Leer la prensa o seguir los noticieros de radio y televisión empieza a convertirse en un suplicio y en un ejercicio deprimente y peligroso para la salud física y moral de cualquier ciudadano español honrado. Es tan enorme el cúmulo de malos ejemplos y sinvergonzonerías que emanan del poder que la vida política proyecta una imagen de estercolero que impregna la democracia, deteriora la convivencia, mutila la decencia y convierte a los servicios informativos en galerías de crónicas de cárcel, corrupción y abuso de poder.
La conclusión de cualquier ciudadano decente que lea la prensa o se asome a la actualidad informativa es que la democracia española apesta y que la principal causa del hedor es el comportamiento indecente de parte de la España pública, que se asemeja a un gigantesco basurero.
Hoy mismo conviven en la actualidad algunos ejemplos dramáticos que nos empujan hacia el autoexilio terapeutico o a lanzarnos a la lucha callejera para devolver dignidad y decencia a nuestra nación. El más aterrador de los casos podríamos titularlo "Indulto para un chorizo" y se realiza en un centro cívico sevillano. Allí han colocado folletos con la leyenda «indulto para José Marín Rodríguez» y en él se puede estampar la firma para que ese militante socialista sea indultado por el gobierno. Se trata de un caso repugnante de corrupción, pero algunos socialistas están firmando para pedir el indulto, demostrando que hay envilecimiento a raudales en la política.
El que, según algunos, merece ser indultado es amigo íntimo del alcalde de Sevilla, fue director del Distrito Macarena y ha sido condenado, en sentencia ratificada ya por el Tribunal Supremo, a una pena de cuatro años y tres meses de prisión por el caso de las facturas falsas. En este también llamado «caso Macarena», el que fuera asesor y hombre de confianza de Alfredo Sánchez Monteseirín, ha sido considerado culpable de los delitos de malversación de fondos públicos y falsedad en documento oficial y tendrá que ingresar en prisión tras ratificar el Supremo, como ya hizo el TSJA, la sentencia de la Audiencia Provincial de febrero del año pasado. En el folleto, editado quizás con dinero público, se define a Marín como "un buen ciudadano" y "luchador por los derechos civiles". Es la Sevilla del vómito y la desvergüenza.
Otro asunto que causa escalofríos y refleja también injusticia y corrupción es la información de que la Fundación Española para la Cooperación Solidaridad Internacional, que presidió la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, entre 2000 y 2004, recibe cada año más ayudas del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación que otras ONG´s cien veces más activas y eficientes, como Cáritas o la Cruz Roja. Es el favoritismo en acción y el asesinato de principios constitucionales como la igualdad y la justicia.
Caritas, que destaca hoy como una de las organizaciones más nobles y ejemplares del país, está siendo marginada y minusvalorada por el poder político por pertenecer a la Iglesia Católica. Sin embargo, sus méritos reales son impresionantes y la organización atiende a decenas de miles de personas necesitadas, ayudando a que el drama de la creciente pobreza, causada por el paro y la crisis, sea soportable para muchos ciudadanos. La demanda de servicios de Cáritas crece tanto que durante el primer trimestre de 2010 atenderá más casos y prestará más ayuda que en todo el año 2009.
Pero hay otras informaciones que causan vergüenza y ganas de escapar de este país gobernado por gente sin sentido de la decencia. Una de ellas es la orgía de coches oficiales que pudo verse este fin de semana en las puertas del palacio de exposiciones y congresos de Sevilla, donde el PSOE celebraba su congreso regional, con presencia de Zapatero, en el que Griñán sustituye a Chaves. Cientos de coches de todos los modelos de lujo imaginables estaban aparcados en las puertas del palacio, demostrando que el socialismo se ha hecho millonario y que el poder es arrogante, amigo del lujo y tristemente ostentoso y provocador en tiempos de pobreza, desempleo y crisis. No menos asquerosa es la información de el ayuntamiento de El Ejido (Almería), al igual que hacen otros muchos en España, apañaba los concursos públicos para la provisión de plazas oficiales.
En otro espacio se lee que las obras del complejo Matropol, que el ayuntmaiento de Sevilla construye en la plaza de la Encarnación, lleva casi 80 meses de retraso y 110 millones de euros de sobrecoste, sin que nadie se atreva a decir cuando se terminará, cuanto costará y si es cierto, como afirman algunos arquitectos, que el proyecto es inviable porque se derrumbará por sobrepeso.
Otras informaciones afectan a la Junta de Andalucía, envuelta en casos judiciales vinculados al urbanismo, concursos fraudulentos, violación de los derchos de los trabajores y retrasos en los pagos que obligan a cerrar a decenas de empresas. El caso de más actualidad acusa al Servicio Andaluz de Salud de haber contratado a auxiliares de enfermería que no estaban en la bolsa de trabajo, marginando a muchos trabajadores que tenían más puntos y derechos acumulados. Son claros casos de enchufismo ante los que el poder se siente inmune y se limita a responder que "no volverá a pasar".
Pero hay otras decenas de porquerías en las páginas de la prensa y en los noticieros audiovisuales, todas ellas degradando a un sector público que, en democracia, está obligado a ser ejemplar: corrupción en el ayuntamiento de Estepona, caso Ballena Blanca, inseguridad ciudadana, envío a Cuba de 175.000 euros, desde el arruinado ayuntamiento de Sevilla, para que los hermanos Castro compren contenedores de basura, avance de las mafias organizadas en España, etc... reflejos todos ellos de una democracia putrefacta y de un Estado fracasado.
La conclusión de cualquier ciudadano decente que lea la prensa o se asome a la actualidad informativa es que la democracia española apesta y que la principal causa del hedor es el comportamiento indecente de parte de la España pública, que se asemeja a un gigantesco basurero.
Hoy mismo conviven en la actualidad algunos ejemplos dramáticos que nos empujan hacia el autoexilio terapeutico o a lanzarnos a la lucha callejera para devolver dignidad y decencia a nuestra nación. El más aterrador de los casos podríamos titularlo "Indulto para un chorizo" y se realiza en un centro cívico sevillano. Allí han colocado folletos con la leyenda «indulto para José Marín Rodríguez» y en él se puede estampar la firma para que ese militante socialista sea indultado por el gobierno. Se trata de un caso repugnante de corrupción, pero algunos socialistas están firmando para pedir el indulto, demostrando que hay envilecimiento a raudales en la política.
El que, según algunos, merece ser indultado es amigo íntimo del alcalde de Sevilla, fue director del Distrito Macarena y ha sido condenado, en sentencia ratificada ya por el Tribunal Supremo, a una pena de cuatro años y tres meses de prisión por el caso de las facturas falsas. En este también llamado «caso Macarena», el que fuera asesor y hombre de confianza de Alfredo Sánchez Monteseirín, ha sido considerado culpable de los delitos de malversación de fondos públicos y falsedad en documento oficial y tendrá que ingresar en prisión tras ratificar el Supremo, como ya hizo el TSJA, la sentencia de la Audiencia Provincial de febrero del año pasado. En el folleto, editado quizás con dinero público, se define a Marín como "un buen ciudadano" y "luchador por los derechos civiles". Es la Sevilla del vómito y la desvergüenza.
Otro asunto que causa escalofríos y refleja también injusticia y corrupción es la información de que la Fundación Española para la Cooperación Solidaridad Internacional, que presidió la secretaria de Organización del PSOE, Leire Pajín, entre 2000 y 2004, recibe cada año más ayudas del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación que otras ONG´s cien veces más activas y eficientes, como Cáritas o la Cruz Roja. Es el favoritismo en acción y el asesinato de principios constitucionales como la igualdad y la justicia.
Caritas, que destaca hoy como una de las organizaciones más nobles y ejemplares del país, está siendo marginada y minusvalorada por el poder político por pertenecer a la Iglesia Católica. Sin embargo, sus méritos reales son impresionantes y la organización atiende a decenas de miles de personas necesitadas, ayudando a que el drama de la creciente pobreza, causada por el paro y la crisis, sea soportable para muchos ciudadanos. La demanda de servicios de Cáritas crece tanto que durante el primer trimestre de 2010 atenderá más casos y prestará más ayuda que en todo el año 2009.
Pero hay otras informaciones que causan vergüenza y ganas de escapar de este país gobernado por gente sin sentido de la decencia. Una de ellas es la orgía de coches oficiales que pudo verse este fin de semana en las puertas del palacio de exposiciones y congresos de Sevilla, donde el PSOE celebraba su congreso regional, con presencia de Zapatero, en el que Griñán sustituye a Chaves. Cientos de coches de todos los modelos de lujo imaginables estaban aparcados en las puertas del palacio, demostrando que el socialismo se ha hecho millonario y que el poder es arrogante, amigo del lujo y tristemente ostentoso y provocador en tiempos de pobreza, desempleo y crisis. No menos asquerosa es la información de el ayuntamiento de El Ejido (Almería), al igual que hacen otros muchos en España, apañaba los concursos públicos para la provisión de plazas oficiales.
En otro espacio se lee que las obras del complejo Matropol, que el ayuntmaiento de Sevilla construye en la plaza de la Encarnación, lleva casi 80 meses de retraso y 110 millones de euros de sobrecoste, sin que nadie se atreva a decir cuando se terminará, cuanto costará y si es cierto, como afirman algunos arquitectos, que el proyecto es inviable porque se derrumbará por sobrepeso.
Otras informaciones afectan a la Junta de Andalucía, envuelta en casos judiciales vinculados al urbanismo, concursos fraudulentos, violación de los derchos de los trabajores y retrasos en los pagos que obligan a cerrar a decenas de empresas. El caso de más actualidad acusa al Servicio Andaluz de Salud de haber contratado a auxiliares de enfermería que no estaban en la bolsa de trabajo, marginando a muchos trabajadores que tenían más puntos y derechos acumulados. Son claros casos de enchufismo ante los que el poder se siente inmune y se limita a responder que "no volverá a pasar".
Pero hay otras decenas de porquerías en las páginas de la prensa y en los noticieros audiovisuales, todas ellas degradando a un sector público que, en democracia, está obligado a ser ejemplar: corrupción en el ayuntamiento de Estepona, caso Ballena Blanca, inseguridad ciudadana, envío a Cuba de 175.000 euros, desde el arruinado ayuntamiento de Sevilla, para que los hermanos Castro compren contenedores de basura, avance de las mafias organizadas en España, etc... reflejos todos ellos de una democracia putrefacta y de un Estado fracasado.
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