Del mismo modo que el franquismo agotado se hizo el "harakiri" voluntariamente para dejar paso a un nuevo sistema mas justo y decente, los actuales grandes partidos políticos de la falsa democracia española, ante la constancia de que el sistema está agotado y agonizante, deberían suicidarse para dejar el paso libre a la regeneración y a la decencia.
Sin embargo, el grado de vileza que han acumulado los actuales partidos políticos y sus políticos profesionales no permite esperar que se suiciden voluntariamente, a pesar de que el sistema que representan no sólo está agotado y en espantosa agonía, sino que, además, apesta a corrupción y abuso de poder, esparciendo su podredumbre hasta los últimos rincones de la nación española.
Las Cortes franquistas, sin la menor duda, demostraron tener más decencia y sentido de la Historia que los actuales representantes de la falsa democracia, incapaces de desaparecer y realizar voluntariamente el sacrificio que España necesita para acometer la regeneración de su política y de su convivencia. Esa amalgama agotada y decadente de partidos políticos adscritos a una falsa democracia en la que no hay poderes separados ni una ley igual para todos, ni castigo para los corruptos y ladrones, entre los que sobresalen el PP, el PSOE, IU y los distintos nacionalismos que siembran el odio a España, preferirán agotar su agonía hasta provocar irresponsablemente que el fin de su "régimen" abusivo se produzca como consecuencia de una rebelión pupular contra la indecencia, la ignominia y la saturación de corrupción y asco.
La salida del actual atasco político de España, con un gobierno en el poder que carece de credibilidad y de prestigio suficientes para acometer reformas y liderar el cambio, no es votar a la oposición para que sustituya al gobierno, ya que está demostrado y los españoles no olvidan que la oposición tiene los mismos vicios y carencias que el gobierno y que todos ellos forman parte de la misma masa degradada que ha fracasado al frente de España.
Sin embargo, el grado de vileza que han acumulado los actuales partidos políticos y sus políticos profesionales no permite esperar que se suiciden voluntariamente, a pesar de que el sistema que representan no sólo está agotado y en espantosa agonía, sino que, además, apesta a corrupción y abuso de poder, esparciendo su podredumbre hasta los últimos rincones de la nación española.
Las Cortes franquistas, sin la menor duda, demostraron tener más decencia y sentido de la Historia que los actuales representantes de la falsa democracia, incapaces de desaparecer y realizar voluntariamente el sacrificio que España necesita para acometer la regeneración de su política y de su convivencia. Esa amalgama agotada y decadente de partidos políticos adscritos a una falsa democracia en la que no hay poderes separados ni una ley igual para todos, ni castigo para los corruptos y ladrones, entre los que sobresalen el PP, el PSOE, IU y los distintos nacionalismos que siembran el odio a España, preferirán agotar su agonía hasta provocar irresponsablemente que el fin de su "régimen" abusivo se produzca como consecuencia de una rebelión pupular contra la indecencia, la ignominia y la saturación de corrupción y asco.
La salida del actual atasco político de España, con un gobierno en el poder que carece de credibilidad y de prestigio suficientes para acometer reformas y liderar el cambio, no es votar a la oposición para que sustituya al gobierno, ya que está demostrado y los españoles no olvidan que la oposición tiene los mismos vicios y carencias que el gobierno y que todos ellos forman parte de la misma masa degradada que ha fracasado al frente de España.
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