La extrema derecha avanza en toda Europa y lo hace empujada por la ineficacia de los políticos tradicionales, la corrupción, el abuso de poder, las mentiras de la prensa, la crisis económica, los fallos de la Justicia y el desprestigio de una democracia que, en manos de los partidos políticos, ha quedado degradada y sin pulso.
Los partidos tradicionales, los mismos que han pervertido el actual sistema, asustan a los ciudadanos esgrimiendo el fantasma de la extrema derecha, como si no hubieran sido ellos mismos sus creadores e impulsores. El nazismo no subió al poder por casualidad, ni fue fruto de una conspiración demoniaca, sino la consecuencia lógica de la corrupción y la ineptitud de los políticos alemanes de derecha e izquierda. El nazismo, al igual que el fascismo y hasta la rebelión de Franco fueron la consecuencia del fracaso de las castas políticas alemana, italiana y española, que no supieron gestionar la libertad, la prosperidad, la justicia, la participación ciudadana y la decencia.
En la Europa del norte la extrema derecha avanza de una manera que parece indetenible. El Noruega ya gobiernan en coalición y en las antiguas repúblicas comunistas se hace cada día mas fuerte. En Grecia han tenido que frenarla con interpretaciones de la ley de dudosa imparcialidad democrática. En Francia, la extrema derecha goza de excelente salud y amenaza todo el poder establecido, ocupando espacios en la ciudadanía que la derecha y la izquierda han perdido por estúpidas y antidemocráticas.
En España, la extrema derecha existe, pero permanece agazapada, en espera de un líder, que si llegara a conectar bien con los suyos no obtendría menos del 20 por ciento de los votos en las urnas. Por ahora, los medios de comunicación y la todavía fuerte lealtad sumisa de una parte importante del electorado a los partidos tradicionales, a pesar de que su fracaso está mas que demostrado, frenan el ascenso inevitable de una extrema derecha que ya se exhibe en público sin miedo, parte de la cual no sale a la luz porque está agazapada dentro del nacionalismo y de los partidos políticos tradicionales, desideologizados y convertidos en guarida de vividores y privilegiados, en las que no hay demasiados escrúpulos a la hora de admitir a totalitarios, abusadores y a gente sucia.
La extrema derecha en España está promovida y aupada por el desempleo, la injusticia, el avance de la pobreza, la corrupción política, el nacionalismo separatista, los delitos masivos de extranjeros dedicados al robo y al abuso, poco combatidos por una policía que pone mas empeño en defender a los políticos y sus privilegios, y la tremenda incapacidad y fracaso de los políticos tradicionales. Los principales promotores de la extrema derecha española son Rajoy, Rubalcaba, Cayo Lara, Artur Mas y sus adláteres atiborrados de ineficacia y privilegios inmerecidos.
Cuando finalmente llegue el lobo, que llegará, ya sabemos a quienes debemos reclamar.
Los partidos tradicionales, los mismos que han pervertido el actual sistema, asustan a los ciudadanos esgrimiendo el fantasma de la extrema derecha, como si no hubieran sido ellos mismos sus creadores e impulsores. El nazismo no subió al poder por casualidad, ni fue fruto de una conspiración demoniaca, sino la consecuencia lógica de la corrupción y la ineptitud de los políticos alemanes de derecha e izquierda. El nazismo, al igual que el fascismo y hasta la rebelión de Franco fueron la consecuencia del fracaso de las castas políticas alemana, italiana y española, que no supieron gestionar la libertad, la prosperidad, la justicia, la participación ciudadana y la decencia.
En la Europa del norte la extrema derecha avanza de una manera que parece indetenible. El Noruega ya gobiernan en coalición y en las antiguas repúblicas comunistas se hace cada día mas fuerte. En Grecia han tenido que frenarla con interpretaciones de la ley de dudosa imparcialidad democrática. En Francia, la extrema derecha goza de excelente salud y amenaza todo el poder establecido, ocupando espacios en la ciudadanía que la derecha y la izquierda han perdido por estúpidas y antidemocráticas.
En España, la extrema derecha existe, pero permanece agazapada, en espera de un líder, que si llegara a conectar bien con los suyos no obtendría menos del 20 por ciento de los votos en las urnas. Por ahora, los medios de comunicación y la todavía fuerte lealtad sumisa de una parte importante del electorado a los partidos tradicionales, a pesar de que su fracaso está mas que demostrado, frenan el ascenso inevitable de una extrema derecha que ya se exhibe en público sin miedo, parte de la cual no sale a la luz porque está agazapada dentro del nacionalismo y de los partidos políticos tradicionales, desideologizados y convertidos en guarida de vividores y privilegiados, en las que no hay demasiados escrúpulos a la hora de admitir a totalitarios, abusadores y a gente sucia.
La extrema derecha en España está promovida y aupada por el desempleo, la injusticia, el avance de la pobreza, la corrupción política, el nacionalismo separatista, los delitos masivos de extranjeros dedicados al robo y al abuso, poco combatidos por una policía que pone mas empeño en defender a los políticos y sus privilegios, y la tremenda incapacidad y fracaso de los políticos tradicionales. Los principales promotores de la extrema derecha española son Rajoy, Rubalcaba, Cayo Lara, Artur Mas y sus adláteres atiborrados de ineficacia y privilegios inmerecidos.
Cuando finalmente llegue el lobo, que llegará, ya sabemos a quienes debemos reclamar.
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