Incapaces de regenerar la vida política española, corrompida y minada de tendencias antidemocráticas y contrarias al bien común, los demócratas españoles concentran ahora su esperanza en que los europeos del norte pongan como condición previa al rescate de las economías dañadas del sur que los dirigentes sureños que han causado la ruina sean juzgados por tribunales internacionales independientes y paguen sus culpas.
El importante avance en las recientes elecciones de Finlandai del partido de los Auténticos Finlandeses, que se opone a seguir financiando los desmanes y abusos de los políticos del sur de Europa, ha sembrado de dudas el rescate económico de Portugal y el probable rescate futuro de España, dos economías que además de ser víctimas de la crisis mundial, lo son también de sus malos políticos, de las corrupciones y abusos de sus gobernantes.
En todos los estados del norte de Europa, incluyendo algunos cercanos al sur como Francia, crece por día la resistencia a financiar a las economías ineptas y corruptas del sur, cuyos gobiernos han dilapidado o gestionado mal el dinero recibido de Europa y, en no pocas ocasiones, lo han empleado, como ha ocurrido en Andalucía, para que algunos políticos y sus amigos se enriquezcan. La opinión pública en esos países del norte comienza a exigir a sus gobiernos más rigor y exigencias a gobiernos que han gestionado mal su riqueza, como los de Portugal, Grecia y España, los tres curiosamente socialistas.
Los mas radicales exigen, incluso, que los dirigentes de esos países que han contribuido especialmente a la ruina, como son los administradores de las cajas de ahorro españolas y los políticos sospechosos de abusos y corrupción, sean juzgados por tribunales independientes internacionales, ya que no existen garantías de que la Justicia de sus respectivos países sea capaz de condenarlos.
El caso de España es considerado por los ciudadanos nórdicos paradigmático, además de ser el más temido porque su rescate, si tuviera que hacerse, empobrecería al resto de Europa. La economía española, una de las más pujantes del mundo, vio toda su riqueza dilapidada y el país quedó arruinado en un tiempo record, como resultado de la mala gestión ante la crisis del gobierno que preside el socialista Zapatero, que se negó a reconocer la existencvia de la crisis por motivos electorales, que tardó más de dos años en tomar las primeras medidas, que mientras tanto se endeudó de manera enloquecida y que nunca dejó de despilfarrar, negándose también a imponer las reformas radicales que Europa le exigía, sobre todo una imprescindible reforma laboral profunda, que todavía está pendiente.
Si a los gravísimos errores del gobierno Zapatero se agregan la corrupción y la destrucción de las cajas de ahorros, administradas por políticos, que desplazaron en esas instituciones financieras a los expertos y a los técnicos, arruinando unas cajas que hasta hace poco eran ejemplares y envidiadas en todo el mundo, la necesidad de imponer un castigo ejemplar a los responsables del desastre de España se ve cada día con más claridad y urgencia.
El poder decisivo obtenido en Finlandia por los Auténticos Finlandeses pone en peligro la unanimidad que necesita Europa para rescatar la economía portuguesa y, posteriormente, si fuera necesario, la española. El avance de los populistas de Finlandia no es casual y responde a la toma de conciencia de una opinión pública en la Europa rica, que está cansada de financiar a sátrapas irresponsables y corruptos, y que ahora exige que los culpables del desastre económico de los países arruinados lo paguen ante la Justicia.
De ese modo, si esa tendencia avanza y se hace sólida, es posible que el sueño de los demócratas españoles no adscritos a los dos grandes partidos políticos (PSOE y PP), que están dominados por la corrupción y al ansia de poder, se cumpla gracias a la justa indignación de la Europa del Norte.
El importante avance en las recientes elecciones de Finlandai del partido de los Auténticos Finlandeses, que se opone a seguir financiando los desmanes y abusos de los políticos del sur de Europa, ha sembrado de dudas el rescate económico de Portugal y el probable rescate futuro de España, dos economías que además de ser víctimas de la crisis mundial, lo son también de sus malos políticos, de las corrupciones y abusos de sus gobernantes.
En todos los estados del norte de Europa, incluyendo algunos cercanos al sur como Francia, crece por día la resistencia a financiar a las economías ineptas y corruptas del sur, cuyos gobiernos han dilapidado o gestionado mal el dinero recibido de Europa y, en no pocas ocasiones, lo han empleado, como ha ocurrido en Andalucía, para que algunos políticos y sus amigos se enriquezcan. La opinión pública en esos países del norte comienza a exigir a sus gobiernos más rigor y exigencias a gobiernos que han gestionado mal su riqueza, como los de Portugal, Grecia y España, los tres curiosamente socialistas.
Los mas radicales exigen, incluso, que los dirigentes de esos países que han contribuido especialmente a la ruina, como son los administradores de las cajas de ahorro españolas y los políticos sospechosos de abusos y corrupción, sean juzgados por tribunales independientes internacionales, ya que no existen garantías de que la Justicia de sus respectivos países sea capaz de condenarlos.
El caso de España es considerado por los ciudadanos nórdicos paradigmático, además de ser el más temido porque su rescate, si tuviera que hacerse, empobrecería al resto de Europa. La economía española, una de las más pujantes del mundo, vio toda su riqueza dilapidada y el país quedó arruinado en un tiempo record, como resultado de la mala gestión ante la crisis del gobierno que preside el socialista Zapatero, que se negó a reconocer la existencvia de la crisis por motivos electorales, que tardó más de dos años en tomar las primeras medidas, que mientras tanto se endeudó de manera enloquecida y que nunca dejó de despilfarrar, negándose también a imponer las reformas radicales que Europa le exigía, sobre todo una imprescindible reforma laboral profunda, que todavía está pendiente.
Si a los gravísimos errores del gobierno Zapatero se agregan la corrupción y la destrucción de las cajas de ahorros, administradas por políticos, que desplazaron en esas instituciones financieras a los expertos y a los técnicos, arruinando unas cajas que hasta hace poco eran ejemplares y envidiadas en todo el mundo, la necesidad de imponer un castigo ejemplar a los responsables del desastre de España se ve cada día con más claridad y urgencia.
El poder decisivo obtenido en Finlandia por los Auténticos Finlandeses pone en peligro la unanimidad que necesita Europa para rescatar la economía portuguesa y, posteriormente, si fuera necesario, la española. El avance de los populistas de Finlandia no es casual y responde a la toma de conciencia de una opinión pública en la Europa rica, que está cansada de financiar a sátrapas irresponsables y corruptos, y que ahora exige que los culpables del desastre económico de los países arruinados lo paguen ante la Justicia.
De ese modo, si esa tendencia avanza y se hace sólida, es posible que el sueño de los demócratas españoles no adscritos a los dos grandes partidos políticos (PSOE y PP), que están dominados por la corrupción y al ansia de poder, se cumpla gracias a la justa indignación de la Europa del Norte.
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