERC, socios del socialismo en los últimos años, ya están cayendo en picado.
El hundimiento veloz e implacable del "Zapaterismo" es un fenómeno que se observa ya en las calles, plazas, bares y puestos de trabajo de toda España. Muchos, sin venir a cuento, te dicen que nunca le votaron , mientras otros afirman que nunca más le votarán. Casi todos los antiguos zapateristas reniegan del personaje.
Hasta Roures y su grupo mediático lamentan ya su terco alineamiento con Zapatero. La llegada al poder de Rubalcaba y de los felipistas, amigos incondicionales de PRISA, les condena.
Aquello de "mas dura será la caída" va a cumplirse en España de manera inmisericorde. Zapatero va a ser despedazado y muchos de sus antiguos amigos estarán prestarán sus fauces para morderle los tobillos.
Y eso que la caída del líder no ha hecho más que empezar.
La "maldición" también se ha cebado con las personas e instituciones. Todos los que han apoyado a Zapatero en el pasado están pagando hoy el enorme error de haber cerrado los ojos ante el daño que causaba a España, apostando irracionalmente por el peor gobernante español en muchas décadas. El último en reconocerlo ha sido Suso del Toro, autor de "Madera de Zapatero" y considerado como "escritor de cabecera" de ZP, que ahora afirma que haberlo apoyado "me ha perjudicado como escritor".
Lo mismo puede decir el PSOE, cuyo apoyo persistente al presidente, a pesar de los estragos que sus decisiones causaban a España, se mantiene hasta el presente. Hoy el PSOE se ve arrastrado por el imparable declive de Zapatero y, tras perder casi cuatro millones de votos, se desliza hacia la derrota, castigado por un pueblo español al que Zapatero ha hecho más pobre, menos confiado en el poder y mucho más infeliz .
Otro de los colectivos hundidos como consecuencia de su apoyo a Zapatero es el de los actores y cantantes "progres", el famoso "clan de la ceja", cuyos miembros venden menos discos y cuyas películas se hunden en las salas de cine, abandonadas por un público que no perdona el oportunismo de los subvencionados ni el apoyo interesado a un gobernante pésimo.
La SGAE, incondicional de un Zapatero que ha apoyado desde el gobierno su ilegítima voracidad recaudatoria, es otra víctima del Zapaterismo. Su famoso "canon" aplicable a todos los equipos, lo que equivale a considerar piratas a todos los ciudadanos, instituciones y empresas, ha sido considerado ilegal por la justicia europea y ahora tendrá que devolver el dinero cobrado injustamente. El futuro de la SGAE está en entredicho, entre otras razones porque demasiados españoles la odian con toda su alma.
Pero hay más damnificados del "Zapaterismo". Quizás los sindicatos sean el que ha recibido un daño mayor por su sometimiento a ZP y por su apoyo irrestricto a un gobierno que ha conducido a España hacia la pobreza, el enfrentamiento y la derrota como pueblo. Los sindicatos están hoy mal, incluso en peligro de desaparecer, desprestigiados y sintiendo en sus propias carnes el repudio de la opinión pública.
Los medios de comunicación que han renunciado a la independencia y a la crítica por apoyar a Zapatero también lo están pagando. Todos, sin excepción, con El País y la SER a la cabeza, incluyendo a TVE, están perdiendo audiencia y sienten el abandono de un público que ya no puede confiar en su objetividad, veracidad y limpieza.
Muchas de sus víctimas y antiguos compañeros ya reniegan de Zapatero en sus conversaciones prívadas, donde sus juicios sobre el antiguo camarada reflejan una crueldad sobrecogedora. Ahí están para demostrarlo Felipe González, Pedro Solbes, Jordi Sevilla, Alfonso Guerra, Caldera y muchos otros.
Las consecuencias del apoyo irresponsable a Zapatero las están pagando también muchos periodistas e intelectuales, algunos de los cuales, aunque tarde, lamentar el error de haber renunciado a la crítica y cerrado los ojos a la verdad. Para ellos, el calvario no ha terminado porque lamentarán mucho más su alineamiento con Zapatero en el futuro, cuando, tras la caída del líder, los españoles descubramos el inmenso desastre que representó su mandato para España.
EL PSC, que se hundirá en las próximas elecciones catalanas, es otra víctima y los barones regionales del PSOE, también. Ninguno de ellos desea que Zapatero haga campaña en su territorio, aunque, por ahora, solo se haya atrevido a decirlo el manchego Barreda.
Los nacionalistas que han recibido dinero público y privilegios a cambio de los votos que Zapatero necesitaba para seguir en el poder, también pagarán, tarde o temprano, su error mercenario. El BNG y ERC, socios del socialismo en los últimos años, ya están cayendo en picado.
El hundimiento veloz e implacable del "Zapaterismo" es un fenómeno que se observa ya en las calles, plazas, bares y puestos de trabajo de toda España. Muchos, sin venir a cuento, te dicen que nunca le votaron , mientras otros afirman que nunca más le votarán. Casi todos los antiguos zapateristas reniegan del personaje.
Hasta Roures y su grupo mediático lamentan ya su terco alineamiento con Zapatero. La llegada al poder de Rubalcaba y de los felipistas, amigos incondicionales de PRISA, les condena.
Aquello de "mas dura será la caída" va a cumplirse en España de manera inmisericorde. Zapatero va a ser despedazado y muchos de sus antiguos amigos estarán prestarán sus fauces para morderle los tobillos.
Y eso que la caída del líder no ha hecho más que empezar.
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