La pantomima tragicómica del independentismo catalán

nov 2014
La Guardia Civil ha readmitido en el servicio a los cinco miembros del Grupo Operativo de Autopistas que la semana pasada fueron detenidos por los Mossos d'Esquadra, acusados de «connivencia» con una de las principales bandas de asaltacoches que actúan en las carreteras catalanas, y que también fue desarticulada. El sargento, el cabo y los tres guardias civiles quedaron en libertad con cargos, y han sido recolocados en destinos distintos al que ocupaban cuando fueron detenidos.

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ver el enlace... edificante.
seguro que los dos jefes acaban llegando a delegados del gobierno

Tiene razón en calificarlo de esperpento. Valle-Inclán estaría orgullosos del proceso, porque él, que inventó el esperpento, no hubiera sido capaz de escribir uno igual a este.

El proceso soberanista es sórdido, indecente, lleno de trampas, en la que unos chorizos están jugando con el pan de muchas familias para llenarse los bolsillos. Y cuando hablo de chorizos me refiero a Barcelona y a Madrid que es difícil dilucidar cuales son más y mejores.

Lo de la comunidad de vecinos es un buen ejemplo, seguramente se pueden encontrar otros muchos que dejen en ridículo a esta gentuza, pero es que no merece la pena pues le proceso está atado y bien atado. Pero atado de verdad, no como aquel que se creyó que lo dejaba a tado y luego salió lo que salió.

No hay más que ver lo que dicen los medios y en mi humilde opinión el proceso ya es imparable, solo con leer lo que dicen y lo que no dicen los titulares.

Por ejemplo El País, habla de negociar. Los demás hablan más o menos pero todos manifiestan que hay que negociar, ninguno dice que a la vista del fracaso, el gobierno tiene que ejercer su autoridad.

Si nos vamos al extranjero, la BBC, pone a los separatistas casi como nación, el New York Times, va por línea similar. Y esos medios son el reflejo del pensamiento de los que mandan. Y si los que mandan deciden que se ha de separar Cataluña, no importa lo que digamos nosotros, que tampoco vamos a decir nada pues el El País, que es el que dice lo que hay que hacer, ya dice que hay que negociar. O sea, que la fachada se pinta de verde.

Yo me fijo en lo que no dicen. Ningún medio ha resaltado que aún con los datos facilitados por los del negocio, no fue a votar ni la mitad del censo y si quitamos los menores, los inmigrantes y los que votaron varias veces, ¿qué nos queda? Pues silencio.

Creo que va siendo hora de pensar en cómo se va a indemnizar a los que tengan que venirse porque no quieren dejar de ser españoles, porque digo yo que habrá que compensarlos de alguna forma. ¿Quién les comprará sus casas para que se puedan comprar una aquí?

¿Qué va a pasar con el Valle de Arán?

Y miles de detalles de los que nadie habla y no me cuenten el cuento que los periodistas son incultos. Lo son, pero no tanto y además, se trata de cumplir órdenes.

Al final pagaremos los de siempre.

Pues sí, pero me temo que nadie va a indemnizarnos. Yo, tampoco lo busco. Sólo busco encontrar un lugar en mi España, un lugar que yo ya tengo, pero que día a día está más jocoso y más complicado. Por eso, y porque al abrazar el victimismo y la mentira se ha perdido la alegría, me pienso ir de aquí. Mediterráneo, para mí es sinónimo de pasión, de amabilidad, de vida, de amistad. Aquí, en Cataluña, esto se ha pervertido. Es triste. No, no quiero que nadie me indemnice. Nadie puede. No quiero que nadie me trate diferente. Soy un igual. Sólo estaré comenzando de nuevo.