Dos "padrenuestros" compiten en Venezuela, uno chavista, que ensalza como un dios al ex dictador fallecido Hugo Chaves, y otro inventado por los opositores para contrarrestar el efecto propagándistico de la oración del socialismo bolivariano.
El Chavista:
“Chávez nuestro que estas en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la maldad de la oligarquía, del delito del contrabando porque de nosotros y nosotras es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos amén. Viva Chávez”.
El de la oposición:
"Chavez dictador, que estás en el infierno, olvidado sea tu nombre, venga a nosotros la paz, que se haga la voluntad de Dios en Venezuela, devuélvenos nuestro pan de cada Día, que Dios te perdone así como también perdona a todos los ladrones y asesinos, no nos empujes a caer en dictadura y libramos de maduro y del PSUV. Amen!"
Venezuela está fatalmente dividida en dos bandos irreconciliables. El poder oficial no puede sacar el país adelante porque carece de apoyos suficientes y porque sus ideas, importadas de Cuba, han demostrado hasta la saciedad que son injustas y fracasadas. Pero la oposición tampoco puede vencer porque el pueblo no olvida los abusos de los políticos que se llamaban demócratas y solo eran corruptos e ineptos. Aquellos socialdemócratas y democristianos del pasado fueron los que auparon hasta el poder a Hugo Chaves y a sus agentes cubanos.
Desde 1958 a 1999 la cuasidemocracia venezolana ahogó en corrupción, alcohol y reinados de belleza el espíritu crítico del venezolano, mientras adecos, copeyanos y comunistas se atragantaban de privilegios y de ordeñar al Estado, lo mismo que hancen hoy Maduro y su bodrio castro-chavista.
La España de los socialistas y los peperos, artífices, junto con sus cómplices nacionalistas y de Izquierda Unida, del gran fracaso español, se empieza a parece una barbaridad a esa Venezuela que hoy navega entre la escasez, la violencia, el odio, la injusticia y el fracaso. La ineptitud, las mentiras y las corrupciones de los falsos demócratas españoles están abonando eficazmente la tierra para que un populista o un dictador que sepa conectar con la indignación ciudadana arroje la injusta democracia vigente por la ventana, asuma el poder con apoyo popular y sustituya la sucia democracia vigente por cualquier barbaridad.
El Chavista:
“Chávez nuestro que estas en el cielo, en la tierra, en el mar y en nosotros, los y las delegadas, santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu legado para llevarlo a los pueblos de aquí y de allá. Danos hoy tu luz para que nos guíe cada día, no nos dejes caer en la tentación del capitalismo, mas líbranos de la maldad de la oligarquía, del delito del contrabando porque de nosotros y nosotras es la patria, la paz y la vida. Por los siglos de los siglos amén. Viva Chávez”.
El de la oposición:
"Chavez dictador, que estás en el infierno, olvidado sea tu nombre, venga a nosotros la paz, que se haga la voluntad de Dios en Venezuela, devuélvenos nuestro pan de cada Día, que Dios te perdone así como también perdona a todos los ladrones y asesinos, no nos empujes a caer en dictadura y libramos de maduro y del PSUV. Amen!"
Venezuela está fatalmente dividida en dos bandos irreconciliables. El poder oficial no puede sacar el país adelante porque carece de apoyos suficientes y porque sus ideas, importadas de Cuba, han demostrado hasta la saciedad que son injustas y fracasadas. Pero la oposición tampoco puede vencer porque el pueblo no olvida los abusos de los políticos que se llamaban demócratas y solo eran corruptos e ineptos. Aquellos socialdemócratas y democristianos del pasado fueron los que auparon hasta el poder a Hugo Chaves y a sus agentes cubanos.
Desde 1958 a 1999 la cuasidemocracia venezolana ahogó en corrupción, alcohol y reinados de belleza el espíritu crítico del venezolano, mientras adecos, copeyanos y comunistas se atragantaban de privilegios y de ordeñar al Estado, lo mismo que hancen hoy Maduro y su bodrio castro-chavista.
La España de los socialistas y los peperos, artífices, junto con sus cómplices nacionalistas y de Izquierda Unida, del gran fracaso español, se empieza a parece una barbaridad a esa Venezuela que hoy navega entre la escasez, la violencia, el odio, la injusticia y el fracaso. La ineptitud, las mentiras y las corrupciones de los falsos demócratas españoles están abonando eficazmente la tierra para que un populista o un dictador que sepa conectar con la indignación ciudadana arroje la injusta democracia vigente por la ventana, asuma el poder con apoyo popular y sustituya la sucia democracia vigente por cualquier barbaridad.
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