La democracia es hoy el sistema que utilizan la mayoría de los políticos para gobernar sin trabas, delinquir con impunidad, disfrutar privilegios que no merecen y mantenerse en el poder. En su etapa inicial, la democracia era un sistema con garantías que impedía a los sinvergüenzas y canallas manipular y controlar el poder, pero hoy es un sistema prostituido por los partidos políticos, con sus reglas básicas alteradas y convertido en una sucia y vulgar dictadura. Los ciudadanos deben exigir una reforma profunda del sistema que le devuelva las garantías y controles perdidos o, si los partidos se niegan a soltar su presa, renunciar a ese sistema para sustituirlo por una "meritocracia ética" que garantice que los mejores y los mas decentes sustituyan a los golfos y corruptos en el poder.
El Estado ha sido colonizado hasta el último rincón por los partidos políticos y los políticos profesionales. El ciudadano, marginado, sigue estúpidamente apoyando un sistema que ya solo sirve a los intereses de los poderosos y que ha dado la espalda al pueblo. No queda un solo espacio importante el la sociedad que no está colonizado por la metástasis de los partidos: universidades, sindicatos, medios de comunicación importantes, la enseñanza, la salud y miles de empresas, instituciones, asociaciones y otros entes.
Los mejores mandaron en el mundo durante milenios. Los reyes antiguos y los emperadores eran los mas fuertes y lúcidos, que se imponían a los demás aspirantes al poder por su superioridad y mayor grandeza. Cuando dejaban el trono a sus hijos, si estos eran débiles e ineptos, eran derrocados. Durante muchos milenios el mundo funcionó así, con reglas mas o menos estables que garantizaban una meritocracia imperfecta, hasta que los mediocres descubrieron que unidos y encuadrados en partidos políticos podían imponerse a los mejores. Entonces se adueñaron de la democracia y convirtieron el sistema en una vulgar dictadura de partidos y de políticos mediocres y muchas veces corruptos y canallas.
En las condiciones actuales, la democracia, como está concebida, no sirve a los intereses del pueblo, ni reúne las mínimas condiciones de dignidad y decencia. Debee ser sustituida de inmediato por otra democracia mas severa y férrea, que garantice la participación del ciudadano, el respeto a la voluntad popular, el imperio de la ley y de la ética y los viejos límites y controles al poder. Si no es posible, hay que repudiar este sistema, viciado y saqueado por los partidos políticos, para sustituirlo por una meritocracia ética donde quede garantizado que los que dirijan la nave sean los mejores y los mas decentes, no como ocurre ahora, donde los partidos políticos amparan y elevan a los peores hasta el poder, convirtiendo a los pueblos y naciones en víctimas y a los dirigentes en verdugos de sus pueblos y, a veces, también en saqueadores impunes.
España es uno de los mejores ejemplos disponibles en todo el mundo que demuestran hasta que punto puede deteriorarse un sistema que se llama "democracia" y que ya no es otra cosa que una dictadura de gente sin grandeza y cargada de delitos y causas abiertas ante los tribunales, que no merece ni siquiera el respeto.
La democracia es un sistema que fue ideado para poner frenos y controles a la ambición de los políticos y a las tendencias absolutistas y autoritarias del poder político. Básicamente es una conjunto de normas que tienden a controlar los poderes, entre las que destacan el imperio de una ley, que debe ser igual para todos y asumida por los ciudadanos, unas elecciones realmente libres, en las que los ciudadanos puedan elegir a quien deseen, unos poderes básicos del Estado funcionando separados y con independencia, una sociedad civil fuerte y organizada, que sirva de contrapeso al poder y una prensa capaz de fiscalizar a los poderosos con la verdad informativa y la libre opinión.
Pero los políticos han prostituido el sistema y lo han invalidado porque han logrado domesticar a los poderes desde los partidos, sobre todo a la Justicia, han impuesto listas cerradas y bloqueadas que impiden a los ciudadanos elegir libremente, han comprado y sometido a los medios de comunicación, han ganado impunidad haciendo que la ley sea arbitraria y desigual, han ocupado la sociedad civil y la han castrado, han incorporado la mentira y el engaño como políticos de Estado y, en la práctica, han dinamitado todos los frenos al absolutismo y al abuso de poder.
La democracia ha muerto, viva la meritocracia ética, un sistema con filtros y exigencias que impida que los chorizos, rufianes y mentirosos se encaramen al poder.
El Estado ha sido colonizado hasta el último rincón por los partidos políticos y los políticos profesionales. El ciudadano, marginado, sigue estúpidamente apoyando un sistema que ya solo sirve a los intereses de los poderosos y que ha dado la espalda al pueblo. No queda un solo espacio importante el la sociedad que no está colonizado por la metástasis de los partidos: universidades, sindicatos, medios de comunicación importantes, la enseñanza, la salud y miles de empresas, instituciones, asociaciones y otros entes.
Los mejores mandaron en el mundo durante milenios. Los reyes antiguos y los emperadores eran los mas fuertes y lúcidos, que se imponían a los demás aspirantes al poder por su superioridad y mayor grandeza. Cuando dejaban el trono a sus hijos, si estos eran débiles e ineptos, eran derrocados. Durante muchos milenios el mundo funcionó así, con reglas mas o menos estables que garantizaban una meritocracia imperfecta, hasta que los mediocres descubrieron que unidos y encuadrados en partidos políticos podían imponerse a los mejores. Entonces se adueñaron de la democracia y convirtieron el sistema en una vulgar dictadura de partidos y de políticos mediocres y muchas veces corruptos y canallas.
En las condiciones actuales, la democracia, como está concebida, no sirve a los intereses del pueblo, ni reúne las mínimas condiciones de dignidad y decencia. Debee ser sustituida de inmediato por otra democracia mas severa y férrea, que garantice la participación del ciudadano, el respeto a la voluntad popular, el imperio de la ley y de la ética y los viejos límites y controles al poder. Si no es posible, hay que repudiar este sistema, viciado y saqueado por los partidos políticos, para sustituirlo por una meritocracia ética donde quede garantizado que los que dirijan la nave sean los mejores y los mas decentes, no como ocurre ahora, donde los partidos políticos amparan y elevan a los peores hasta el poder, convirtiendo a los pueblos y naciones en víctimas y a los dirigentes en verdugos de sus pueblos y, a veces, también en saqueadores impunes.
España es uno de los mejores ejemplos disponibles en todo el mundo que demuestran hasta que punto puede deteriorarse un sistema que se llama "democracia" y que ya no es otra cosa que una dictadura de gente sin grandeza y cargada de delitos y causas abiertas ante los tribunales, que no merece ni siquiera el respeto.
La democracia es un sistema que fue ideado para poner frenos y controles a la ambición de los políticos y a las tendencias absolutistas y autoritarias del poder político. Básicamente es una conjunto de normas que tienden a controlar los poderes, entre las que destacan el imperio de una ley, que debe ser igual para todos y asumida por los ciudadanos, unas elecciones realmente libres, en las que los ciudadanos puedan elegir a quien deseen, unos poderes básicos del Estado funcionando separados y con independencia, una sociedad civil fuerte y organizada, que sirva de contrapeso al poder y una prensa capaz de fiscalizar a los poderosos con la verdad informativa y la libre opinión.
Pero los políticos han prostituido el sistema y lo han invalidado porque han logrado domesticar a los poderes desde los partidos, sobre todo a la Justicia, han impuesto listas cerradas y bloqueadas que impiden a los ciudadanos elegir libremente, han comprado y sometido a los medios de comunicación, han ganado impunidad haciendo que la ley sea arbitraria y desigual, han ocupado la sociedad civil y la han castrado, han incorporado la mentira y el engaño como políticos de Estado y, en la práctica, han dinamitado todos los frenos al absolutismo y al abuso de poder.
La democracia ha muerto, viva la meritocracia ética, un sistema con filtros y exigencias que impida que los chorizos, rufianes y mentirosos se encaramen al poder.
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