La Internacional Socialista (IS), a la que pertenece el PSOE, tiene que revisar urgentemente sus principios y dejar de ser un refugio de corruptos y de golfos para convertirse en un club de demócratas y de políticos decentes, capaces de estimular los valores y la decencia a nivel mundial. Si no lo hace, corre el riesgo de ser despreciada, rechazada y puesta en cuarentena por los millones de ciudadanos que, cansados de injusticias y de abusos, exigen en todo el mundo una política más limpia, justa y democrática.
La Internacional Socialista acaba de expulsar al Partido Nacional Democrático (PND), cuyo líder, Hosni Mubarak, gobernante de ochenta millones de egipcios, era uno de sus miembros más importantes. Lo ha expulsado no porque el "Rais" haya robado miles de millones de euros y violado la democracia y la ética, convirtiéndose en un opresor corrupto, sino porque su pueblo se ha alzado contra él y porque su degradada imagen mundial representa una "carga" para los socialistas de todo el mundo. La excusa oficial esgrimida para la expulsión es que el político egipcio y su partido ya “no representan los valores de la socialdemocracia”.
Pocos días antes, en otra operación cosmética e igualmente oportunista, la IS expulsó, por las mismas razones, a otro de sus miembros más veteranos y prestigiosos, el tunecino Ben Alí, otro déspota apalancado en la tiranía al que su pueblo ha expulsado del poder después de haber acumulado muchos miles de millones de dólares robados a sus conciudadanos. Ben Alí era muy valorado en la Internacional por su orientación pro-occidental y porque en el pasado acogió como refugiado al socialista italiano Bettino Craxi, otro corrupto redomado al que perseguía la Justicia..
Las rebeliones populares de Túnez y Egipto, además de poner de relieve la tiranía que envuelve a muchos países musulmanes, también he dejado en evidencia a la Internacional Socialista, donde, al parecer, se ha recibido y otorgado refugio y apoyo a todo tipo de políticos sátrapas y corruptos.
Los dos recien expulsados no son los únicos sinvergüenzas que forman parte de la IS. Salvo algunos dirigentes europeos de países avanzados, el resto de los 170 miembros de la IS están bajo sospecha o son impresentables iguales o peores que Ben Alí y Hosni Mubarak.
En la IS figuran gente de tanta "altura" democrática como el nicaragüense Daniel Ortega, acusado de corrupto y de haber violado a su hijastra, además de los históricos del "PRI" mexicano, del FRELIMO de Mozambique, del MPLA de Angola y de centenares de políticos y partidos bajo sospecha en países como Haití, Ghana, Mali, Mauritania y otros muchos.
Si preguntas en la IS por qué cobijan a dictadores más o menos encubiertos y a corruptos declarados, tal vez digan que esos políticos están ocupando el poder evitando que lo tomen otros peores, como los islamistas en Egipto. Pero esa excusa es poco creíble, escasamente democrática y nada ética.
La Internacional Socialista acaba de expulsar al Partido Nacional Democrático (PND), cuyo líder, Hosni Mubarak, gobernante de ochenta millones de egipcios, era uno de sus miembros más importantes. Lo ha expulsado no porque el "Rais" haya robado miles de millones de euros y violado la democracia y la ética, convirtiéndose en un opresor corrupto, sino porque su pueblo se ha alzado contra él y porque su degradada imagen mundial representa una "carga" para los socialistas de todo el mundo. La excusa oficial esgrimida para la expulsión es que el político egipcio y su partido ya “no representan los valores de la socialdemocracia”.
Pocos días antes, en otra operación cosmética e igualmente oportunista, la IS expulsó, por las mismas razones, a otro de sus miembros más veteranos y prestigiosos, el tunecino Ben Alí, otro déspota apalancado en la tiranía al que su pueblo ha expulsado del poder después de haber acumulado muchos miles de millones de dólares robados a sus conciudadanos. Ben Alí era muy valorado en la Internacional por su orientación pro-occidental y porque en el pasado acogió como refugiado al socialista italiano Bettino Craxi, otro corrupto redomado al que perseguía la Justicia..
Las rebeliones populares de Túnez y Egipto, además de poner de relieve la tiranía que envuelve a muchos países musulmanes, también he dejado en evidencia a la Internacional Socialista, donde, al parecer, se ha recibido y otorgado refugio y apoyo a todo tipo de políticos sátrapas y corruptos.
Los dos recien expulsados no son los únicos sinvergüenzas que forman parte de la IS. Salvo algunos dirigentes europeos de países avanzados, el resto de los 170 miembros de la IS están bajo sospecha o son impresentables iguales o peores que Ben Alí y Hosni Mubarak.
En la IS figuran gente de tanta "altura" democrática como el nicaragüense Daniel Ortega, acusado de corrupto y de haber violado a su hijastra, además de los históricos del "PRI" mexicano, del FRELIMO de Mozambique, del MPLA de Angola y de centenares de políticos y partidos bajo sospecha en países como Haití, Ghana, Mali, Mauritania y otros muchos.
Si preguntas en la IS por qué cobijan a dictadores más o menos encubiertos y a corruptos declarados, tal vez digan que esos políticos están ocupando el poder evitando que lo tomen otros peores, como los islamistas en Egipto. Pero esa excusa es poco creíble, escasamente democrática y nada ética.
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