Las ultimas elecciones europeas han puesto en evidencia el profundo rechazo de los ciudadanos a la clase politica, especialmente a los dos grandes partidos que se reparten el control del Estado (PP y PSOE). La primera consecuencia del voto de castigo ciudadano ha sido la abdicacion del rey, una decision precipitada que muchos interpretan como el anticipo del fin del actual sistema, poco democratico y podrido por el abuso de poder y la corrupción.
Pero no es la dimision el unico gesto que denota la agonia del sistema. hay otros de gran elocuencia: En los últimos meses, tres hechos confirman hasta que punto la clase política española es impresentable y culpable de la inmensa mayoría de los males de España. Por un lado, el gobierno de la nación y de 13 autonomías han venido cobrando durante 11 años, el "céntimo sanitario", un impuesto ilegal que ha reportado a los políticos mas de 17.000 millones de euros, que ahora tendrán que devolver, aunque por la imposibilidad de presentar las facturas de la gasolina adquirida, apenas devolverán 4.000 millones. Por otro lado, ha bastado con que los políticos hayan sido expulsados de Bankia para que ese banco, al que el Estado entregó mas de 20.000 millones de euros para que pudiera escapar de la ruina, vuelva a ser un negocio rentable que va a ser privatizado y que reportará al Estado una gran cantidad de dinero. El tercer hecho, el mas deleznable, es el descubrimiento en Andalucía del robo de fondos europeos para la formación, por valor de mas de 2.000 millones de euros, una brutal corrupción imposible de realizar sin la complicidad de las autoridades de la Junta de Andalucía.
Hay cientos, quizás miles de ejemplos y experiencias que demuestran que España es una víctima de sus pésimos políticos, a los que debe su ruina económica, la caída de los valores, el desempleo masivo, el avance inexorable de la pobreza, la tristeza y la desesperación de millones de ciudadanos, el endeudamiento masivo por varias generaciones, la injusticia generalizada, la arbitrariedad extendida por las administraciones, la construcción de un Estado monstruoso y tan plagado de enchufados y amigos con carné de partido que resulta imposible de mantener, un despilfarro tan desolador que debería ser considerado delito grave, mentiras, engaños, ocultamientos de la verdad, mil otras formas y maneras de ser corruptos y muchos otros estragos y daños terribles.
Los políticos españoles se han ganado con creces el desprecio de los ciudadanos y hasta el odio que algunas de sus víctimas les tienen. Esos políticos, no solo no han pedido perdón por haber sido la principal causa del hundimiento de España, sino que, cargados de una estúpida e indecente arrogancia, han transformado la democracia en una dictadura camuflada de partidos en la que ellos son los dueños impunes del país y en la que los ciudadanos están marginados e ignorados.
No hay capítulo donde no se observe la huella trágica de los políticos y de su mala gestión. Ellos han arruinado el valioso sistema financiero de las cajas de ahorro, en cuyos consejos entraron y, acompañados de sindicalistas, desplazaron a los profesionales y labraron desde allí una política arbitraria y saqueadora que destruyó la práctica totañlidad de las cajas españolas. Los políticos han acribillado al ciudadano y a las empresas con impuestos, causando el cierre de mas de un millón de negocios en España, muchos de los cuales tuvieron que cerrar porque políticos sin vergüenza, verdaderos bandoleros, contrataban servicios y nunca los pagaban. Son culpables, también, de la baja calidad de la enseñanza, de que ninguna universidad española figure entre las cien mejores del mundo, de que los salarios medios de los trabajadores en España sean insuficientes, del hundimiento de los valores que poseía la sociedad, de la desaparición, por robo y despilfarro, de cientos de miles de millones de euros, cantidades saqueadas con mas o menos intensidad desde que esta falsa democracia sucedió al Franquismo, un sistema menos libre, pero mucho menos saqueador e indecente que el que han instaurado los politicastros en su lugar.
Aunque las peores fechorías de los políticos españoles hayan sido el saqueo de las cajas de ahorro y el robo de los ahorros de cientos de miles de personas mediante la estafa de las participaciones presferentes y subordinadas, las peores violaciones de la democracia y la decencia han sido la compra de medios de comunicación y de periodistas para hacerlos cómplices de la gran estafa del poder y la domesticación de la Justicia, para que los jueces amigos permitieran la impunidad de los saqueadores.
Los político españoles tenían el deber de ser ejemplares, pero se han convertido, a lo largo de los años, en ejemplos deplorables para los jóvenes, que fueron asumiendo, poco a poco, ante el grotesco espectáculo de los políticos saqueadores, que lo importante para prosperar en España no era estudiar y esforzarse, sino militar en un partido político o ser amigo por lo menos de un político importante. Ese mal ejemplo no se ha limitado a alcaldes y concejales, sino que ha sido una constante en todas las administraciones, incluyendo las mas altas instancias del Estado.
Hay muchos miles de políticos incapaces de justificar sus patrimonios, entre ellos ex jefes de gobierno que no pueden explicar su riqueza con el sueldo que cobraron. Durante muchos años, ademas de las comisiones y otros ingresos delictivos, los fondos reservados, ajenos al control del Congreso, fueron saqueados y sirvieron para enriquecer a muchos de sus gestores y amigos.
Desde el poder se cobraron comisiones por subvenciones y contratos públicos, se vendieron puestos de trabajo, se compraron votos y se participó de manera descarada en el "negocio" del urbanismo recalificando terrenos y facilitando licencias que convirtieron algunos parajes de España en verdaderas cloacas. El poder arruinó a muchas personas y enriqueció a otras, siendo asquerosamente arbitrario y se lucró de manera vil con grandes operaciones fraudulentas como son el caso Gürtel y los EREs ilegales del socialismo andaluz, que utilizó el dinero destinado a potenciar el empleo para enriquecer a amigos del poder. Hay cientos de miles de españoles a los que se les negó ayuda desde el poder político solo porque no eran fieles al partido gobernante, una suciedad que en España no es delito pero que debería conllevar cárcel e inhabilitación eterna para cargos públicos.
Si es cierto lo que dicen las estadísticas internacionales, según las cuales apenas aflora a la luz pública el 10 por ciento de los delitos de corrupción cometidos, España, cuyos partidos hacen frente a muchos cientos de causas y son investigados por miles de sospechas de delitos, entonces España es la peor cloaca del planeta, pues si eso es el 10 por ciento el 100 por ciento debe impregnar a decenas de miles de casos corruptos sangrantes.
Por todas estas razones, España, mas que un rescate económico que revitalice su economía, necesita urgentemente un drástico y profundo rescate ético que sustituya a las raleas gobernantes, cuya corrupción y fracaso están mas que demostrados, por gente decente y digna, merecedora de dirigir a su pueblo y que sea ejemplar en su comportamiento y valores.
Pero no es la dimision el unico gesto que denota la agonia del sistema. hay otros de gran elocuencia: En los últimos meses, tres hechos confirman hasta que punto la clase política española es impresentable y culpable de la inmensa mayoría de los males de España. Por un lado, el gobierno de la nación y de 13 autonomías han venido cobrando durante 11 años, el "céntimo sanitario", un impuesto ilegal que ha reportado a los políticos mas de 17.000 millones de euros, que ahora tendrán que devolver, aunque por la imposibilidad de presentar las facturas de la gasolina adquirida, apenas devolverán 4.000 millones. Por otro lado, ha bastado con que los políticos hayan sido expulsados de Bankia para que ese banco, al que el Estado entregó mas de 20.000 millones de euros para que pudiera escapar de la ruina, vuelva a ser un negocio rentable que va a ser privatizado y que reportará al Estado una gran cantidad de dinero. El tercer hecho, el mas deleznable, es el descubrimiento en Andalucía del robo de fondos europeos para la formación, por valor de mas de 2.000 millones de euros, una brutal corrupción imposible de realizar sin la complicidad de las autoridades de la Junta de Andalucía.
Hay cientos, quizás miles de ejemplos y experiencias que demuestran que España es una víctima de sus pésimos políticos, a los que debe su ruina económica, la caída de los valores, el desempleo masivo, el avance inexorable de la pobreza, la tristeza y la desesperación de millones de ciudadanos, el endeudamiento masivo por varias generaciones, la injusticia generalizada, la arbitrariedad extendida por las administraciones, la construcción de un Estado monstruoso y tan plagado de enchufados y amigos con carné de partido que resulta imposible de mantener, un despilfarro tan desolador que debería ser considerado delito grave, mentiras, engaños, ocultamientos de la verdad, mil otras formas y maneras de ser corruptos y muchos otros estragos y daños terribles.
Los políticos españoles se han ganado con creces el desprecio de los ciudadanos y hasta el odio que algunas de sus víctimas les tienen. Esos políticos, no solo no han pedido perdón por haber sido la principal causa del hundimiento de España, sino que, cargados de una estúpida e indecente arrogancia, han transformado la democracia en una dictadura camuflada de partidos en la que ellos son los dueños impunes del país y en la que los ciudadanos están marginados e ignorados.
No hay capítulo donde no se observe la huella trágica de los políticos y de su mala gestión. Ellos han arruinado el valioso sistema financiero de las cajas de ahorro, en cuyos consejos entraron y, acompañados de sindicalistas, desplazaron a los profesionales y labraron desde allí una política arbitraria y saqueadora que destruyó la práctica totañlidad de las cajas españolas. Los políticos han acribillado al ciudadano y a las empresas con impuestos, causando el cierre de mas de un millón de negocios en España, muchos de los cuales tuvieron que cerrar porque políticos sin vergüenza, verdaderos bandoleros, contrataban servicios y nunca los pagaban. Son culpables, también, de la baja calidad de la enseñanza, de que ninguna universidad española figure entre las cien mejores del mundo, de que los salarios medios de los trabajadores en España sean insuficientes, del hundimiento de los valores que poseía la sociedad, de la desaparición, por robo y despilfarro, de cientos de miles de millones de euros, cantidades saqueadas con mas o menos intensidad desde que esta falsa democracia sucedió al Franquismo, un sistema menos libre, pero mucho menos saqueador e indecente que el que han instaurado los politicastros en su lugar.
Aunque las peores fechorías de los políticos españoles hayan sido el saqueo de las cajas de ahorro y el robo de los ahorros de cientos de miles de personas mediante la estafa de las participaciones presferentes y subordinadas, las peores violaciones de la democracia y la decencia han sido la compra de medios de comunicación y de periodistas para hacerlos cómplices de la gran estafa del poder y la domesticación de la Justicia, para que los jueces amigos permitieran la impunidad de los saqueadores.
Los político españoles tenían el deber de ser ejemplares, pero se han convertido, a lo largo de los años, en ejemplos deplorables para los jóvenes, que fueron asumiendo, poco a poco, ante el grotesco espectáculo de los políticos saqueadores, que lo importante para prosperar en España no era estudiar y esforzarse, sino militar en un partido político o ser amigo por lo menos de un político importante. Ese mal ejemplo no se ha limitado a alcaldes y concejales, sino que ha sido una constante en todas las administraciones, incluyendo las mas altas instancias del Estado.
Hay muchos miles de políticos incapaces de justificar sus patrimonios, entre ellos ex jefes de gobierno que no pueden explicar su riqueza con el sueldo que cobraron. Durante muchos años, ademas de las comisiones y otros ingresos delictivos, los fondos reservados, ajenos al control del Congreso, fueron saqueados y sirvieron para enriquecer a muchos de sus gestores y amigos.
Desde el poder se cobraron comisiones por subvenciones y contratos públicos, se vendieron puestos de trabajo, se compraron votos y se participó de manera descarada en el "negocio" del urbanismo recalificando terrenos y facilitando licencias que convirtieron algunos parajes de España en verdaderas cloacas. El poder arruinó a muchas personas y enriqueció a otras, siendo asquerosamente arbitrario y se lucró de manera vil con grandes operaciones fraudulentas como son el caso Gürtel y los EREs ilegales del socialismo andaluz, que utilizó el dinero destinado a potenciar el empleo para enriquecer a amigos del poder. Hay cientos de miles de españoles a los que se les negó ayuda desde el poder político solo porque no eran fieles al partido gobernante, una suciedad que en España no es delito pero que debería conllevar cárcel e inhabilitación eterna para cargos públicos.
Si es cierto lo que dicen las estadísticas internacionales, según las cuales apenas aflora a la luz pública el 10 por ciento de los delitos de corrupción cometidos, España, cuyos partidos hacen frente a muchos cientos de causas y son investigados por miles de sospechas de delitos, entonces España es la peor cloaca del planeta, pues si eso es el 10 por ciento el 100 por ciento debe impregnar a decenas de miles de casos corruptos sangrantes.
Por todas estas razones, España, mas que un rescate económico que revitalice su economía, necesita urgentemente un drástico y profundo rescate ético que sustituya a las raleas gobernantes, cuya corrupción y fracaso están mas que demostrados, por gente decente y digna, merecedora de dirigir a su pueblo y que sea ejemplar en su comportamiento y valores.
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